A Pole Dancer (anteriormente Pole & Sexy Dance)

11. Safe

Luego de unos aproximadamente treinta o cuarenta minutos de viaje, Claire habló.

–Por fin llegamos, bienvenida a la carcel, digo.–Río y luego carraspeo–. Tu nuevo hogar.–Informó Claire.

Me limité a quedarme callada, solo a observar el lugar que me señalaba con su dedo índice, era una cabaña que a simple vista se notaba que estaba abandonada. La pintura se despegaba de las paredes, la madera del pórtico estaba rota como también podrida, y la puerta principal estaba salida del marco.

–Dime que esto es una broma.–Arquee una ceja.

–No lo es, en realidad es lo mejor que tenemos.–Sonrío ella con sorna.

–¿Tenemos?–Inquirí curiosa.

–Lo entenderás todo luego Emma, ahora entra a tu palacio.–En la última palabra soltó una carcajada.

Me baje de la camioneta junto con ella, apreté más a mi cuerpo la chaqueta y la seguí hasta el interior de la 'mansión'.

–Quita esa cara Emma, esto es solo una pequeña distracción.–Dijo con fastidio.

–¿Pequeña distracción? ¡Podrías siquiera decirme porque demonios me trajiste a este lugar!–Exclamé ya alterada, me alteraba no saber que demonios sucedía.

–Has silencio.–Me regaño–. Despertaras a las ratas.

–¿¡Ratas?!–Exclamé.

Ella rodó los ojos y me tomo del brazo adentrándonos más en el lugar, al final de la cabaña había una puerta que parecía ser un closet. Claire se acercó y la abrió para después meternos en este en el cual habían muchos abrigos empolvados, que gracias al polvo empecé a toser.

–Tu de verdad que no conoces el significado de la palabra discreción.–Murmuró.

–¿Acaso vamos a Narnia?–Pregunte intentado alejar los empolvados abrigos de mi–. Porque si es así, es bastante cliché para que lo sepas.

Ella solo rodo los ojos y permanecio callada, hacia tanto ese gesto cuando estaba conmigo. La rubia paso su mano por la sucia madera y luego poso la mano en un lugar en específico. Toco una vez con sus nudillos y se escuchó el sonido del eco, se agachó y como si de una tapa se tratara retiró la madera dejando al descubierto unas escaleras subterráneas.

–A la mierda.–Dije lentamente, y muy asombrada.

–Calla y sígueme.

Asentí un poco desganada pero al final la seguí, ella volvió a tapar el agujero y se volteó para seguir avanzando escaleras abajo. Luego de par de minutos después llegamos a una puerta, Claire introdujo en un panel una larga contraseña que resultó ser la clave de la puerta.

–Ahora sí, bienvenida Emma al lugar que perteneces.–Dijo entrando al lugar.

Me quedé impactado admirando a lo que tenía al frente de mi, parecía todo un edifico subterráneo, personas con aspectos de ejecutivos pasaban de un lado a otro, otros vestían de una manera deportiva y otros como estaba Claire en estos momentos, de negro de pies a cabeza.