Veintisiete

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 Había un montón de cosas que caían sobre mis hombros, había resultado siendo yo el malo de la película, y no me consideraba malo, solo un maldito imbécil. Le había arrebatado todo a Jimin y huido sin devolverle nada. Y si bien había una explicación para esto, estaba seguro de que regresar con él de inmediato era una decisión apresurada. 

Para mi era un verdadero sueño volver a besar sus labios por mas de diez minutos. 

Mientras estaba con Jisoo, mis labios jamás habían probado los suyos, no la había tocado mas que para molestarla mientras dormía y las veces que la había visto desnuda (dos, tal vez) eran cuando no podía aguantarme las ganas de ir al baño mientras ella se estaba bañando. Y no, mear por la ventana no era una opción. 

Ella vivía enamorada del chico con el que me engañó al que no había visto desde hace bastante tiempo. Según ella, se había ido a estudiar música a algún otro lugar. A veces la veía fumar en la terraza con una expresión nostálgica tragándose sus lagrimas, intentando reparar su corazón roto. 

"Su chico de labios sabor caramelo y piel de chocolate". 

Sus heridas, como las mías estaban abiertas. Sus sueños mas resplandecientes que nunca, su sonrisa un poco dañada pero igual de bonita. Y sus ojos eran sonrientes y algo vacíos. Solo un poco. Ella no desfallecería. No como yo lo hice durante estos años siendo un muerto viviente, respirando por respirar, siéndome insoportable, sintiendo como la culpabilidad y la tristeza me quebraban poco a poco por dentro. 

No había perdido el contacto con Jimin desde esa vez. No sabía siquiera si habíamos vuelto a ser amigos.

Esa noche sellamos un pacto implícito en un par de sonrisas, yo viendo constelaciones en sus ojos y a saber que veía él en los míos. Ese pacto recitaba en silencio y con la calma del viento: "es un nuevo comienzo para volver a pensar, para volver a soñar despiertos y volver a reírnos del otro." 

Justo ahora estábamos caminando rumbo a su departamento, charlando sobre su universidad a punto de finalizar y como por fin logró romper contacto con sus padres. Le hablaba un poco de mi vida mientras no estuve con él, mis aventuras con Jisoo y como tratábamos de hacer la peor comida del mundo cuando mi padre llegaba a cenar, en mis peleas con él y nuestro esperado divorcio. Le aclaré como era mi relación con ella desde el principio cuando detecte una pizca de molestia en su rostro al nombrarla. Le comenté que al igual que yo, ella amaba a alguien mas. 

Me sonrió con un sonrojo pintando las mejillas que aun sobresalían de su rostro. Jimin ya no tartamudeaba tanto al hablar de él, ya no caminaba con la tan cabeza gacha y miraba un poco hacia el frente, no temía mirarme como yo le temía a él. Pero le seguía temiendo al mundo, podía notarlo cuando se exaltaba al escuchar el claxon de un carro o cuando los perros se acercaban a a ladrar, y cuando la gente lo miraba tan fijamente andando por la calle se encogía en si mismo. 

Había un aura triste alrededor de él todavía. 

Cuando llegamos a su hogar nos encontramos a una figura alta y morena frente a su puerta, volteó a verme con incomodidad. 

- Jongin... - observé como se paraba de puntillas para susurrarle algo al oído y no pude evitar sonreír enternecido. Sabía que medíamos lo mismo, pero él era mil veces mas tierno que yo. 

El moreno me sonrió. Lo recordaba vagamente (y ni tanto porque lo vi únicamente de lejos) del día en que Jimin fue a verme cuando murió mi madre.

- Así que eres tu el aclamado recuerdo sin nombre - le miré, no había ninguna clase de malicia en su comentario.

- Me llamo Min Yoongi - su rostro palideció de repente. 

- T-tu... - tragó saliva con fuerza sin dejar de mirarme - ¿conoces a Jisoo, entonces? 

Piel morena, alto y ojos oscuros... 

- Oh por Dios - dije en voz alta. Ahora ambos nos miramos con una incomodidad enorme, Jimin nos observó a ambos con curiosidad - entonces tu también eres un recuerdo sin nombre - sus mejillas enrojecieron y me reí. Cuantas vueltas daba el mundo. Alcé ambas cejas al notar como boqueaba nervioso.

- M-me llamo Kim Jongin. 

Al fin conocía el nombre de esa parte de si misma que mi pequeña guardaba tanto. 

Él se fue despidiéndose rápidamente de Jimin olvidando por completo lo que venía a hacer a su casa, el chico entonces volteó a mirarme esperando respuestas, aunque antes de explicarle cualquier cosa le pedí que abriera la puerta. Cuando entramos, absolutamente todo olía a él, la fragancia que siempre usaba y un poco de su olor natural. 

- Jongin y tu, ¿se conocen de algo? - solté una carcajada acordándome una vez mas de lo patética que era la situación. 

- Jisoo me engañó con él hace un tiempo, recordarlo ahora me parece gracioso. 

Y tampoco era tonto, ese era el chico que intentaba conquistar a Jimin, del que tanto Jin y Namjoon habían hablado, diciéndole Kai, y el chico con el que Jungkook compartió habitación en Busan, en donde estudiaban música. 

Pero no diría nada al respecto, no tenía el absoluto derecho a sentirme celoso. Aunque si lo estaba eso Jimin no tiene porque saberlo. 

Le sonreí y tomé sus mejillas entre mis manos, me sonrió también y colocó sus manos sobre las mías. me sentí nervioso de un momento para otro. El roce se sentía tan íntimo que me hacía recordar tantas cosas que quemaban en mi pecho. 

No hicimos nada mas que dormir abrazados esa noche. Sus manos seguían siendo igual de pequeñas. 


VOLVÍ. Ay, lo siento, pero supongo que ya tienen una idea de porque deje de escribirla un tiempo, solo necesitaba un descanso de esto. Esta es la re conquista, porque por cierto, nunca se vio como Yoongi lo conquistaba y sinceramente me siento emocionada por esto. 

Espero que todavía haya alguien ahí JAJAJAJ, las amo, en serio. Y estoy mejor. Y un poco preparada. 

Y creo que ahora conocen el futuro de Jisoo y Jongin. Si lo miran de alguna u otra forma, sigue siendo Kaisoo. Bueno, va, lo siento, pero me pareció interesante hacer esto. 

Las quiero mucho, nunca me cansaré de repetirlo <3 



Eres hermoso, Jimin | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora