Un intenso zumbido resonaba en mi cabeza, cuya migraña la hacía arder insoportablemente. Pasos se oían por sobre el zumbido. Voces murmuraban deseos que yo, de momento, aun no comprendía. Pero quería comprender. Abrí los ojos lentamente, siendo cegado por la luz. Por un momento, uno muy pequeño, sentí que estaba en un limbo, un lugar para descansar luego de la muerte. Entonces vi a la figura sentada frente a mí. Con una piel tostada y unos fuertes ojos cafés, esta chica se fijaba en mí con curiosidad, casi divertida.
-Al fin despiertas -Dijo sonriendo. Su voz, suave pero firme, demostraba calidez y cariño.
-Ehm... -Susurré-, ¿Dónde estoy?
La chica rio, dejando ver su perlada dentadura. Un destello dorado se vio en su mirada. La chica se levantó y comenzó a caminar hasta el fondo de la habitación. Su cabellera castaña se agitaba al caminar, dándole un débil bamboleo a sus puntas naranjas.
-¿Quisieras tomar algo, Eros?
-Agua, por favor -Respondí, casi sin voz. Luego añadí-: Oye, ¿Quién eres?
Pero la chica ya se había ido de la habitación. Me levanté de la cama en la que me encontraba, y salí, siguiendo a la chica.
**
El olor a bosque inundo mi olfato y sentí como una inmensa calma llenaba mi cuerpo. Un río se oía al fondo, muy al fondo, con un ligero chapotear. Y allí, en el rio, estaba ella, jugando con lo que parecía ser una cierva. Riendo y con el mojado cabello revoloteando, pero tal vez por mi vuelta a la realidad, su belleza se hacía más presente que cuando la vi en la habitación.
-¡Disculpe! -Grité por sobre los sonidos forestales-. ¡Chica! ¡¿Me respondería algunas preguntas?!
-¡Ven! -Dijo, haciendo el gesto con la mano.
Cuando llegué al río, noté que ella no estaba vestida. Ahí, en el agua, tal cual como apareció en el mundo, supuse. Era difícil verla a los ojos.
-Entra -Dijo, riendo y acariciando a la cierva.
-Aquí estoy bien, ehm...
-Agápi, puedes llamarme Agápi.
-Extraño nombre -Murmuré.
-¿Dijiste algo, Eros?
-¿Oh? -Exclamé-. No, nada... ¿Cómo sabes mi nombre?
-Eso es fácil -Contestó, mirando con complicidad a la cierva-. Es normal que yo sepa tu nombre. Yo soy lo que te complementa.
-A que te... Disculpa, pero podrías taparte... eso -Dije, avergonzado, señalando todo su cuerpo.
Luego de que se secó y se vistió, se sentó en la orilla del río. La imité.
-¿Decías algo? -Preguntó.
-Si -Apunté-. Preguntaba qué a que te referías con eso de que me "complementas"
-La respuesta está en tu vida, Eros -Contestó Agápi, mirando soñadoramente al horizonte.
-¿Qué quieres decir?
-Que soy la fuerza que hace que existas. Soy la razón por la que vives. Sin mí, no tendrías trabajo. Soy el hecho de que por tanto tiempos hayas rondado por la tierra.
No podía estar pasando. Recordé rápidamente mi reunión con el Circulo de Cinco, o, bueno, con parte de él. Recordé a Espacio y a Tiempo, pero solo podía recordar sus voces. Nunca se presentaron a mí de forma física, no como ahora lo estaba haciendo Amor.
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Cupido: El nacimiento de Sunev
Fiksi IlmiahUna Organización desconocida secuestra a Eros, clonándolo y creando vida. Esta creación es todo lo opuesto de Eros: Es femenina, fría, letal y piensa que el amor es una debilidad. Eros encontrara en Sunev a su mayor némesis.