La vida de una joven adolescente nunca ha sido fácil y April Morgan estaba lejos de ser la excepción. Luego de tener un horrible accidente automovilístico, su vida dio un giro de 360 grados al descubrir que todo en lo que había creído no era real.
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Amaba todo de April, en serio esta chica me tenía loco, en un principio las cosas no había sido color de rosa pero ella se las arregló para meterse en mi vida y en corazón.
Tenerla así, en mis brazos como ahora era lo mejor que podía pasarme en la vida, acariciar su piel desnuda y saber que toda ella era mía. No necesitaba del sexo para saber que April era mía, nosotros íbamos más allá que eso.
Acariciaba su cabello y su espalda, con ella acostada en mi pecho, entre mis brazos, me daba la mejor vista que pudiera pedir. Demonios, el trasero de esta chica era la gloria.
*Flash Back* Mi padre es un dolor de culo, se le había metido en la cabeza meterme en ese estúpido instituto para niños ricos. Me había obligado a ir el primer día, pero no planeaba aguantarme todas las clases.
Caminaba por los pasillos recordando las últimas palabras que me dijo mi padre antes de salir de casa, esa noche cenaríamos en casa de la nueva abogada asociada a su firma, seguramente era otra arribista más que quería meterse por los ojos de mi padre. Casualmente la hija de esa mujer estudiaba también en mi instituto y justamente estaba al final del pasillo en su casillero.
Me acerqué a ella por la espalda y la acorralé contras los casilleros, quería ponerla nerviosa.
-Así que tú eres la hijita de Regina Withe - le dije con mi boca a centímetros de la de ella, estaba nerviosa, podía sentirla temblar.
-¿Quién demonios te crees? - me dijo tratando de sonar molesta, la tomé por la cintura y la pegué a mí.
-No estás tan mal después de todo - susurré en el borde de su oído, ella se estremeció entre mis brazos y me empujó.
-No vuelvas a tocarme nunca en tu vida, capullo - soltó con rabia y se fue.
Esta chica tenía actitud, pero ya veríamos que tanta cuando me apareciera en su casa.
•••
Llegué con mi padre a la casa de Regina Withe, después de todo esta cena sería interesante gracias a April, haría explotar de rabia a esa niñata.
La mujer abrió la puerta y nos invitó a pasar, no veía a April por ningún lado. Regina se sentó a hablar con mi padre, se disculpó por su hija que estaba retrasada y dijo que bajaría en un rato a cenar con nosotros, necesitaba cualquier excusa para subir.
Opté por pedir el baño y Regina me indicó dónde encontrarlo en la planta de arriba, subí intentando descifrar cual puerta sería la habitación de April, una de las primeras del pasillo estaba entre abierta, pude ver a April envuelta en una toalla bailando por el cuarto mientras se peinaba, la chica estaba realmente buena debo admitir.
