Friendzone [Kellin Quinn y Tú]

36

Volverá a narrar Kellin. Disculpen la demora, estuve en parciales y es demasiado absorbente.
Ya estamos en últimos capítulos :')

Estábamos en una fiesta que había ofrecido Taylor. La música resonaba entre las paredes de la vivienda, el olor a alcohol era impregnante y la casa estaba abarrotada de docenas de adolescentes ebrios.

La fiesta de graduación había terminado hacía un par de horas, y Taylor aprovechó el hecho de que sus padres no se encontraban en la ciudad para continuar la fiesta en su casa.

________ teníamos bastante tiempo siendo una pareja, pero no nos habíamos tomado el tiempo de hablar sobre nuestro futuro y qué pasaría con nosotros después de entrar a la universidad. Habíamos evitado tanto tocar el tema que aún no sabía a dónde iría.

Estábamos en el jardín trasero de ________, había menos ruido que en el interior de la casa. Solamente recostados en el verde pasto, mirando las estrellas, tomados de la mano.

—Nada de lo que pase después de esto nos va a separar, ¿cierto? —cuestionó con voz temerosa.

Me giré para verla, lo pensé durante un momento. ¿Cuántas personas como nosotros habían hecho esa promesa y todo había terminado mal para ellos? No sabía si nosotros éramos la excepción, ignoraba si nuestra relación sería duradera o algo de momento, pero sólo estaba seguro de una cosa: en ese momento, lo único que realmente deseaba, era que aquel momento durara para siempre.

—Te amo... tú me amas, eso es lo único que que en verdad importa.

Ella sonrió levemente y apretó mi mano. ________ era lo único que me importaba en aquel momento, era como si el tiempo se hubiese detenido para ellos. Esa sería su última noche juntos antes de que fuésemos a escuelas distintas...

...

Fui a la cocina por un tramo, _______ estaba con Taylor y Hayley, bailando entre la multitud.

—Hola.

Aquella voz la conocía jodidamente bien, me di media vuelta y ahí estaba Vic.

—Hola... —después de nuestra pelea no habíamos vuelto a hablarnos.

—Yo... yo quería hacer las pases.

Le sonreí amablemente y me acerqué a él para abrazarle. Él siempre sería mi mejor amigo sin importar lo que pasara.

—¿Amigos? —inquirió Vic a la mitad del abrazo.

—Hermanos —le corregí.

Cuando nos separamos, el enano me miró con total arrepentimiento en su mirada.

—Lamento todo lo que ha pasado.

—No hay nada que lamentar —le dije con media sonrisa.

La noche era joven y emotiva, las cosas parecían reacomodarse y realmente el sentimiento de añoranza aumentaba al saber que nuestras vidas cambiarían y se separarían en cuestión de días.