«Las personas con pasados horribles son las más peligrosas, porque saben que pueden superar lo que sea».
Una Cazadora con un objetivo. Un objetivo demasiado fuerte para ser vencido. Y una venganza que ella se propone completar.
...
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—¡Eres una traidora, Clarysse! —exclama Nyssa histérica tras las rejas de su celda.
Está rabiosa y no es para menos. Cree que la he traicionado, que ni siquiera me he detenido a pensar en la seguridad de mis aliados antes de hacerlo. Han pasado cinco días desde aquella noche; uno de ellos se perdió volando hacia Nanda Parbat y los otros cuatro los he pasado aquí, encerrada en una celda frente a la de una antigua rival.
Los Asesinos quieren probar algo, no confiarán en mí a menos que me gane su confianza a su modo. Lo único que puedo hacer mientras tanto es esperar.
—No tenía opción —me excuso—. ¿Preferías que los dejara morir a todos? Laurel, Sara, Jason...
Nyssa gruñe con la mención de su amada, pero hay algo que me preocupa incluso más que eso. ¿Oliver habría llegado a esos extremo por salvar su ciudad? ¿Dejaría morir a sus amigos si así fuera necesario? ¿O se confiaba de que no habría que derramar sangre para traer a Nyssa a Nanda Parbat?
No. Después de todo, es Oliver Queen. Moriría mil veces antes que ver caer a los suyos.
—Oliver ha llegado demasiado lejos esta vez —dice Nyssa en algún momento, dejando de lado los insultos y limitándose a pasar el rato en silencio.
Si no supiera nada del plan, si conociera a Oliver tanto como ellos lo conocen, me sentiría igual o incluso peor. Una traición así nunca es perdonada fácilmente y mientras más profundos los lazos, más oscuro el rencor que se genera. Hasta ahora, nada ha salido de acuerdo a lo planeado. Proteger las ciudades, hacer tiempo, detener a las Ligas antes de que arrasen con miles de inocentes... No hemos logrado nada de eso. De hecho, no hemos logrado nada más que la muerte de nuestros aliados, una mujer embarazada que sigue atrapada en el pasado porque el presente es demasiado peligroso para vivir en él y un plan que cada vez resulta más evidente a los ojos enemigos. El tablero se está tambaleando más que nunca, el tomar medidas extremas para mantener esta fachada está a la vuelta de la esquina. Mi presencia aquí probablemente es cuenta de ello.
Así se pasa una semana más, entre frías charlas cortas con Nyssa, Asesinos que nos vigilan todo el tiempo y una inexistente esperanza de salir de aquí. Al menos se toman la molestia de mantenernos vivas, eso es un punto a favor.
Todo ese tiempo no hago más que pensar. Estudio lo que nos rodea, todo incluyendo el actuar de nuestros vigías. Al final llego a una conclusión ligeramente satisfactoria, aunque no muy útil. Este es un calabozo del que fácilmente podría escapar si así lo quisiera, pero eso no nos traería más que problemas. También está la poca emoción de Nyssa por huir cuando sabe que puede; su manera de actuar me da la impresión de que, una vez fuera del calabozo, el salir de aquí será mucho más difícil.
