El Derrumbe De La Vida Ideal

Flashback 1 / Memories

La pequeña de 12 años había discutido con su padre. Estaba en su balcón llorando cuando su madre entró con un una bandeja con comida.

—¡Lárgate de aquí!— gritó dándole un golpe a la bandeja, haciendo que toda la comida caiga al suelo. La madre pudo verle el rostro, todo rojo y mojado. Ver así a su hija la hacía pedazos.

—Lis— dijo apoyando una mano en el hombro de la niña y otra en su mejilla. La pequeña soltaba sollozos.

—¿Cómo puedes hacerme esto? ¿Cómo puedes aceptar que papá tome estás decisiones? ¿No te das cuenta que no me quiere?— la niña explotó en llanto. A la madre se le estrujaba el corazón, pero no podía hacer nada. Si hacía algo en contra de su padre... Ella lo tenía muy claro. Él, se lo había dejado muy claro. Era como estar colgando de un hilo, y el hilo evita caer al vacío. Si hacía algo en contra de él por su hija, el hilo se desprendía, y su perdición llegaba, la de ella, y la de su hija.
La madre no dijo nada, simplemente la abrazó. Al menos le demostraría que tenía su amor, pero fue en vano.

—¡Ya sueltame!— la niña la empujó y se fue corriendo a envolverse en las sábanas blancas de su cama.
La madre juntó la comida del piso y simplemente se retiró. Estaba bajo una presión que continuamente la amenazaba.

Y así llegó el otro día. Lis se preparó para la escuela y fue con el chófer.
En las clases no pudo sacar de su mente las palabras que le gritó su padre. Y una personita, notó que Lis no estaba radiante como siempre.
Lis estaba en el parque delantero de su escuela esperando al chófer. Y esa personita se le acercó.

—Hola Lis.— dijo el chico morenito, con una gran sonrisa.

—Hola Chris— Lis le devolvió la sonrisa, pero en sus ojos se le notaba lo desanimada que estaba.

—Supongo que no todo está bien.— dijo Chris haciendo una mueca.

—Lo notaste.— dijo Lis agachando la cabeza. El niño tomó su mentón e hizo que lo mire.

—Cuéntame.—

—Mi padre va a abandonarme por un trabajo donde gana más dinero. Romperá nuestra tradición solo por un trabajo.— los ojos de la pequeña se llenaban de agua.— Y me dejó a entender que no me quiere. Que no le importo. ¡Chris, mi padre no me ama!— la niña destrozada se lanzó a los brazos del niño que la abrazaron con amor y cariño.— Chris, no sé qué hacer. Quiero importarle, quiero que me apoye. Quiero llegar a mi casa y que él esté en el sillón, tomando un té y leyendo un periódico. Y que cuando yo entre por esa puerta ponga una gran sonrisa y que ambos corramos a los brazos del otro.— Lis lloraba abrazando a su mejor amigo. Y habló con la voz quebrada en las últimas palabras.

—Amiga, se fuerte. Se valiente. Si el no te quiere demuestrale que sola puedes, que si él no te necesita a tí, tu no lo necesitas a él.— dijo acariciando su cabello, aún abrazados.

—Chris... No puedo sola. Necesito a alguien que esté para protegerme.—

—Lis... Yo seré tu protector. Ahora, y siempre. Incluso si pasan dos años desde este día. Si estamos cerca, quiero sientas protección.— Lis lo abrazó con más fuerza, y si, sintió esa protección de la que hablaba su mejor amigo. Lis lo soltó y ya no estaban pegados ni unidos, pero aún sentía la protección. Lis y Chris aún quedaban cerca y se miraron directa y profundamente a los ojos.

—Estoy feliz por tenerte como mi protector.— Lis no podía tener más enorme sonrisa.

—Ya vuelves a brillar.— dijo Chris dulce, rosando la mejilla de la pequeña con su dedo índice. Lis rió. Se escuchó una bocina y ambos miraron.—Ya, es hora de que te vayas.—

—Si, supongo.—

—No te pongas mal. Recuerda, tienes a tu protector— Chris guiñó el ojo y Lis rió.— y a tus muchas amigas.-

—Eres el mejor.— Lis besó su mejilla y la protección aumentó. Y se fue directo al carro.
Estaba sentada mirando por la ventanilla y sintió como esa sensación que su mejor amigo le dio, se estaba desvaneciendo...

—Al parecer es verdad que solo funciona cuando estamos cerca...— se susurró.— Es mágico...— se abrazó a si misma...