Veinte

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Estaba recostado en mi cama junto a Jongin, cara a cara, hablando trivialidades. Era un chico interesante, divertido, amable y humilde, de un corazón enorme. Lo envidiaba, él lo había tenido todo en sus manos, lo tiene, amigos, familia y felicidad. 

- Entonces estaba a cuatro cuando entraste... - solté una carcajada apenas ver su mueca de asco cuando pronuncié esas palabras. 

- ¡Yo no quería ver a Luhan así, maldición, ni mucho menos con el idiota cara de culo de Sehun! - exclamó, tallándose los ojos - oh Dios mío que asco... 

Reí de nueva cuenta, acomodando mi cabeza en su pecho al estar tan cerca. Aspiré su aroma, era miel, como la de un bebé. Cerré los ojos, hacía mucho que no tenía un contacto tan cercano con alguien, tan intimo. 

- ¿Quién era él? - murmuró de repente, acariciando mi espalda. 

- ¿Quién? - cuestioné con confusión, sin saber a lo que se refería. 

- El chico de aquel día, cuando saliste llorando de trabajar... - oh, él. Tragué saliva y alcé el rostro, atrapando su mirada con la mía. 

¿Le tenía tanta confianza como para contarle? Min Yoongi era un trozo importante de mi vida, de esos de los que era envidioso de compartir, que me daba miedo. Hablar de él me llenaba de recuerdos con colores grises y rosas, de ganas irremediables de llorar para siempre. 

Tal vez, si que le tenía confianza a Kim Jongin. 

- Mi ex novio... - susurré, inseguro todavía - las cosas no terminaron muy bien, bueno, ni siquiera terminaron... - frunció el ceño ante mis palabras - se fue sin mas, ni siquiera terminó conmigo, después me enteré de que se casó - mi voz poco a poco fue quebrándose estallando en un inevitable sollozo. 

Me costó tanto amarte y me esta costando aun mas odiarte. 

-  No te merecía - negué, limpiando mis lagrimas bruscamente, avergonzado conmigo mismo por ser tan débil. 

- Siempre he pensado que el problema soy yo, ¿sabes? - comencé a hablar, girando en la cama, quedando de espaldas a él, trazando círculos imaginarios en el colchón - estoy tan sucio, tan marcado, nadie podría querer  un cuerpo como el mío, ni a alguien como yo, tan roto... - apreté mis rodillas contra mi pecho, llorando en silencio, recordando cosas que poco a poco había ido superando, los peores momentos de mi vida, mi piel siendo tocada y maltratada por aquellas terroríficas manos espinosas atrapadas en mi pasado. 

Sus brazos me voltearon de manera brusca y de nuevo lo miré, su expresión era seria y parecía molesto. No te enojes. 

- No se que clase de espejos compras - susurra, cada vez mas cerca mío - pero a mis ojos, eres perfecto. Cualquiera que te vea de otra forma, esta completamente ciego - no, no digas esas cosas - no tienes idea de lo precioso que eres ante mis ojos - tengo miedo de hacerte daño.

Sus labios estaban tan cerca de los míos y nuestras respiraciones chocaban, miró los míos y se acercó con intenciones que inmediatamente supe leer. Volteé mi rostro hacia un lado, chocando sus labios con mi mejilla, agachó la mirada, apenado. 

- Lo entendí... - susurró, casi inaudible. 

- Lo siento - dije inmediatamente, abrazándome a él cuando se sentó en una esquina de la cama, sin querer voltear a verme - yo no puedo... - sonrió, fingió estar bien, el dolor se reflejaba en su mirada. Nada estaba bien. 

- Lo entiendo, Jimin - mi celular sonó, rompiendo completamente con la tensión, reímos un poco, la situación era casi patética. 

Contesté sin siquiera mirar el número. 

- Jimin, ven, por favor, estamos frente al río Han, es Yoongi, el realmente te necesita ahora - la voz de Jungkook invadió mis oídos. Sonaba alterado, podía escuchar sus sollozos, me preocupé al instante colocándome mis zapatos, entrando en pánico.

Mi pulso y el latido de mi corazón se aceleró, pude divisar a Jongin preocupado y le indiqué con gestos que se arreglara. 

- ¿Qué pasó Jungkook? - un sollozo, ninguna palabra -¿¡Qué pasó!? - exclamé, furioso de repente sin saber porque. 

- Es la señora Min... - habló después de segundos, alertándome - ella murió hoy...


No tengo nada que decir.

Eres hermoso, Jimin | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora