Relatos Cortos

Todo aquel que allane esta casa morirá. (DC)

 El hall, desde donde se ve la puerta de entrada al mismo, consiste en un breve pasillo, con un par de puertas a ambos lados, y se despliega hasta un gran recibidor rectangular. Dos imponentes columnas sostienen la estructura nada más acabar el pasillo, y nada más pisar el recibidor. Sí, columnas. Y no solo gruesas, sino también de una estética antigua. En base a esto es deducible en qué lujoso lugar nos hayamos. Y alguien vive allí. ¿Duerme? Es de noche.

¿Por dónde demonios empiezo a buscar?Esto es enorme, y aparte de las columnas... ¿habrá decoración para meter en el saco? ¿Habrá objetos de valor a la vista? Viniendo de alguien como ella, podría ser que no.

Llevo arrastrándome por toda la casa más de una hora y no encuentro al abjetivo. (...) ¿Y si duerme en el sótano? De este lugar no ha salido nadie, eso seguro.

La madre que la... siete puertas en el recibidor. ¡Siete! Me pregunto si lo hizo así para confundir a los ladrones, o simplemente cree que así es buena idea ostentar su riqueza. O su falta de clase. A ver por cual entro... intuición, guíame.

Menos mal que me traje las gafas de visión nocturna. No me gusta nada que brillen en la oscuridad, pero si no es por ellas... me puedo caer por estas putas escaleras. Por qué son tantas. Por qué mide dos metros cada una. En fin... una... otra... otra... otra... (...) ... otra... ¡Suelo, al fin! Dios, cuanta puerta, ya no me acordaba. Anda que si voy a tener que buscar una baldosa suelta... no me queda otra si los rumores que he oído de esta mansión son ciertos. Voy a ir rápido. Primera puerta, detrás de esta escalera. Iré en orden. Seamos metódicos, tal y como me gusta.

Solo muebles vacíos. Interesante. Aunque los cajones están gastados, así que quizá no hayan sido siempre para decorar. ¿Habrá montacargas? No, demasiado cantoso. Esto tiene más pinta de entrada secreta... necesito perspectiva. Voy a la entrada principal.

Nada por aquí. Y el suelo suena consistente, así que estoy muy frío. Menos mal que se me ha ocurrido comprobarlo, o si no me iba a aburrir más de lo que ya estoy. Estoy. Muy... Aburrido. ¡¡Quiero matar!! De una vez ya, y quiero que duela. Normalmente no lo haría así, pero estoy harto. Venga a la habitación del otro extremo.

Me cuesta realmente ponerme en su lugar. Si tiene un secreto, ¿lo escondería con el mismo esfuerzo y perseverancia que estoy poniendo a prueba para encontrarlo? ¿O lo dejaría a la vista, como preámbulo antes de reírse de todos? Y se va a reír muy pronto si sigo tonteando por aquí.
Nunca una noche había pensado tanto. Ni en la cama. ¡Venga, apura! Pensar que piensas no sirve de nada. A ver, si llegara a mi casa y mi primer deseo es esconderme, me iría derecho a...

Sigo sin oír nada hueco. Como esto siga así, este va a ser mi primer fra...

¡¡COÑO, PERO QUÉ...!! ¿QUIÉN? ¡CREO QUE ME HA VISTO! ¿PERO DE DÓNDE HA SALIDO?

¡UN HOMBRE! ¡¡ME HA VISTO!! DIOS, MI CORAZÓN. QUIÉN COÑO ES. AH... AH...

La primera reacción pensable por ambas partes es correr. Uno es maestro de la huida, entre otras virtudes, y otro de la persecución, entre otras virtudes; escabrosas algunas de ellas. Por acto reflejo, uno de ellos huye... pero ignora que ha sido una mala decisión. Cuando huyes de un asesino, lo que estás haciendo es atraerlo. Más que a otro tipo de criminales. Más que a un asesino corriente.
Igual que a un asesino a sueldo que ha perdido la paciencia.