43. Yo lo apruebo

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Maratón (parte 1)




Aproximadamente a las 9 am llegamos a nuestro destino. Y para nuestra suerte, él clima estaba soleado, así que teníamos un hermoso día para disfrutar.

—Nos toca aquí

—¿Ah?—dije llegando hasta la puerta de una habitación.

—Que ya llegamos a nuestro cuarto—él abrió la puerta dejándome paso para entrar.

—¿Con quién nos toca compartir habitación?—yo me puse a dar vueltas en el cuarto

—Con nadie, estamos los dos solos—Chris me sonrió de lado. 

—¿Los dos?

—Sí—él se recostó pesadamente sobre la cama, y ahora daba palmaditas a su lado indicando que fuera junto a él—¿Asustada?

—No, en realidad—respondí, sentándome a su lado—de hecho, el estar encerrada contigo en una habitación ya se me volvió costumbre. Al menos esta vez ninguno de los dos esta borracho.

De pronto el sonido de alguien tocando la puerta nos interrumpió. 

—Oigan abichuelos, vamos a bajar a desayunar. ¿Les pedimos de una vez algo a ustedes?—Ami gritaba desde afuera. 

—Sí, gracias, nosotros también ya bajamos—le respondí mirando a Chris. 

—Bueno, pero no se vayan a entretener mucho ahí adentro. Por lo menos aguántense hasta la noche, ahí sí puede...

—Cállate Ami—advertí avergonzada

La mensa de Ami, después de su ocurrente comentario se había ido del lugar, dejándonos nuevamente a Chris y a mí, en nuestro tranquilo silencio. Silencio que me hizo recordar cierto sueño raro.

Flash back

—Quiero que tú seas el creador de un recuerdo que nunca nadie va a poder dármelo. 

De pronto en mi mente se repitió la escena donde yo sin ninguna vergüenza me quitaba la camiseta.

—¿Lo dices en serio?

Fin del flash back 

—¡Ay no!—yo me puse de pie de un salto, alejándome de Chris dramáticamente— ¡No! ¡No!

—¿Qué?—Chris me veía extrañado, desde su cómoda posición—¿Y ahora que mosca te picó?

—No, nada—yo rápidamente me di la vuelta para evitar que Chris viera mis mejillas como tomate—. Bueno creo que me voy a bañar antes de bajar. Solo me doy una ducha rápida y bajo a comer. Si quieres tú ya puedes adelantarte. 

Rayos, porqué tenía que ponerme a pensar en esa clase de cosas. Definitivamente Chris siempre despertaba oscuros pensamientos en mi. 

Era él único chico que me había hecho pensar así. 

—No, yo te espero aquí. Es que también quiero darme una ducha antes de bajar—me dijo él, sentándose lentamente—. A menos que quieras ahorrar tiempo...porque si es así, tu y yo podríamos...

—¡Cállate, cállate!— rápidamente agarré mi mochila, y me metí corriendo al baño. Chris por su parte se quedó partiéndose de la risa afuera. 

Insisto, él hacia que mi mente se pusiera a volar. No sé como era capaz de ponerme así. 

Este viaje quizás no era una buena opción para mi mente. Me estaba imaginando cosas muy raras, lo cual hizo que mi cara se pusiera más roja.

Tú, el recuerdo de mi futuro (Christopher Vélez) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora