Capítulo 4 - No es nada comparado a ti.

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Amanecí en mi cama, desordenada y calurosa. Me levanté y trate de poder visualizar el desorden. ¿Qué paso en mi cama? Tal vez me mueva mucho, pero eso no lo conocía de mi. Trate de no ordenar los recuerdos de ayer, eran tantos y dolorosos que dolía al pensar, que Santiago, estuvo ahí. Santiago no, no.

Caminé malhumorada por la casa, haciéndome pasar por vagabunda, llegue a la cocina y desayune normalmente, como si fuese todos los días. Subí hacia mi habitación y traté de dormir, pero era imposible. Me levanté de nuevo de la cama tratando ahora si de despertar, porque sabía que ya no había vuelta atrás para dormir. Saqué de mi closet unas zapatillas con taco skeetchers beige, unos shorts,y una polera de tiras negra. Me dirigí hacia mi baño para lavarme los dientes y peinarme para poder parecer algo más decente. Entonces me hice un tomate en el pelo, y con adelante unos mechones sueltos. Fui escaleras abajo, para ir donde la televisión, pero ir hacia allí, me tope con mi madre, ya saliendo del casa lista para el trabajo.

-¡Hola cariño!- dijo feliz.- Hoy viene un muchacho a trabajar en la casa, sólo viene a aspirar el sótano y ordenarlo, y te pido por favor, que lo ayudes, para que no pasea por mal educada.- Dijo algo enojada.

Bufé, mire hacia el suelo triste, no es por tristeza o algo así, es porque me da una flojera....

-Agh, bueno.- Dije algo enojada.

-Bien, te veo en la noche.- Y cerró la puerta.

Me quede un rato mirando la televisión, viendo películas en especial.

Sonó el timbre a las 14:35, en el momento que estaba almorzando fideos con salsa de tomate. Me limpié la boca y fui a atender la puerta. Cuando la abrí, bufé y gruñí.

-¿Qué quieres?- Dije enojada.

-¿Qué quiero? Vengo a hacer el trabajo.- Dijo enojado Bruno.

-No sabía que trabajabas en trabajos...- pausé.-...así.- Dije con tono burlón.-¿Y qué onda con la papelería esa de tu tío?

-La verdad estaba buscando algo nuevo.- Dijo orgulloso.

-¿Por qué no niñero? Te iría bien.- Dije burlona.

El bufó y se ruborizo, después me hizo para un lado con su mano, ¡Qué mal educado esta es mi casa hijo de su madre!

-Déjame pasar niñata, debo trabajar.- Dijo entrando sin permiso.

-Tendrás que esperar, estoy almorzando.- Dije mientras me sentaba en la silla del comedor.

-¿Y eso tiene que ver algo conmigo?- Dijo frunciendo el ceño.

-Si cara de mosca, mi mamá me pidió que te ayudara.- Dije soltando un "dah" al final.

El sonrió y se sentó conmigo, miro mi planto babeando, me daba pena. Estaba a punto de ofrecerle un plato de comida, cuando este tío lanzo su mano dentro de MI plato y sacó 3 tallarines y se los llevo a la boca.

-Veo que estas rebelde hoy...- Dije dudosa.

Aparté el plato de mi puesto y lo dejé en el medio, ya no quería comer eso. Fui hacia las escaleras, pero antes de pasar al tercer peldaño, giré hacia atrás y mire a Bruno.

-Voy a ponerme ropa vieja, me cago en ti si me sigues.- Dije enojada.

El me miro chistoso y bufé, enojada subí hacia mi cuarto. Saque del armario una polera de cuadros viejísima, era grande, y llena de polvo. También saqué unos shorts viejos, que deje de usar porque no eran de una marca desconocida, entonces las chicas de mi colegio me molestaban por usar ropa de marcas desconocidas. Mientras ellas lucían su polera Forever 21, o H&M, o otra cosa anticuada, yo usaba ropa "Friends with us", algo que de tan desconocido, parecía que no existiese. En fin. Me saqué los pantalones y me puse los shorts, con polvo. Me puse la polera y pude notar que me quedaba gigantesco. Por el hecho de que se me veía el sostén y me llegaba un poco más arriba de los shorts. Recogí la polera en el final y le hice un nudo, problema solucionado. Por ultimo, me puse una zapatilla cualquiera.

Unbroken [LR #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora