Casada con el extraño. |h.s| «EDITANDO»

Capítulo 8 √

Tú: Ah... si, púes es que no me quedaba otra salida.

Harry: Ok, pero si te quedaba otra, era salir corriendo. Pero no lo hiciste. Dime ¿por qué? —¿Quizás porque lo amas?—

Tú: Hmm... púes no lo hice porque no quería lastimarte. —Bah—

Harry: ¿De verdad?

Tú: Si, pero ahora se que esa fue una mala idea, lo debí hacer. —Me di la vuelta porque Harry paró el auto y me miró—   ¿Por qué paraste el auto?

Harry: Es que me encanta verte sonreír, por favor no dejes de sonreír.

Tú: Será difícil que vuelva a sonreír, me haz asustado.

Harry: Lo siento, dime, ¿tienes cosquillas?

Tú: Si claro, como cualquier persona ¿por qué?

Harry: De acuerdo.

Tú: ¿Qué piensas hacer? —Visto que Harry se desabrochó el cinturón de seguridad para aventarse encima mío—

Tú: Ah... no, y no. ¡Harry para! —Harry me empezó a hacer millones de cosquillas por todo el cuerpo, yo sin poder dejar de reír sentía que ya estaba apunto de morir, cuándo Harry estaba por completo encima mió él paró, mirándome a los ojos y el vestido que llevaba se había levantado todo por completo, casi se me veía mis pantaletas. Me puse colorada, luego Harry bajó su mano tratando de poner bien el vestido y yo me sentí muy acosada, él me estaba tocando la piel al momento de acomodarme el vestido. Harry se había pasado la raya, sé que no lo hacia apropósito, sé que lo hizo inocentemente, bueno eso creía— ¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?

Harry: Ah... lo siento, no pienses que lo hice apropósito, no, no. De verdad no fue mi intención, solo te puse bien el vestido, se que hice mal y lo siento.

Por un lado tenia razón, sus intenciones eran inocentes, porque no me acarició de forma acosadora o queriéndo seducirme, si no que me lo hizo con buenas intenciones.

Tú: Te creo... —Harry me miraba a los ojos, por eso pude notar que sus intenciones eran inocentes y no me estaba mintiendo, luego Harry se levanto de encima mío, colocándose bien de nuevo para conducir—

Harry: De verdad lo siento, no...

Tú: Sí, si claro, no te preocupes, vi en tus ojos que no lo hiciste apropósito.

Harry: Sí, tan sólo que me gusta hacerte reír, pero no quería faltarte el respeto, lo siento.

Tú: Si, ¿ya cuantas veces me lo vas a decir? No te preocupes, todo esta bien. —Durante todo el camino Harry no me dijo nada más—

Creo que sentía vergüenza por lo que pasó, el viaje fue medio largo. Llegamos cuándo ya era de noche a su casa, bueno, a su mansión. Estaba en una de las colonias más prestigiadas y respetada de la ciudad, él puso una alarma con un código y no podía ver porque ya era de noche, había muy poca luz, pero aún así la casa era hermosa, muy grande, cuándo terminó de poner la contraseña entramos. Luego se cerró sola. Al entrar en la casa él fue directo a su estacionamiento y de ahí bajamos, el estacionamiento era más grande que mis anteriores habitaciones.

Tú: Valla, tu casa es realmente hermosa. —bajé del auto—

Harry: Nuestra casa, querrás decir, esta es tu casa tanto como mía, acuérdate que eres la Señora de esta casa.

Tú: Okay. ¿Cómo manejar toda esta mansión yo sola si apenas tengo quince? ¿Me ayudarás?

Harry: Claro que sí, pero todas las ordenes que des se realizarán, y tendrás que cuidar de tu casa, sólo te digo en un sentido de Señora. Sé que todavía eres una niña, aunque que no parezcas. —Dijo en voz baja—

Tú: ¿Qué?

Harry: No, no te preocupes, yo te ayudaré. Ahora no te ayudaré porque te mostraré dónde dormirás y mañana te mostraré todo la casa ¿Vale?

Tú: Sí, claro. —Salimos del estacionamiento para entrar en la casa, era extremadamente enorme por dentro y muy hermosa, había una escalera principal, no era tan grande, pero si es hermosa, la casa se sentía muy vacía—

Tú: ¿No hay nadie a caso?

Harry: ¿Cómo crees que habrá alguien? hoy supuestamente es nuestra noche de bodas y a la servidumbre le dije que se fueran a sus casa más temprano.

Tú: Valla... —Dije un poco incomoda— Si no te importa, prefiero dormir en un habitación diferente que no sea la tuya.

Harry: Eso no podrá ser.

Tú: ¿Cómo qué no podrá ser?