Luego de que April entrara arranqué mi moto y emprendí mi camino a casa. Cuando estaba cerca note alguien sentando en mi pórtico, no tardé en reconocer que era Natalie Santos, una chica de mi instituto que iba un año menos que yo. Estacioné la motocicleta y me dirigí a ver que quería esta chica.
-Lucas cariño, llevo un buen rato esperándote - dijo la rubia acariciando el cuello de mi camisa.
-Pues no sé qué demonios esperabas - solté sin ninguna emoción.
Entré a mi casa dispuesto a cerrar la puerta en su cara pero el pie de la susodicha me lo impidió.
-No puedes ser descortés con la visita amor - dijo a la vez que hacía camino dentro de la casa.
Gruñí ante su actitud y finalmente cerré la puerta.
-¿Y bien? - dije mientras me servía un trago y tomaba asiento en la sala esperando saber que mierdas quería esta chica.
Natalie se paró detrás de mí y empezó a masajear mis hombros.
-Te veo tenso amorsito, creo que sé exactamente cómo conseguir que liberes toda esa tensión que tienes - dijo de forma seductora en mi oído, para luego pasar la punta de su lengua por mi cuello lo que hizo que involuntariamente cerrara los ojos y soltara un suspiro.
-¿Quieres recordar viejos tiempo amor? - dijo sentándose a horcajadas sobre mí y mordiendo mi oreja, gruñí en respuesta a su roce y apreté sus nalgas con fuerza.
Era cierto, me urgía liberar toda la presión que tenía encima y que solo había incrementado con los intentos fallidos de hoy con April. Cuando pensé en ella me tense en el acto, no se merecía esto, no tuve mucho tiempo de pensarlo cuando Natalie ya se había deshecho de mi camisa y desabrochaba la hebilla de mi pantalón.
La miré y esta me ofreció una perversa sonrisa mientras bajaba mi pantalón y acariciaba mi entre pierna. Cerré los ojos y llevé mi cabeza hacia atrás por el placer que me producía su toque. Natalie empezó a besar mi abdomen mientras sus manos seguían en lo suyo.
La tomé del brazo con fuerza e hice que se levantara de golpe, jamás sería tan brusco con April, pero a Natalie no me importaba lastimarla, haríamos esto a mi modo.
Tomé la ropa del piso y la empujé dentro de mi habitación, una vez allí hizo que me sentara en el borde de la cama mientras se desvestía quedando en su ropa interior de encaje negro para mí, exactamente como me gustaba. La tiré a la cama y jalé su brasiere con fuerza hasta romperlo lo cual la hizo sonreír seductoramente. Me lancé sobre ella con ansias de hacerla mía, mi boca y mis manos recorrían su cuerpo como me daba la gana mientras gemía para mí. Sus gemidos no se parecían a los de April, los inocentes gemidos de mi pequeña sonaban como música para mis oídos.
Mientras avanzaba en lo mío el sudor se hacía presente en nuestros cuerpos. Mientras mis manos viajaban por las curvas de ella, April no salía de mi cabeza, el cuerpo de Natalie tampoco se parecía, sus caderas no se parecían, sus pechos no eran iguales, sus nalgas no eran las que yo deseaba, pero serviría para liberar la tensión.
El ritmo aumentaba con fuerza y nuestras respiraciones eran cada vez más aceleradas, sus gemidos eran más sonoros y su cuerpo temblaba en mis manos. Natalie repetía mi nombre con su voz impregnada en placer, tape su boca para no escucharla más y cerré mis ojos, quería imaginar que era April quien se encontraba bajo mí cuerpo.
Mi cuerpo se estremeció de placer cuando no pude hacer un movimiento más. Me tumbé exhausto en la cama junto a Natalie mientras recobraba el aliento, una vez mi respiración se normalizó tomé la ropa de Natalie y se la di para que se vistiera rápidamente, la eché inmediatamente no sin que ella me hiciera prometer buscarla mañana después de la escuela para repetir lo de hoy, lo que no era tan mala idea después de todo.
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La puerta
Teen FictionLa vida de una joven adolescente nunca ha sido fácil y April Morgan estaba lejos de ser la excepción. Luego de tener un horrible accidente automovilístico, su vida dio un giro de 360 grados al descubrir que todo en lo que había creído no era real. ...