El columpio, no cualquier columpio. *Extra*

27 4 3
                                    

Flashback

Ella reía, enseñaba sus tiernos y pequeñitos dientes. El cabello le venía a la cara con un movimiento, el movimiento del columpio.

—¡Más fuerte papá!— gritó la niña, de manera muy sonriente.

Su padre la empujó con más fuerza y la niña disfrutaba cada segundo. De atrás hacia adelante la niña iba con el balanceo del columpio. Le encantaba el sol y el viento en su cara.
Así eran casi todos los días, ella y su padre en el columpio.
Un día donde el padre empujaba a la niña, que ya era más grande pero aún así no perdían la costumbre, y ella sonreía, apareció la madre con el teléfono en mano. La llamada era para el padre.
Lo siento hija, tengo que atender.— le dijo con una mano en su mejilla.

—Esta bien, son cosas del trabajo verdad?—

—Si Lis, pero no te preocupes, el cambio será para bien.— lo que dijo sorprendió a la niña de 7 años. Ella no quería cambios.

Los días en el columpio continuaron hasta los 12 años de Lis. Pero un día la niña estaba sentada en el columpio, con la cabeza baja, esperando a su padre. Pasaron los minutos, y llegaron las horas. Lis comenzó a derramar lágrimas, pués su padre no llegaba, y su madre no estaba en casa.

Hija! Que sucede!? No, no llores!— el padre apareció corriendo desesperado, estaba muy arreglado, con un traje, una corbata y con un peinado que nunca en su vida se había hecho.— Lo lamento, pero nuestros días juntos acabaron, necesito este trabajo, necesito cumplir con mi horario. Y haré lo que sea para llegar a los puestos más importantes de la empresa. Seré duro, pero así lo requiere mi trabajo. Sinceramente necesito que todo esto termine, quiero hacer mis cosas, quiero llegar a ese punto donde la gente me tenga respeto. Este trabajo es muchísimo más exigente, y no podré seguir con esto.—
Lis no podía comprenderlo, ¿acaso estaba abandonándola a cambio del trabajo?

¡No te comprendo! ¿¡Me estás abandonando!? ¡Explícame como es que por un trabajo nuestros momentos juntos tengan que desaparecer! ¿¡Como haces para que de un día al otro no te juntes conmigo!?— Lis lloraba y le gritaba a su padre aún sentada en el columpio.

— ¡Pero debes entenderlo! ¡Es el trabajo que toda mi vida soñé!—

—¡Mientes! ¡Lo tuyo es ambición padre, y nunca voy a aceptarlo!—

—¿¡No crees que estás grande para columpiarte!?— todo lo que estaba sucediendo producía un dolor inmenso en el corazón de Lis.

—¡Pues claro que estoy grande! ¡Pero es lo único a lo que te comprometiste para pasar tiempo conmigo! ¡Las otras cosas que quise hacer las rechazaste por trabajo!—

—¡Pues no me importa! ¡No tengo más tiempo para ti! ¡Aceptalo ya! ¡Con el dinero de este trabajo te pagaré todo!—

—¡A mi no trates de engañarme! ¡Yo se muy bien que ya podías pagar las cosas!—

—¡Es mi problema si decido cambiar de trabajo!
¡Te quiero inmediatamente en tu cuarto! ¡Este columpio se irá!—

—¡Bien, porque no quiero verlo jamás! ¡Me traerá malos recuerdos!Lis se largó de allí. Las últimas palabras dejaron mudo a su padre, y desde aquel momento en el que no supo que decir, el padre se volvió duro, estricto, exigente, sin mostrar algún tipo de amor por Lis.
Esta fue la primer pelea de Lis con su padre. Todos los demás problemas los habían resuelto como una familia unida.
Si, podría haber sido algo peor, pero nunca había peleado así con él, y él decidió tirar todo a la basura por dinero. ¿Que clase de padre hace eso? El padre que le tocó a Lis.
¿Por qué Lis se pone tan mal ver un columpio? Pués ese día inició todo. Desde aquel día la relación con su padre se derrumbó casi por completo. Desde aquel día inició todo lo que es pelea con él. Desde aquel día nada fue igual. Desde aquel día su padre cambió, y cambió para mal. Desde aquel día dejo de tener su apoyo, ¿te imaginas eso?
Su madre no hizo nada, ella apoyaba las decisiones del padre. Pero a pesar de todo ella estuvo para Lis.
El dolor que produjo el cambio para Lis fue mucho. A su padre sólo lo veía en los almuerzos y las cenas, las peleas se hicieron mensuales por la extremada exigencia. Lis tuvo que acostumbrarse a su padre, otra cosa no podía hacer, de él aprendió como no debía ser y se convirtió en mejor persona. Ese cambio chocante y rápido, se produjo en el único día en  que su padre no la empujó en el columpio; y el columpio le trae tantos malos recuerdos que se hace tan frágil como un papel mojado.

×××××××××××××××××××


El Derrumbe De La Vida IdealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora