A Pole Dancer (anteriormente Pole & Sexy Dance)

28. No More Lies

–¿Cómo estás?–Pregunta Thomas desde la puerta de mi habitación.

Me di la vuelta y me fijé en mi pequeño hermano, que se encontraba recargado del marco de la puerta. Le medio sonreí y le hice una seña de que se acercará. Palmee el lugar vacío a mi lado y este sin dudarlo se acostó ahí.

–Eso debería preguntarte yo a ti.–Acaricie su rostro con la yema de mis dedos.

–Lo estoy, quiero decir, la rehabilitación no es nada fácil pero tengo una hermana que me apoya y me impulsa a seguir. Sobre la herida, estoy mucho mejor.–Sonrío mostrando su hermosa sonrisa, resaltó notoriamente el 'mejor'.

Thomas había entrado en rehabilitación luego del accidente. No fue nada fácil ver morir a su hermano al frente de sus ojos (ni para mí). Otra de las razones era por sus ataques suicidas, con un poco de ayuda él aceptó ya que al principio se negaba rotundamente, pero como él dijo; ahí estaría yo para sostenerlo. Sobre su apuñalada en el abdomen; Thomas corrió con la suerte de no tener heridas en algún órgano, solo fue cuestión de desinfectarla y esperar a que cicatrizará.

Justo ahora estábamos a dos meses de la muerte de Jasper y Travis.

¿Recuerdan la vez en la que se escucharon los tres disparos en la vieja bodega? Bueno, dos fueron a parar en el pecho de Jasper y uno a un costado de Mason, mi hermano murió al instante por el impacto, a diferencia de Mason, que por el lugar de la herida pudo resistir hasta que fueran por el.

–Siempre estaré para ti mi pulga.–Sonreí–. ¿Sabes? He estado pensando en no se..tal vez, irme de aquí.

–¿¡Me dejaras?!–Se apresuró a decir.

–¡No! Me refiero de irme o bueno, irnos.–Recalque muy bien el irnos–. De esta casa; ya nada es como antes y bueno honestamente no soporto el silencio, la soledad, creo que me entiendes; esto no es un hogar.

–Hasta Sam decayó desde que el ya no está.–Cerro sus ojos reprimiendo sus lágrimas.

–Todos en realidad.–Solté el aire retenido en mis pulmones–. Pero ¿sabes qué? Sé que él no hubiera querido eso. Debería estar sintiéndose mal ahora mismo al vernos así.

–Supongo qu..

–Es más.–Me senté en la cama de repente–. Ponte bonito muchachito que vamos a Nicky's por una malteada.–Intenté subirle el animo–. ¿Desde cuando no hacemos algo así?

Así como yo lo impulsaba a él, el hacía lo mismo conmigo. Fue parte esencial de mi rehabilitación, porque si, también había necesitado de ayudar profesional para superar la montaña rusa en la que se basó mi vida los últimos meses. Hasta hace no mucho fue que recuperé apenas mi sentido del humor, comencé a nuevamente sonreír y de disfrutar de hasta los más mínimos momentos de la vida.

Porque hoy estábamos, mañana no sabíamos.

–¿No deberías ir a la universidad?–Pregunto.

–¿Tú no deberías estar en la escuela?–Contraataque.

–Touche.–Alzó sus cejas y me señaló con su dedo índice–. Pero creo que será después, papá está abajo esperándote, dijo que era algo importante.