Uno.

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Una calada profunda con los ojos cerrados, la cabeza hacia el cielo, disfrutando de la momentanea tranquilidad, intentando deshacerme de mis problemas. Deje salir el humo, mientras poco a poco abría los ojos, y en mis labios aparecía una ladina sonrisa, de felicidad pura. Pero nada dura, nada. Ella es efímera.

Una vez superado el estado de relajación, volvere a darme asco, querré morir de nuevo, dejar de sentir, cortarme las venas.

Sentí una presencia al lado mío, que me arrebato el cigarro que recién había llevado a mis labios, y él inhaló del mismo. Sonreí.

—"entonces, su sonisa, si todavía existe, se vuelve un arco iris"—dice en voz alta, mis ojos detectan la lagrima que resbala de sus ojos, era una urgencia. Agacho la cabeza y lo dejo solo en sus pensamientos—Mario Benedetti—dice después de unos minutos, mirándome. 

—¿Eh?—lo miro dudoso, el curva sus labios.

—El poema, es de Mario Benedetti, Arco iris, deberías revisarlo—asiento, comprendiendo ahora—siento molestarte, pero en serio me urgía fumar uno de estos ahora.

—¿Y por qué no ir a la tienda de en frente, entonces?—rió y él se encoge de hombros.

—La chica de la tienda no es tan linda como tu—eso no me lo esperaba. Toma mi mano y saca una pluma de su bolsillo trasero, lo noto escribiendo su número, cuando acaba se levanta, sacudiendo el pantalón—espero me llames—guiña un ojo.

"Min Yoongi" Lindo nombre. Ojalá lo que dijese fuese verdad, yo no podría ser tan hermoso como esa chica.

Esa misma noche, después de recibir un regaño de mi madre por apestar a cigarro y llegar tan tarde, revisé el poema que me dijo y le mande un mensaje, diciéndole. Dijo que le pareció excelente, y que ojalá siga leyendo poesía, porque es hermosa, como yo. Miente.


Eres hermoso, Jimin | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora