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Narrador omnisciente

—¡Me encanta!—Gritó Karen.

Chanel entró a la lujosa mansión intentando que sus zapatos tocaran lo menos posible el suelo de mármol puto que yacía debajo de ella. Miró a su alrededor y se dio cuenta que todos los retratos que colgaban de la pared debían ser originales.

—Puedo enseñarte la casa.—Se ofreció Jaxon.—Tengo una habitación enorme.

Él le guiñó un ojo. Chanel fue a protestar que por nada del mundo quería que estuvieran los dos en la misma habitación pero Justin apareció delante de ella con la boca en una línea recta.

—¿A quién llamaste ayer por la noche?—Preguntó mirándome fijamente.

¿Qué?

—Se que llamaste a alguien después de acostarte conmigo. ¿Cómo osas de meterte en mi cama para luego llamar a tu amante?—Exclamó.

—Justin, él no...

Su mano cortó sus palabras. Entrecerro los ojos.

—No quiero explicaciones, supongo que querrías decirle que tus servicios no estarían disponibles por los próximos tres días. ¿No?

Chanel se quedó mirandolo como si de un loco se tratase.—No creo que tengas ni la menor idea de lo que estás hablando.

—Justin Bieber nunca se equivoca.

—Siempre hay una primera vez.—Dije tajante.—¿Me enseñarás la casa?

—Lo único que te hace falta saber es el camino de nuestra habitación. Es dónde estarás la mayor parte del tiempo.—Justin se dirigió a su mini bar y cogió la primer botella de alcohol que vio a su alcance.

—¿Así que este era tu plan?—Sonreí.—Tenerme como esclava sexual unos días.

Ella asintió y se sentó en el gran sofá de la sala de estar. Justin la examinó, es una perra en carne y hueso, pensó con amargura. ¿Qué le gustaba tanto de ella? Se preguntaba mientras bebía a trago seco su Tequila.

—Es una pena que no vuelvas a hablar con ese amante tuyo.—Le dijo Justin a Chanel quien se detuvo a mirarlo por un momento antes de echarse a reír.—Es bueno que a alguno de los dos le haga gracia.

—Sin duda.—Respondió Chanel.—Es bueno que digas eso ya que tengo su boda la semana que viene y estaré encantada de ir.

Justin se detuvo en seco.

—¿Una boda?—Cuestionó.—Estaré encantado de ir.

—Nadie aparte de mi hermana sabe de tu existencia así que no, no irás.

—Bebé, eso es porque no tienes a quien contárselo. Pero tranquila, me he encargado personalmente de presentarme a tu amante. ¿Franco? Sino me equivoco.

—¿Estás diciendo que no solo revisaste mis llamadas sino que también le has llamado?—Gritó ella poniéndose de pie. Era un maleducado y lo odiaba, se recordó.

—Así es, te agradecería que bajases la voz. Me duele la cabeza.

—Me gustaría que dejaras de hablar, me duele la cabeza también.

—¿También te afectó el viaje?

—No. Has sido tú.—Ella volvió a sentarse en frente de Justin y sus miradas se cruzaban pero ninguno decía nada.—Entonces le dijiste; Hola soy el jefe de Chanel, al cual se folla. ¿Por qué hablas con ella?

Chanel decidió romper el silencio que la estaba matando.—Mh, no me gusta presentarme como tú jefe. Ahora estás en mi cama, eres mi amante y como eso está mal visto. Te presentaré como mi novia y yo por supuesto, seré tu novio.

Daddy's club j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora