Entrelazados

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Las mujeres están más estrechamente unidas al corazón porque nos encanta sentir, nos encanta tanto que podemos tener un millón  (o más) de sentimientos en un día y nos volvemos deseosas de querer expresarlos todos, es ahí cuando nos tienden a llamar "bipolares" o en un término más común "locas", aunque en cierta parte sea cierto... No quiere decir que sea del todo verdad, solamente queremos que nos entiendan y disfruten con nosotras esos sentimientos que desbordan nuestros corazones, y no es culpa de nosotras que pase así.
El ser humano por naturaleza necesita del género opuesto, y no en un ámbito sexual (para reproducirse) sino en uno sentimental, donde puedas contar con esa persona en toda ocasión y situación, reír a carcajadas o llorar a llantos, es natural, buscamos consuelo o refugio en personas del otro género y no está mal, algunas personas necesitan decirlo en voz alta para por fin ser entendidos por ellos mismos, para que por fin se den cuentan que no necesitan emborracharse cada fin de semana para alegrarse, que no necesitan tomar adicciones extremas para sentirse bien, que no necesitan sexo para conocer el amor, porque ninguna de esas cosas te complementarán como en verdad lo haría alguien que amas y te ama. He entendido eso a grandes y fuertes golpes en la vidas.
Cierto día que tuve presentación de rondalla, pudimos coincidir Margarito y yo, y debo decir que eso ya no suele ser frecuente pues es un hombre ocupado, pero tuvimos ocasión de hacerlo... desde que nuestras miradas se cruzaron, se acercó a mi y saludo, pensé que se aburriría conmigo pues suelo ser una persona bastante seria, necesito 24 horas completas para poder conocer a alguien y ese alguien me conozca y así formar el lapso de la confianza, así que de forma incómoda le preguntaba cosas a Margarito para que no dejase de hablar (pues oír sus expresiones y las historias que las hace película eran un placer para mis oídos, ¿suena extremista?) Y de algún modo terminábamos el uno al lado del otro, y de otro momento terminábamos cogidos de la mano, de pronto ya no tenía miedo de que se fuera pues sabía que no lo haría, las 24 horas dejaron de ser protocolo y bastó un atardecer para confiarle mi vida, y fue lindo pues estábamos riendo escuchando una música fuera de lo que estoy acostumbrada y hacíamos juegos como infantes tontos e inexpertos.
Hubo un pequeño instante en donde le solté la mano que tenia agarrada con la de él y que también la tenia entrelazada con su brazo, pues empezó a hablar con alguien enfrente de él sentado y yo comencé a platicar con mis amigas que se encontraban sentadas detrás de mí (razón por la que le solté mi mano) al volver a acomodarme en mi lugar (él seguía platicando con el de enfrente) y a ciegas busco mi mano y volvió a entrelazar mi brazo con el suyo y sujeto mi mano, como si nunca quisiera dejar de agarrarla, fue un momento que solo yo puedo llevar en el corazón, y así será.

Jardín Azul De Margaritas De OroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora