El escenario, las ovaciones y los aplausos eran mi día a día, no podía decepcionar a mi fiel público y mucho menos a misma, por alguna razón era conocida como la mayor adquisición del imperio de Adrien Ford. Había aprendido que de cada caída me llev...
Y tres semanas trabajando más de lo usual en el club. Por la ausencia de Ford en Empire, por alguna extraña razón habían aumentado nuestras horas de trabajo, eso significaba; más bailes eroticos, más cansancio y muchos más hombres molestos.
Sobre mi relación con Jasper, pues se fue deteriorando poco a poco, a partir de nuestra conversación de la última vez.
Mientras que con Liam, luego de nuestro último encuentro no volvió a aparecer ni por mala suerte en la universidad, ni en ningún lado, solo sabía de él cuando Matthew lo mencionaba cuando hablaban por teléfono.
Volviendo a la actualidad, por petición de Masón, comencé a asistir a clases de nada más y menos que de boxeo, que para mí completa felicidad la impartía la fabulosa, carismática y agradable Claire. Ella al principio se negó –como yo— pero después de un discurso por parte de Masón sobre si ella alguna vez llegara a no estar conmigo yo podría defenderme sin ningún problema, termino accediendo, a regañadientes, pero acepto.
A pesar de no estar muy de acuerdo con la idea de darme clases de boxeo, sabía que lo disfrutaba, digo, no me soportaba así que, ¿Por qué perder la oportunidad de golpearme con la excusa de que me estaba entrenando?
Como en las últimas tres semanas me encontraba en el ring con unas cuantas capas de sudor cubriendo mi cuerpo, intentando regular mi respiración tratando de esquivar a Claire, que en el proceso iba fallando notablemente. La rubia de cabello rizado era muy rápida, esquivaba los golpes con mucha facilidad y me persuadía de una manera increíble.
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¿O es que yo era muy mala?
–¡Vamos Emma! ¿No querrás que una simple niñita te siga pateando el trasero?–Siseo con sorna.
Esa era parte de su táctica, provocarme para después lanzar un golpe que me dejará fuera de combate. Lo que más me causaba impotencia era eso, sabía sus movimientos pero no lograba proporcionarle un golpe que siquiera le rozara.
–Pido descanso.–Hice una seña con mi mano a Claire, baje del ring y tome agua de una botella–. Claire, esto es imposible, no se.–Pase mi mano por mi cara frustrada retirando el sudor–. Demonios, no puedo hacer esto, no sin que me des una paliza.
Ella se echó a reír.
–Sabes que no me importa en lo absoluto, pero tienes que aprender, no es que me preocupes o algo Emma, solo sigo órdenes de Masón.–Río apoyándose de las cuerdas del ring–. ¿Pero sabes que? Ya me divertí mucho hoy, voy a cambiarme para irme, deberías ducharte y también irte.–Dijo para después bajar del ring y irse a buscar sus cosas en su locker.
