15. Secreto ¿Descubierto?

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–Tierra llamando a Emma.–Dijo Matt chasqueando sus dedos justo frente a mi rostro–. ¡Emma reacciona!–Exclamó sacándome de mis pensamientos.

–¿Qué?–Pregunte desconcertada.

–Llevas en las nubes más de diez minutos Emma, ahora volviendo a lo que estábamos, ¿puedes decirme la finalidad de la semiótica?–Preguntó arqueando una ceja.

–Si es..es...no tengo ni puta idea Matt.–Hundí mi rostro en mis manos–. Lo lamento enserio, he tenido problemas últimamente en casa y no tengo cabeza para más nada.–Mentí, ¿o no? Mis hermanos todos estaban distanciados.

Pero no era el caso. El caso era que no podía decirle que lo único que pasaba por mi cabeza era el nombre de su primo.

Y de la interesante noche que pasamos juntos.

–Solo continuemos, volviendo al tema ya sabemos que...–El tono de un teléfono lo interrumpió, el frunció el ceño y sacó su teléfono de su chaqueta.

Matt me hizo una seña con su dedo índice en señal que esperará un segundo y se levanto de su asiento para luego alejarse unos pasos de dónde estábamos.

Detalle cada una de las expresiones que hacía el castaño mientras hablaba por teléfono y por unos segundos fruncía el ceño pero después se suavizaba. Luego de unos más o menos cinco minutos volvió a su anterior asiento, con una expresión no muy feliz en su rostro.

–Lo lamento Emma tengo que irme.–Informó recogiendo sus cosas de la mesa del jardín de la universidad–. Nos vemos.–Dejó un beso en mi frente.

Despues de decir eso se alejó hasta el aparcamiento en el cual había un auto, que por lo visto estaba esperando por el.

–¡Emma!–Exclamó una voz femenina junto a mí, haciendo que me sobresaltara.

–¡Demonios Amelia!–Lleve mi mano derecha a mi pecho por inercia gracias el susto que me había dado mi pelirroja mejor amiga–. ¿Pueden dejar de hacerme eso?

–¿Llegue en mal momento?–Ahogó una carcajada.

–Justo a tiempo.–Seguí mirando hacia donde se había ido Matt–. Aunque ni tanto, solo estudiábamos.

–Creí que si.–Torció su boca a un costado–. Ya a estas alturas pensé que Matthew por fin se te había declarado, ya está casi que babea cuando apenas te ve.–Soltó una carcajada.

Reí para después comenzar a recoger mis cosas de la mesa.

–¿Así como cuando tú ves a mi hermano?–Contraataque con una sonrisa burlona.

–Oye basta, ya te pasaste, ya te fuiste.–Se cruzó de hombros–. Sabes Emma, había algo de lo que quería platicarte.–Dijo en un tono un poco apenado, algo que no era nada usual en ella, nada.

–Soy toda oídos Amelia Myers.–Apoye el codo sobre la mesa para después apoyar mi barbilla en mi puño.

–¿Qué rayos pasó hace dos noches en Empire?–Pregunto mirándome fijamente a los ojos–. Y no me digas que nada porque sé que no fue así, llegaste muy extraña después del privado.

Suspiré pesadamente y por alguna extraña razón pude sentir como el calor subía lentamente a mis mejillas. Delatándome de una manera muy descarada frente a mi amiga de que si había sucedido algo ese día en la zona vip de Empire.

–Bueno... pues...–Suspire dejando caer mis hombros–. Estuve con Liam.

–¿¡Tuviste sex...

–¡No!–La interrumpí–. No a ese estuvimos juntos, me refiero a que él fue mi cliente en el privado.–La última palabra la dije en voz baja–. Aunque casi..casi..–Suspire y solté un gruñido de frustración–. Casi pasa.

–¿¡QUÉ?!–Exclamó llamando la atención de las personas de nuestro alrededor.

–Has silencio Amelia.–Le susurre y fruncí el ceño–. Él fue el cliente de esa noche y no es todo, él sabe que trabajo ahí. Cometí la imprudencia de llamarlo por su nombre pero creí que no lo había notado. Pero después él me llamó por mi nombre.–Suspire pesadamente–. Si no hubiera sido por eso hubiera terminado..

–¿Con su pene dentro de tu vagina?–Abrí los ojos con brusquedad por lo sin filtro que era Amelia, mis mejillas no tardaron en enrojecerse–. Aunque a la vez estas metida en un gran aprieto Emma, ¿Sabes lo que es que sepan tu identidad?–Mordió su labio inferior–. ¿Lo has visto hoy?–Preguntó con preocupación.

–Ni por mala suerte, ¿pero sabes que? Así es mejor, le dije que no volviera jamás a Empire y que lo que había pasado allí adentro nunca había pasado.

–¿Por que siento que lo que estás es evitándolo?–Puso cara de pocos amigos.

No contesté, dándole así una respuesta a la vez. Ella rodo los ojos con fastidio.

–¿Sabes que cometiste una estupidez no, Emma Valentine?–Negué con la cabeza repetitivas veces–. Entre ustedes se nota a kilómetros la tensión sexual, hubieras tachado de tu lista tener sexo con Liam de una vez.–Se cruzó de brazos y rodo los ojos una vez más.

Por supuesto que quería que pasara, pero era dar un paso en falso. Luego no sabría que podía suceder y siempre tendría que ver con el por ser el primo de mi mejor amigo. Me atraía y muchísimo, pero no quería cruzar esa línea que me arraigara por completo a él. Me enfadaba que a él no lo pudiera borrar de mi sistema y ya, ese era mi día a día con los chicos, pero con el castaño de mirada tan oscura como la noche, no lo lograba.

–Ya basta, lo que pasó ya pasó y no sabré nada más de Liam Dawson. Es más creo que ya deberíamos irnos.–Sugerí levantándome de mi asiento.

–Bueno vámonos, pero aún así se que un día de estos llegaras y se notara en tus ojos ese respectivo brillo significativo de que tuviste un excelente sexo, ¿y con quien más será? Liam y nada más que Liam.–Río para después guiñarme un ojo–. ¿Como te le puedes resistir?

–¿Ese sexo del que sueñas tener con Travis?–Contraataque sonriendo victoriosa, para después echarme a reír como una desquiciada.

La sonrisa que tenía hacia un par de segundos se borro para ser reemplazada por una línea recta en sus delgados labios.

–Ya cállate Emma, ves como dañas las cosas.


                              ******


–¡Ya estoy en casa!–Exclamé cuando entre por la puerta de nuestra nueva casa.

Últimamente era lo único que solía decir en casa. Ya que ninguno solíamos hablarnos como antes, de vez en cuando intercambiaba palabras con Trav y Thomas, pero a Jasper ni el saludo le dirigía. Los días pasaban y y aún sentía ese ardor al recordar lo que había hecho, pero esa era una actitud exclusiva mía, porque Thomas y Travis estaban normal, pero no se porque yo no podía borrar eso de mi cabeza.

–¿Puedes explicarme qué es esto Emma?–Pregunto Jasper sujetando en su mano derecha un pedazo de tela y en la izquierda una peluca rubia.

Mi peluca.

Jasper lentamente abrió su mano derecha revelándome bien el contenido en ella, y sentí palidecer cuando reconocí lo que era esa tela color rojo. Era la diminuta lencería que llegue a usar hace dos noches cuando le hice un privado y más que un privado a Liam.

A Pole Dancer (anteriormente Pole & Sexy Dance)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora