En algún punto de nuestras conversaciones, Margarito comentó que el disfruta mucho bailar a lo que mi opinión personal a mi me encanta bailar, dice que es una buena forma de mostrar el alma y diversión más, y esto de estar de acuerdo en nuestros ideales se me ha hecho costumbre, así que apoye totalmente su pensamiento. Mi grupo (religioso) organizó un Baile Navideño, en celebración de una semana bien hecha de Adviento, a lo que mi idea primera fue invitar a Margarito, encantado acepto y en secreto espero tal día. Yo me suelo poner nerviosa cuando hago una locura, algo de lo que no estoy segura y me empieza el pánico por todo el cuerpo, pero no se porqué... Pero mientras me encontraba en el baile esperando que llegase no sufrí mi pánico, no hubo nervios ni adrenalina, me sentía relajada... porque sabría que vendría porque el ocasiona paz en mi interior, porque no hace que vea el amor como una salvaje pasión simplemente lo siento como algo puro, pues confiar en él era una promesa que te transmitía sin necesidad de hacértelo saber.
Bailamos mucho, más de lo que en mi vida hubiese bailado y parecía divertido y yo la pasaba muy bien, él comenzó a mencionar que alguna vez que fue a un baile canso como a 11 diferentes mujeres de tanto bailar (él parece nunca cansarse) y más cerca del oído... yo tratando de seguir su paso, me dijo:
-Es la primera vez que tengo una pareja sólo para mi en una baile, es la primera vez que bailo con una sola persona y es contigo.-
Esas palabras penetraron mi corazón en lo más profundo... No puedo evitar sonreír cada vez que pienso en esas palabras, ¿Cómo puede ocasionarme esto? Se siente tan satisfecho de saber que el hace que mis mejillas se tornen rosas. No me sentía en el cielo bailando con él, pero no me importaría cansar mis pies con él con tal de sentirlo cerca.
A la mañana siguiente me manda un mensaje agradeciendo la bella noche que tuvimos bailando y como ese momento lo recordará siempre, fue un mensaje hermoso donde dice las palabras correctas plasma la emoción que se siente, le respondí el mensaje (claro no perfecto como él, pero diciendo lo que sentía).
Me aterra pensar que esto no podría ser amor, pero Dios... enamorarme de él era lo que estaba esperando toda mi vida.
Bailar alimenta el alma y también alimenta el amor si es con la pareja perfecta, la mano firme y las vueltas locas, los pasos al mismo ritmo y el adecuado abrazo a la cintura.
Tan sólo sentía que eramos solo los dos, no me importaba quien nos viera o quien se riera de nosotros, no me costaba nada mirarlo a los ojos y saber que era un momento invaluable.
ESTÁS LEYENDO
Jardín Azul De Margaritas De Oro
RomanceNacido desde el poema de Amado Nervo "La raza de Bronce"