La profesora me miro severamente y hasta pude distinguir... ¿miedo? -Ve con la psicóloga- ya me lo esperaba.
No necesito a ese internado, no necesito a nadie, solo quiero salir de aquí lo más pronto posible, ya no lo soporto. Había terminado mi castigo que me habían dado y ya era la hora de la cena.
Estaba sentada sola, en una mesa que tenía una linda vista al patio, con la capucha del buso puesta, mirando concentrada a mi hamburguesa con queso, cuando alguien se acercó y se sentó enfrente mio. Levanté la cara. Él era más alto que yo, tenía el cabello rubio, unos ojos de un increíble azul eléctrico y una expresión amable en su cara.
-Hola- me saludo
-hola- le dije- ¿que querés?
Frunció el ceño- hacer una amiga y devolverte esto- me tendió en la mano unos papeles rotos- ¿por que preguntas?-
- Porque, normalmente nadie se sienta aquí, a no ser que sea un idiota, que busque una muerte segura o que quiera decirme que los directores me están buscando- mire los papeles- son basura, ¿porque me los das?-
-Si te fijas bien- dijo mientras cambiaba los papeles de lugar- son lo que estabas escribiendo antes de que la profesora te llamaran-
-¿tu estabas ahí?- el asintió- ¿y buscaste en la basura esos dibujos/garabatos?-
-No son garabatos, míralos juntos de nuevo- observé los papeles que formaban una hoja entera, solamente eran letras raras, pero estaba segura que de algún lado las conocía. Y de alguna manera las podía leer.
- Marina Paula de Vasconcelos- leí en vos alta-
- así es- miró preocupado alrededor.
- que ocurre- le pregunté.
-nada- frunci el ceño- en serio, no es nada- le creí- escucha, lo que escribiste, lo escribiste en griego-
Lo mire incrédula- yo no sé escribir en griego- suspiré- perdona, ¿como te llamas?-
-Jason Grace- respondió.
-escucha Jason, no se porque me das eso-señale los papeles- tampoco se como es que escribí mi nombre en griego, pero tengo que irme- justo sonó el timbre- ¿estas internado aquí?-
-si- respondió nervioso.
-bueno, supongo que te veré mañana- me levanté de la mesa y comencé a caminar hacia mi habitación, pero el me agarro, tocando la cinta que llevaba atada en mi antebrazo, me dio la vuelta y me miro, pude distinguir nervios en sus ojos, como si hubiera visto un monstruo.
- Escucha, estas en peligro aquí. Si me acompañas estarás a salvo y te explicaremos todo lo que quieras saber- lo escuché y mire alrededor procesando sus palabras. Reparé en que no había nadie y todo estaba en silencio.
De la nada, algo de estrelló contra la ventana del pasillo, provocando que esta se rompiera-¡Corre!¡Ve a tu habitación, toma tus cosas y ponlas en una mochila-
No hacía falta repetirlo, no entendía nada de lo que él estaba diciendo. Pero el golpe en la ventana y su expresión preocupada, me bastó para por lo menos hacerle caso.
Comencé a correr a mi cuarto, abrí la puerta y empezé a guardar todas mis cosas en una mochila mientras Katherine me preguntaba desesperadamente que ocurría. Cerré la mochila y antes de salir del cuarto le dije:
- Tranquila, esta todo bien, pronto volveré, solo saldré a dar un paseo como ayer-
Esa excusa nunca falla. Aunque no estaba segura de que fuera cierto.
Salí corriendo hacia donde había dejado a Jason. Cuando llegué solo vi el oscuro pasillo oscuro y los vidrios rotos esparcidos por el piso. Escuché unos siseos y pasos y me escondí detrás de una pared. Los sonidos cada vez se escuchaban más cerca, entonces los vi. Estaba apunto de gritar cuando una mano me tapo la boca y me jalo hacia atrás. Pude ver a Jason.
-Tranquila, todo va a estar bien- me dijo.
-Pero que mierda son?!- le grite/susurre.
-Son dracaenaes, o más simple don mujeres-serpiente-
-Son mounstros- murmuré- como salimos de aquí sin que nos vean.
-Que no nos vean a ser imposible, pero yo las enfrentaré, tu corre a la puerta, afuera hay un chico de pelo castaño, se llama Travis, dile que me espere yo enseguida voy- lo mire con el ceño fruncido, no entendía nada de lo que estaba pasando- no te preocupes, Travis es un amigo no te hará nada malo, solo te sacaremos de aquí-.
Lo dijo como si fuera lo más normal del mundo.
En la mano él tenía una espada, ¿de donde la saco?, pensé. Se abalanzó hacia lo que parecían 3 mujeres-serpiente y comenzó a atacarlas, en la oscuridad pude ver cómo una le hacía un tajo a Jason en la pierna. Me lanzo una mirada que decía <<ve a la puerta>>.
Corrí por el pasillo en la oscuridad, ya estaba a dos metros de la puerta, entonces escuché un golpe y me voltee y vi como algo o mejor dicho alguien con forma humana salir disparado hacia donde me encontraba, me acerque con cuidado y pude ver a un chico rubio y pálido que se distinguía gracias a la luz de la luna que entraba por las ventanas.
Pude ver que respiraba y sangraba por la pierna y al cabeza. Siseos se escuchaban cerca mio, arrastre a Jason a la puerta. Lamentablemente por la luz de la luna vi a esas dracaenaes acercándose. Instintivamente agarre la espada que tenía Jason para por lo menos defenderme. Apunte con ella a las dracaenae. Una de ellas me lanzo un cuchillo y este logro hacerme un tajo en el antebrazo derecho, provocándome que tirara la espada a un lado.
- Que inssssssolente eresss pequeña ssemidiossa- dijo, más bien, siseo una de ellas.
- Nos hemos ganado la lotería, dos hijos de los 3 grandes, su sangre de ser deliciosa- dijo otra.
¿Como me llamó? Pequeña semidiosa, a que carajo se refería. Si algo quedó claro es que querían matarnos. No podía pensar mucho por el dolor punzante de mi brazo, que ahora se ponía verde y sangraba. Me tire al suelo contra la puerta con el cuerpo inconsciente de Jason a mi lado. Omití el dolor y volví a agarrar la espada.
- Rindete, sabemos cómo va a terminar esto, vasss a estar muerta junto con él- la dracaenae lo señalo- ya no hay nada que pueda salvarte.
No quería que nada malo nos pase, el se puso en peligro para que escapara, le devolvería el favor.
Pero si hay algo que odio más que nada en el mundo es que me digan cómo va a terminar todo y que no se pueda cambiar, como si me obligarán a rendirme. Mala suerte. No soy de esas personas que se rinden en la primera oportunidad. No iba a soportar que cualquier persona (o monstruo) me subestimar.
<< Eso, corta a esas serpientes en miles de pedacitos y mandalas al Tártaro>>.
<<Shhh, déjala, tiene que pensar en una estrategia para salir de ahí>>.
Voces me hablaban en mi cabeza, como si me obligarán a pelear o a "planear una estrategia".
Trate de pensar: vamos Mali tienes que sacarte de ahí, no vas a morir, tienes mucho que vivir todavía, tienes que cumplir tu promesa, pensé.
Muchas emociones me invadian: furia, enojó y miedo?
Sentí un extraño jalón en mi estomago...
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1198 palabras, no está nada mal. Okey, se me desorganizado un poco las ideas, ya quiero seguir. Pero el terrible dolor de cabeza no me deja escribir con claridad, perdón si está confuso.
Pero.....
Que son esas voces en la cabeza de Mali? Lograrán escapar de ahí sin ningún rasguño?
Lo lamento si me tardo un huevo en actualizar, pero haré lo que pueda.
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Mali, la hija del agua: Una extraña entre los semidioses
FantasyMali, solo espera que algún día la saquen de un internado para volver algún día donde nació y reencontrarse con su familia y cumplir su promesa. Pero no esperaba que descubriría que es hija de un dios griego y que el destino le tenía algo preparado...