VIII.
No pasó mucho tiempo cuando Tomás empezó a portarse como de costumbre, el alcohol que había bebido ya hacía su efecto. Dejándolo de buen humor y más parlanchín.
Alex tomó la decisión de volver a casa, le quito la cerveza y le obligó a levantarse.
Transitaron por las silenciosas calles, las luces se mezclaban con el ruido de la noche y los arbustos que en ese momento se veían oscuros y escalofriantes.
Se podía escuchar a lo lejos los autos, las voces y demás sonidos pertenecientes a la ciudad.
Tomás se giró y le sonrió.
- ¿Cuál es tu cantante favorito?
Su compañera se quedo pensando.
-Siempre me ha gustado Enrique Iglesias- jugó con su cabello- Me ha gustado desde que soy más chica.
-No lo ubico.
-Es el que canta, héroe, experiencia religiosa- espero, pero su acompañante seguía con esa expresión ausente- ¿No te suena?
-Ah...
Y paso lo inesperado, ella se puso a cantar. Fue cuando él recordó, y ambos se pusieron a cantar. Tomás fingió tocar una guitarra.
-Tú, no sabes quien soy yo,no sé quien eres tú.
-Y en realidad quién sabe que somos los dos.
Y así en mitad de la calle y la noche haciéndoles compañía, se fueron a la mansión cantando igual a dos ebrios locos.
Se escuchaba claro y alto sus risas y sus cánticos feos.
-¿Él canta esa canción?- silbo- No lo sabía, y eso que siempre me ha gustado.
Alexis le regreso la pregunta.
-Yo no tengo un cantante. Me gusta una banda llamada los Hombres G.
-No los conozco.
-¡Tienes que estar bromeando!- se mostró de verdad ofendido- ¡Ellos son geniales!
Alexis se puso a reír.
-Shh. Estamos enfrente de la casa, van a saber que nos escapamos.
-¡Ah! Es cierto
Con él siguiéndole los pasos de cerca, Alex se acerco al pequeño cuadro electrónico de la alarma. Puso la clave y la maquina le dio luz verde para entrar.
Ella estuvo a punto de golpearlo por no callarse, su risa se escuchaba por todas partes.
-Van a descubrirnos si no cierras la boca- le susurro.
-¿Quieres que te canté una canción de ellos?- carraspeo- Ahí va...
-¡Lo que quiero es que te calles!- le grito en un susurro.
-¡Si yo no te tengo a ti, si no estas cerca de mi!- la a punto mientras cantaba a todo pulmón- ¡Si no me besas y abrazas, qué será de mí sin ti!
La joven se rindió, lo dejó hacer el ridículo y que siguiera cantando. Incluso le hizo los coros.
Tomás pretendió que hacía sonidos de guitarra eléctrica.
En medio del espectáculo que ambos montaban, se escuchó el eco de pasos provenientes del segundo piso, Alexis lo obligo a cerrar la boca, tratando de esconderse, pero Tomás no se movió de su lugar y quien quiera que fuera, los encontró haciendo payasadas en la oscuridad del primer piso.
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Es un buen día para llorar.
Roman d'amourMe gusta Tomás, es divertido y parece un cachorrito que siempre necesita cariño. Pero tiene obvios problemas de alcohol y esta esa relación extraña que tiene con su novia. No es como si Héctor fuera una mejor opción. Se la pasa metiéndose con todas...