*Necesario oír la canción.
Canción: Winter Bird - Suran.
[Jimin]
Sólo me quedé parado mirándolos, sintiendo un revoltijo en mi estómago.
Quiero vomitar, eso. Quería correr, quería encerrarme y gritar.
Quiero... llorar... pero no ahora.
Retrocedí lentamente, bajando de nuevo las escaleras, sin ser oído.
Observé el pastel sobre la mesa y lo tomé. Con manos temblorosas, lo dejé caer al suelo, lo pateé una y otra vez hasta que se desmoronó por completo, lo escupí. Tomé el chocolate y lo lancé junto al pastel también.
Corrí a la salida sin mirar atrás. Me sentía lastimado, shockeado.
Bloqueé el contacto de Jungkook y lo borré mientras subía al auto, encendí el motor observando por última vez la casa de la persona que por un momento pensé que podría entregarle mi amor, pero eso ya no sería así.
Me salté todos los semáforos en rojo, hasta casi hacía que me chocaran, poco me importaría.
Llegué a mi departamento y tiré la puerta, fui directo al baño, lanzándome al suelo mientras golpeaba mi estómago, quería sacar éste asqueroso sentimiento de mi cuerpo. Débilmente subí y me miré al espejo, ya habían lágrimas en mis ojos y mi respiración estaba agitada.
Salí del baño y comencé a tirar todo, golpeaba las paredes y gritaba alto. En una de esas mi puño comenzó a sangrar, me había cortado con algo.
Corrí otra vez al baño y busqué mis pastillas anti depresivas, tomé alrededor de 5 pastillas.
No estaba pensando.
Estaba volviendo a pasar.
Las mentiras.
La desesperación.
La soledad.
-¡NO!- Grité mientras seguía golpeándome a mí mismo.
Estaba volviéndome loco, me senté en una esquina y comencé a llorar, no me importaba el que me oyeran los vecinos, ya que éstos llevaban golpeando y llamándome a la puerta desde hace unos minutos.
No quiero más...
"¡Jimin!" "¡Jimin abre!" "¡¿Qué pasa?!" "¡¿Estás bien?!" "¡Llamen a la policía!"
Por favor deténganse...
"¡Jiminnie, por favor!" "¡¿Jimin, qué está pasando?!"
No quiero oír a más nadie...
Me levanté y fui a mi habitación, caminando como pude, tenía golpes marcados por todo mi cuerpo y corazón.
Me acerqué a la caja que llevaba escondida bajo mi cama varios meses y saqué las cuchillas de varios tamaños, tomé la más pequeña pero más dolorosa.
Me miré al espejo y comencé a cortar mi cuerpo.
Corté mi abdomen, me sentía basura. Nunca seré suficiente para nadie.
Rayé mis horribles piernas.
Rayé mi horrible rostro.
Rayé mis horribles brazos.
Rayé mi horrible cara.
Perdí el equilibrio de repente y caí de rodillas. Grité del dolor. Mis gritos se habían vuelto desgarradores.
-¡Jimin, soy yo, Jungkook! ¡Por favor abre la puerta!-
No.
-Jimin, no te hagas daño, por favor.- Rogó.
Me acerqué a la puerta, casi arrastrado pero me recosté en ella.
-Jimin, n...-
-¡Cállate!- Grité con mis pocas fuerzas. Escuché varios susurros de asombro por parte de las otras personas.- ¡No quiero más de ti, Jungkook!-
-Pero sí de mí. Así que abre la maldita puerta, imbécil.- No puede ser...
Era ésa voz. Su voz.
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¿Quién será?
Bye, flanes.