Capítulo 6 - ¿Desde cuando eras mi amigo?

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No podía ser peor, quedaba 3 semanas de vacaciones, y después llegaba el jodido colegio. Tenía que disfrutar todo esto.

Mi mamá y yo empezábamos ya a salir de compras, los cuadernos, el estuche, lápices, etc. Lo cual odiaba, me recordaba al colegio, una tortura.

Me levanté de la cama con desanimo para dirigirme hacia la cocina. Baje las escaleras lentamente, entre bostezos y estiramientos. Cuando al fin llegue tomé el desayuno.

Subí a mi pieza y me vestí. Me puse una blusa floreada, unos shorts, y unas sandalias. Me lavé los dientes y cuando estaba casi lista, me hice un moño alto. Bajé hacia el comedor, donde creía que iba a estar mi mamá, para poder ir de compras.

La encontré en una silla, algo mareada, bueno, ustedes saben, que esta embarazada.

-¿Vamos?- Preguntó algo mareada.

-¿Mamá no crees que deberías quedarte aquí, y yo ir sola?- Dije sentando me.

-En realidad si.- Dijo mareada.- Toma.- Sacó de su bolsillo 30.700 pesos (chilenos).- Toma aquí tienes la plata.

-Gracias.- Le di un beso en la mejilla y me fui.

Salí tomando mi skate y me aventure, hacia el mall. Quien sabe, si me sobra plata, me pueda comprar algo más.

Al llegar al mall, deje muy escondido mi skate, ojalá no olvidarme de donde lo deje. Me adentré en el mall, había hartos jóvenes, y ya me imaginaba que era por mi mismo caso, maldito colegio.

Fui hacía una tienda bastante grande, donde habían cualquier tipo de útiles de colegio, esto me hacia vomitar. No me pude resistir, salí de la tienda corriendo y me apoye en mis rodillas, tratando de respirar. Me creerán dramática, pero es la verdad, el aire a lápices, cuadernos, gomas de borrar, mochilas etc, me da náuseas.

Decidí ir primero a una tienda de ropa, para relajarme, ya me había estrenado con los útiles, en tan solo pensar en el colegio, adfhg.

Me dirigí hacia una tienda de ropa de niños, hombres y mujeres, de toda clase. Pude notar que también era grande, eso me hacía sentir feliz. Busqué ropa lo bastante simple y linda, obviamente a mi gusto, pero nada me impresiono. Hasta ver una blusa celeste suave, algo parecido al pastel. Pero este era algo más intenso. Tenía encaje arriba por los hombros y del cuello y terminaba en un nudo. La saqué del lugar donde estaba y me dirigí hacia los probadores. Me metí en uno, al parecer libre, pero tenía algunas poleras de hombre en la silla que tenía adentro. Tal vez las dejaron ahí abandonadas. Las tiré al piso para que no estorbaran y me saqué la polera, para probarme la otra, dejándome en sostén. Mientras estaba tratando de ponerme la polera celeste, se abrió de golpe la puerta del probador, dios.

-Disculpe, estaba usando este probador.- Dijo mientras recogía las poleras del suelo.

-¿Entonces por qué no se encontraba aquí?- Que estúpida, ¿Por qué no dije lo siento adiós? Qué idiota.

-Porque fui a buscar otra talla.- Dijo mientras yo me daba vuelta, tapándome con la polera. Hay dios, ¿Por qué a mi?

El abrió los ojos al igual que yo, no podía pronunciar palabras.

-¿Qué haces aquí?- Dije desesperada.- ¿Me seguiste?

-No, vengó a comprar ropa como los jóvenes normales. Como tú.- Dijo Bruno frunciendo el ceño.- Y no seas tan perseguida, como te voy a seguir, egocéntrica.

Bufé y rodeé los ojos, dios, que dije...

-Ya bueno igual vete, me estoy cambiando imbécil.- Dije empujando lo.

Unbroken [LR #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora