-Hoseok-
Al día siguiente amanecí en tus brazos, me sentía sucio, asqueroso. Sentí como si todo fuese una pesadilla.
Prepraré el desayuno he intenté convencerme de que lo que vi ayer no era cierto. Volví a la habitación para avisarte que el desayuno estaba listo, pero estabas arreglándote.
-A-amor...- odio ese apodo. - Baja a comer.
-No cariño, no comeré. Voy a salir, me llamaron para la junta de los precios navideños, y es urgente.-
Estabas arreglándote para "salir a una reunión" un puto domingo. Qué gracia.
¡¡Falso, falso, FALSO JODER!! Vas a ver a ese maldirto niño, a regalarle tu cuadrada y hermosa sonrisa. Esa sonrisa que me enamoró desde que te conocí en la primaria
Sólo me besaste susurrando un "adiós mi amor" y cerraste la puerta. Instantáneamente corrí al teléfono y marqué el número de tu jefe.
Dos tonos y contestó:
-¡Hoseok! Buen amigo, ¿como estás?- Era un señor muy alegre como para tener 56 años.
-Hola señor Yang, ¡todo bien! eh... llamaba para hacerle una tonta pregunta.- Hice un puchero aunque él no lo viera.
-Lo que quieras Hoseok.-
-¿De casualidad era hoy la reunión para manejar los precios de navidad de la empresa? Si es así Tae se ha quedado dormido.-
-¿Hoy?- Rió - Esa reunión fue hace 2 semanas, es más, subimos de puesto a Taehyung, es un buen hombre y trabajador-
-Oh... Bueno, muchas gracias señor Yang, quería estar pendiente. Saludos a su esposa e hijos.
-Cuando quieras hijo.- Dijo y corté la llamada.
Para empezar, esa reunión fue hace dos semanas, y Taehyung no me lo dijo, lo subieron de puesto, cosa que ahora le pagan más, me entero de sus aventuras de los sábados con Jungkook y de paso me miente en la cara, EN LA CARA. Sólo por irse con aquél.
Vamos a ver cuánto te dura ese "amorcito" de una noche tuyo, desgraciado.
