32. Serenata de rompimiento

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Maratón (parte 2)



Definitivamente, era un tonta cuando se trataba de beber. Ahora precisamente estaba a punto de sufrir una de las consecuencias de mi borrachera. 

Sabía que lo que estaba a punto de hacer, iba a provocarme una gran vergüenza con Chris, pero eso no me importaba. Lo único que hacer, era desahogar el sentimiento de impotencia que tenía, al estar a punto de perder a mi chico común gracias a Camila.

—Eres mi idola—me dijo Amanda, mientras llevábamos una enorme escalera que le habíamos robado a Alex.

Mi jefe no se había dado cuenta que sacamos esa escalera, ya que Ami había tenido la llave de la entrada alternativa, donde a su vez también se hallaba la bodega del restaurante en la que estaba guardada la escalera. Para nuestra suerte, Alex estaba demasiado ocupado en el restaurante, como para darse cuenta que dos borrachas locas estaban saqueando su bodega.

—Si Alex nos ve, nos va a matar. Primero que nada; por haber robado su escalera—le informé a Ami—. Segundo; por estar borrachísimas. Y tercero; porque se supone que tú deberías estar trabajando—yo hice mi observación, pero Ami parecía ni hacerme caso. Ella solo estaba perdida en sus pensamientos. 

—Naaa, ese chico es muy despistado como para andarse fijando en lo que ocurre en la calle. Y además le pedí permiso, porque tenía que estar contigo para evitar que te lances de un puente por culpa del amor—ella se burló de mi—. Claro que tuve que decirle que estaba enferma. 

—Si claro, y ahora me va a llamar a mí para que vaya a reemplazarte—le dije con los ojos entrecerrados—. Y bien sabes que mis vacaciones debería estar ocupándolas, en ir a llorar por mi novio falso traidor—me reí nostálgica. 

—Solo no le contestes a Alex y ya—me sugirió Ami. 

—Que empleada más ejemplar—le dije irónica, pero ella solo me soltó una risa.

—Mi trabajo va después de mi amiga—ella por regresar a mirarme, casi se tropieza con todo y escalera. Por suerte yo la avance a agarrar—. ¡Estoy bien!—me gritó quitando mi mano que la sostenía del brazo—¡No necesito ayuda!... ahm...como iba diciendo...por ahora es más importante apoyar a mi amiga, con su venganza al idiota de su novio.

—Por eso te quiero tanto—le hablé sentimental—. Pero quiero recordarte que yo no me quiero vengar, él no se merece...

—¡Aby, ya deja de hacerte la niña buena!—ella se detuvo poniendo de golpe la escalera en el piso. Yo por supuesto casi fui llevada por el peso—. Tú sabes muy bien, que en el fondo quieres hacer esto. Tú amiga Aby, quieres desahogarte.

—No lo sé—dije mirando a mi alrededor, donde unas cuantas personas que pasaban, se iban riendo de nosotras. Menos mal no se habían quedado a ver nuestro show—. ¡Pero solo para que veas que soy de palabra y que no le temo a nada ...lo voy hacer!—si definitivamente el alcohol le hacía mal a mi cabeza. No sé cómo fue que se me ocurrió hacerme la valiente ante el maravilloso reto de Ami.

Agradecida internamente a que ya empezaba a oscurecer, así quizás nadie en la calle nos vería. Creo que por eso hasta empecé a caminar más tranquila hacia la casa de Chris. Pero la tranquilidad no me duro mucho, ya que mi mente se empezó a imaginar cómo sería aquel beso entre la Camila y Chris en la mañana. Solo eso me bastó, para que se me quitara el temor de continuar con mi serenata.

—¡Ese idiota, va a lamentar haberme traicionado con la chica minion!— dije furiosa.

—Créeme que lo va a lamentar—ella se empezó a reír con muchas ganas—. Eres toda una Julieta en busca de su Romeo...bueno, una Julieta que busca a su Romeo para romperle el corazón. 

Tú, el recuerdo de mi futuro (Christopher Vélez) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora