Capítulo 9 - Corazón negro.

178 14 4
                                    

Sólo a pasado una maldita semana, sin novedades. Bruno, a desaparecido completamente, hasta ahora. Las mismas conversaciones con Victoria. Los raros temas que hablo aveces con Joaquín. Y Andrea, si a seguido publicando más insultos, pero no solamente ella, si no, más gente del nivel, que comparte la misma opinión.

Estaba llegando a mi casa en la bicicleta que Bruno me regaló. Por suerte ya salí del colegio, que cada día, se volvía más irritante. Al entrar a la casa, para pasar el estrés de el colegio, saqué un jugo de el refrigerador y le puse hielo y azúcar. Me lo llevé para mi pieza, pero mientras subía los escalones tropecé con un escalón y el jugo se derramó en mi polera. <<Que lástima, era tan linda, rayos>> pensé algo triste. Bajé a la cocina nuevamente a dejar el vaso que ahora estaba vacío por el accidente, y volví a subir rápidamente las escaleras hacia mi habitación. Al entrar puse la mirada en el reloj de mi mesa de noche, era un reloj redondo, de estos antiguos, con dos campanitas al lado. De color blanco. Eran las 7:45 de la tarde. Abrí mi armario y busqué alguna polera que fuese combinable con lo que ya llevaba puesto. Saqué una sudadera gris sin mangas. Me saqué mi polera que estaba manchada y mientras me estaba poniendo la sudadera, algo golpeó la ventana y hizo que me asustara, lo cual tire la polera hacia la ventana que se encontraba abierta, rayos. Saqué un cojín para taparme y me asomé por la ventana, pero pude ver que una cabeza salía de ella. Me tiré para atrás porque nuevamente, me asusté.

-Se te cayó tu polera...- Dijo Bruno tirando la sudadera hacia dentro.

-¿¡C..cómo subiste!?- Dije agarrándola y poniéndome la encima.

-Bueno, con una cuerda, que por suerte, quedo enganchada a el mango de la ventana.- Dijo Bruno encogiendo se de hombros.

-¿¡Q...qué haces aquí!?- Dije nerviosa.

-Tranquila, te vine a visitar.- Dijo rascándose la nuca.

-¿Visitar?- Dije algo confundida.

-Si, como ya empezó mi internado, trato de visitarte por las tardes.- Dijo Bruno cruzando se de brazos.

-¿Cómo si...?- Y me interrumpió.

-Escapando, dah.- Dijo sacando la lengua.

Me quede callada mirándolo desafiante.

-Mejor vuelve, antes de que te pillen.- Dije moviendo mi cara dirección a la ventana.

Bruno soltó un suspiro.

-¿Segura?- Pausó mientras miraba el suelo, mientras en seguida levantó la mirada hacia mi.- Vine caminando desde el maldito internado hasta aquí.- Dijo con un tono "algo" desesperado.

Lo miré fijamente con una cara de "no me importa". Seguido de una sonrisa plana.

-Ugh, no tienes sentimientos.- Dijo volteando se a la ventana para salir de mi habitación.

-Ya bueno, quédate.- Bufé.

Al instante con esas palabras se dio vuelta y me miro con una sonrisa en su rostro, de un niño infantil. Saltó del marco de la ventana hasta mi pieza. Rodeé los ojos.

-¿Tienes comida?- Dijo mirando hacia la puerta.- Tengo hambre.- Dijo rascándose la nuca.

-Siempre tan educado...- Dije mientras me giraba hacia la puerta para dirigirme a las escaleras. Bruno se cruzó de brazos y sonrió.

Bajé rápidamente para dirigirme a la cocina de mi casa a buscarle comida a Bruno. Abrí el refrigerador y puse mi índice en mi mentón, mientras echaba un vistazo al refrigerador. No sabía que traerle a Bruno. Pasé varias miradas por el refrigerador mirando cada alimento almacenado en él.

Unbroken [LR #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora