El inicio de un triangulo amoroso.

17 1 0
                                    


X.

Es de noche. Más específicamente son las 4:15 de la madrugada de un sábado 14 de Julio.

La casa y sus habitantes duermen plácidamente. El sonido de los insectos y el soplo del viento hacen una orquesta para la luna que, grande y blanca, resplandece sobre los despejados cielos de la noche. Todo es paz y quietud; hasta que la luz de la cocina se enciende y la puerta corrediza que da al patio trasero se abre.

Alex, toma la mano de Tom y lo obliga a sacar su ebrio trasero de la casa. El chico siente el contraste del aire frío y el caliente. Es una noche calurosa y algo húmeda. El calor lo golpea y le molesta, intenta protestar y decirle a su acompañante que vuelvan adentro, pero ella se rehúsa.

-Necesitas que te de una lección de vida. Así que pon atención.

El moreno se dejo caer sobre uno de los camastros, quedando acostado.

Alexis se acerca a la orilla de la enorme piscina, la observa atentamente, se concentra en ver donde estaban las escaleras para salir, los tubos que metían y sacaban agua limpia, los adornos dentro de ella. No perdió detalle de nada. Sentía la boca seca, las piernas le temblaban y comenzó a sudar. De inmediato supo que no podría hacerlo sola, pero, ese era precisamente el plan.

Con el miedo reflejado en el cuerpo dejó escapar el aire que retenía y se giro hacía donde Tom estaba.

- Necesito que me lances a la alberca-logro pronunciar.

Se había quitado el saco y llevaba la camisa de vestir arrugada, abierta. Dejando ver una playera blanca. Se levantó del camastro, se quedo ahí sin entender del todo lo que ella le pedía.

-Sí tanto quieres entrar, solo métete- suspiro- Yo volveré adentro.

-¡No!- le gritó- Quiero que vengas acá y me lances dentro de la piscina.

-No voy hacerlo.

-¡Hazlo!

-¡No!- se le acercó- No entiendo nada de lo que dices, ¿en qué va ayudarme lanzarte al agua?

Rodó los ojos.

-Lo sabrás cuando lo hagas. Ahora tirame dentro de la alberca ¡con un demonio!

-¡Bien!

Se acerco de dos zancadas, y en cuanto estuvo frente a ella le dio un fuerte empujón.

Alexis tuvo un deja vú.

En esa pesadilla recurrente. Ella esta en ninguna parte, solo puede ver un mar enorme que se extiende hasta donde sus ojos ya no pueden ver más. Alex esta en la orilla, de la nada pierde el equilibrio y cae dentro de ese gigantesco mar. De la misma forma, ella cae. Escucha el sonido del agua y lo único que ve es un manto azul que lo cubre todo, comienza a manotear, busca algo de que agarrarse, algo que la saque de ahí. Intenta gritar, dejando escapar el poco aire que le queda. Siente miedo y ansiedad, se esta ahogando, el agua entra a sus pulmones, la esta dejando sin oxigeno. Y después de un tiempo que le parece eterno, decide dejar de moverse. No puede hacer nada morirá y lo sabe.

Las aguas se vuelven turbias de nuevo, ve una sombra negra que la sujeta de la cintura. Sacándola de ese horrible lugar, ella toce y escupe el agua que había tragado. Cae de un golpe seco sobre el pasto, el aire entra y sale de nuevo. A punto esta de comenzar a llorar.

Ve a Tomás a su lado arrodillado, mojado de pies a cabeza y respira con irregularidad. Tiene una mirada de miedo que le parece chistosa. Todavía se atreve a sonreír.

-¡¿Estas demente?!- le grita exasperado- ¡¿Si no sabías nadar, por qué demonios me hiciste hacer eso?!

Espero unos segundos, necesitaba recuperarse.

Es un buen día para llorar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora