XVIII.
Dos semanas después del anuncio del compromiso.
Había una razón bastante grande por la que Héctor odiaba los días libres, y era pasar tiempo en casa.
Debido a una tubería rota y una fuga en su baño, sumándole a eso la remodelación de su despacho hacia que la idea de ir y refugiarse en su "cueva" fuera imposible.
No le quedaba más que quedarse en su habitación en la casa de sus padres. El trabajo se encargó de mantenerlo ocupado y lejos de todo, excepto hoy domingo y el lunes de la semana que viene.
Recordó cuando las cosas no eran así hace apenas unos meses atrás. Intentaba seguir todo lo que su agenta pedía y buscar unas cuantas horas para escapar e ir a buscar a Alexis. Eso era su vida antes, sonaba como si fuera hace muchos años y no semanas.
Ahora la situación era diferente.
Después de la fatídica fiesta donde anunciara el dichoso compromiso, se enteró de lo que pasaba entre Tomás y ella. Esa pesadez en su cuerpo no se iba desde entonces.
Lo único entretenido que pudo encontrar en la televisión fue un maratón de la serie "Doctor House". Dejo en paz el control remoto y se dedicó a ver el episodio ya comenzado.
Alguien toco a su puerta, después de que él pronunciara un murmullo apenas entendible al lugar entró la causante de sus desdichas.
-Hola.
-Fui muy claro la semana pasada cuando te dije que no quería verte- no despegó la vista del televisor- Así que vete.
-Tu madre me mando ¿ok? Quiere que la acompañemos a una fiesta de una de sus amigas, es esta noche. Así que déjate de pendejadas y busca algo que ponerte.
-Dile que no iré. Inventa alguna excusa como que me duele el estómago o la cabeza- levanto las cejas- O puedes decirle que me acabo de enterar que mi prometida se ha estado cogiendo a mi hermano desde hace meses y que eso me mantiene en cama deprimido. No me importa, ahora sal de mí habitación.
-Héctor.
A pesar de su actitud hostil, Alexis se negaba a ceder ante sus ataques.
La ignoró.
-Héctor, mírame.
Eso hizo.
Esa expresión en sus ojos la intimidó, de verdad quería arreglar las cosas entre ellos, el problema era esa forma que él tenía de mirarla. Como si le hubiese quitado lo que él más quería, no solo eso, aparte de habérselo arrebatado, ella lo hubiera tirado, pisoteado y entonces Héctor por fin se diera cuenta. La hacía sentir culpable y no sabía cuál era el crimen.
Alexis nunca se dio cuenta hasta que punto habían llegado los sentimientos de él hacía ella. Muy tonto de su parte ya que el chico había hecho muchas cosas por su bienestar, y creer que todo eso era solo por la buena amistad de ambos era un autoengaño mal hecho de su parte.
-No... has comido nada desde el desayuno, baja para que te preparen algo. ¿Qué quieres? ¿qué se te antoja?
Se sintió estúpida.
-No puedo- mantuvo el rostro inexpresivo- ¿Sabes por qué solo me la he pasado en mi oficina y cuando vuelvo aquí lo primero que hago es encerrarme en mi cuarto? -no espero a que respondiera- Aquí me siento seguro, cada que salgo y estoy en algún lugar de esta casa, lo único que tengo en la cabeza es a ti teniendo sexo con Tomás en esa habitación. Si estoy en el comedor, en la piscina, en la sala, en los jodidos pasillos. No puedo sentarme en una puta silla de la cocina sin preguntarme "¿Habrán cogido aquí donde estoy sentado?". Y el verte me lo recuerda más así que, por favor, te lo suplico. Déjame en paz.
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Es un buen día para llorar.
RomanceMe gusta Tomás, es divertido y parece un cachorrito que siempre necesita cariño. Pero tiene obvios problemas de alcohol y esta esa relación extraña que tiene con su novia. No es como si Héctor fuera una mejor opción. Se la pasa metiéndose con todas...