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Una semana después. // Narrador Omnisciente

—Le estoy diciendo que estoy bien. —Dijo Jaxon tocándose el pelo desesperadamente. María lo miro desde su sitio con el bolígrafo en mano.

—Jaxon la acusación que acabas de hacer demuestra lo loco que estas.

— ¿Desde cuándo puede usted tener ese vocabulario? Podría denunciarla por llamarme loco siendo un paciente como cualquier otro. —Jaxon la miro directamente a los ojos, intimidándola.

Es igual a su hermano, pensó María tragando saliva. Sonrió como si la amenaza de Jaxon no significara nada.

—Lo siento, tienes razón. —Dijo la psiquiatra mirando el suelo. Anoto algo en su libreta y Jaxon miro por la ventana, toda esa luz que entraba por esta lo estaba cegando completamente. —Te recetare unas pastillas para que te calmes y te quedaras unos días aquí...

— ¡No! —Grito el acercándose a ella. Los guardias que veían por las cámaras de seguridad entraron de inmediato. María le hizo una seña de que salieran de vuelta, no necesitaba ayuda. —No puedo quedarme de nuevo aquí, por favor María nos conocemos.

—Fue hace mucho tiempo. —Susurro ella agobiada por la cercanía de su cuerpo.

—Pero puede repetirse. —Le murmuro en el oído. — ¿Crees que estoy loco?

—Claro que no Jaxon, pero es lo que aparentas con todas las idioteces que dices.

—Mira...—Jaxon se puso de pie y la miro desde arriba, parecía que la situación era complemente al revés, era María la loca allí y Jaxon un médico que intentaba buscar una solución para el paciente. —Me acabo de enterar de que el hijo que estaba esperando no es realmente mío, que la mujer que pensaba que me quería en realidad no me quiere. ¡Soy un jodido crio de 18 años que está perdiendo el control!

—Te has olvidado del hecho de que tienes antecedentes por estar aquí, todo lo que digas será tomado como una demencia de tu cabeza Jaxon.

—Ahí es donde entras tú, es tu trabajo hacer que no parezca una locura.

María lo miro entrecerrando los ojos y trago saliva poniéndose de pie.

—No. —Dijo simplemente. Jaxon retrocedió hasta colocarse en una esquina negando con la cabeza. —Por favor, compórtate y tal vez te dejen libre.

María hizo una señal de que entraran los guardias. Cuando tocaron a Jaxon este empezó a gritar y a tirar patadas hacia todos lados. María cerró los ojos, no podía creer que esto estuviese pasando, otra vez. Los recuerdos invadieron su mente, cuando Jaxon llego aquí como un demente sintiendo cosas por la ex de Justin, todo lo que paso aquí dentro. Se le puso la piel de gallina al recordar las veces que había ido a visitar a Jaxon a su habitación, verlo allí, indefenso, adolorido, le había roto el corazón al final él era...

—Todos los días me sorprendo más y más. —Dijo alguien que había enredado a su despacho. María abrió los ojos y allí estaba, el diablo en persona. —Eres una zorra.

—Y tu un cabrón, no puedo creer que estés haciendo esto otra vez. —María corrió a cerrar la puerta no sin antes mirar a ambos lados para ver si había alguien rondando la zona.

—Perdona por querer hacer lo mejor por mi hermano. —Dijo Justin con una sonrisa mientras se metía las manos en los bolsillos. —La verdad es que... Mi idea de ayudarlo es muy diferente a la tuya, ¿verdad?

—No fue nada. —Susurró ella con la mirada perdida en los ojos color avellana de él.

— ¿Me estás diciendo que si ahora me desnudo y te arranco la ropa para follarte aquí sobre esta alfombra cara, no es nada? —Pregunto Justin con ironía. — ¡Es incesto!

Daddy's club j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora