I Hades

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La sombra de un gran roble se alzaba sobre mí, oscureciendo levemente mi figura. El olor de un mar lejano entraba por mi nariz, irritándola de maneras impensables. Mi cabeza se abrió dejando vagar a mis pensamientos en una densa nube de incertidumbre, mientras un sol rojo bajaba rápidamente del cielo hacia una total y vacía oscuridad. Una figura femenina se acercaba lentamente hacia mí, bordeando el gigante roble y abriendo los brazos en mi dirección; era Perséfone, hija de Zeus y Deméter. De su hombro derecho colgaba un hacha negra con una extraña inscripción en el mango. Perséfone se acercó más y más, mientras empuñaba el hacha lentamente. Cuando finalmente estuvo frente a mí, cortó mi cuerpo por la mitad, de arriba abajo. De mis entrañas surgió otra figura más oscura y con ojos rojos brillantes. Su silueta se abalanzo sobre Perséfone, llevándosela bajo tierra al reino de la oscuridad, mientras mi cuerpo se rearmaba como un rompecabezas. Mi visión se nubló, dando paso a...

-¡AHHHHH! –Grité al despertar- ¿Hades?

**

"Y aquí tenemos a seis mortífagos desaparecidos... tres de ellos muertos en mi servicio. Otro, demasiado cobarde para venir, lo pagará, Otro que creo que me ha dejado para siempre... ha de morir, por supuesto. Y otro que sigue siendo mi vasallo más fiel, y que ya se ha reincorporado a mi servicio."

**

Mientras me duchaba, una estridente voz resonó en mi cabeza:

-Hermano, ¿Estás ahí?

-Sí, aquí estoy, Hímero. ¿Qué quieres?

-Veras... necesitamos un favor de ti. ¿Sabes acerca de la Piedra Filosofal?

-¿El objeto místico que reviviría a Cronos si entra en contacto con la Fuente de la Juventud? Sí, he oído de ella.

-Bien, escucha, Anteros y yo éramos los guardianes de la piedra hasta que... desapareció entre las capas de objetos que juramos proteger. Bien, vimos a Némesis salir de nuestro santuario el otro día y pensamos que ella estaba enamorada de alguno de los dos...

-Al grano –Gruñí.

-Está bien, como resulta que ella no estaba enamorada de ninguno de nosotros, pues le preguntamos, creemos que ella robo la piedra y busca la fuente para despertar a Cronos... Fiuuu –Suspiro mi hermano- no creí que te lo contaría tan rápido.

-¿Y me necesitan para...?

-Buscar la piedra.

-¿Esperan que busque la piedra que ustedes juraron proteger? – Pregunté indignado por su estúpida e incoherente petición.

-Si –Respondió mi hermano sin más.

-No lo creo. No resolveré sus problemas todo el tiempo, pedazos de... -El vibrante sonido del timbre interrumpió la tunda verbal que le dedicaba a mi impasible hermano- Te dejo –Y apagué la MindConnection. Camine hacia la puerta y miré por la mirilla. Un enorme pastel de chocolate estaba siendo sostenido por un chico alto con gorra y auriculares colgando de su cuello. A su lado una hermosa chica sostenía una bolsa con lo que parecía helado y varias revistas. Abrí la puerta.

-¡Feliz Cumpleaños! –Gritó el chico del pastel casi dejándolo caer- Oh, y Feliz San Valentín

-Gracias, supongo –Respondí desanimado- Y Feliz San Valentín a ti también, Harry.

La chica que aún estaba fuera del departamento se aclaró la garganta. Cuando volteamos a verla, me dio un gran abrazo. Me sonrojé como manzana ensangrentada durante la eternidad que pareció durar el abrazo. Harry, mi mejor amigo y hermano mellizo de la chica, sonrió y me guiñó un ojo mientras colocaba el pastel sobre la mesa. Luego del abrazo eterno, la chica habló:

Cupido: El nacimiento de SunevDonde viven las historias. Descúbrelo ahora