Le había marcado a Carissa hace unos minutos.
Ella había sonado preocupada pues había pasado casi las 5 horas que acordamos, me dijo que mi madre llamó muy preocupada preguntando por mí pues, llevaba días "durmiendo en casa de Carissa", ella ya había inventado mil excusas pero mi madre había comenzado a preguntar demasiado y éstas se le estaban terminando.
Al final me había dicho que tuvo que improvisar disculpándose pues yo me encontraba en el baño ya que mi madre había insistido en querer hablar conmigo.
—¿Está viniendo? —preguntó Max desde el otro extremo de la habitación, yo simplemente asentí.
Su hermana me había dicho que estaría aquí en cuestión de minutos, pero ya había tardado más de lo usual.
—¿Confiaremos en él? —preguntó de repente.
—¿Tenemos otra opción?—respondió Liam colocando sus manos en su rostro, de éstas se desprendió una luz blanca que iluminó gran parte de la habitación, bajé la mirada.
—Tal vez podríamos ir al cielo y hablar con los dioses, esa sería una...
—Pésima idea —interrumpí, sentí que ambos me miraron y levanté la cabeza—. Si vamos al cielo simplemente así, levantando acusaciones sin fundamentos...
—Pero los tenemos, tu visión.
—Mi visión es algo que nadie puede ver, solo tu y yo —dije interrumpiendo a Liam.
—¿Por qué sólo ustedes dos? —Solté un suspiro y miré directamente a los ojos azules, casi se me cortó la respiración al ver el brillo que tomaron ante la situación.
Pero aún así respondí tomando el control de mis emociones.
—Él es mi alma gemela —dije en un susurro, la boca de Max se abrió con sorpresa, miró a Liam mientras fruncía el ceño.
—Eso es imposible —respondió negando con la cabeza—. Sus almas son familia —añadió.
—Si lo es, porque Liam es mi alma gemela, digamos que todo eso estaba calculado por Laab, ya que si me lastimaba a mí, lastimaba a Liam.
—Ustedes hacen ver a Laab como un monstruo —dijo Max mientras suspiraba—. Y no dudo ni un poco que lo sea.
—Pero bueno, por eso necesitamos a los demonios, necesitamos un plan B en caso de que todo se torne en nuestra contra. Necesitamos su fuerza para que en el dado caso que Laab tenga lo suficientemente asustados a los demás dioses y ellos teman hacerle algo, ellos podrían entrar en nuestra ayuda.
—¿Qué pasa con los miembros de Andem? —preguntó Liam en un susurro.
—Antes de actuar haremos que la noticia llegue ahí, debemos hacer que ellos sepan que nosotros, los dioses Liam y Laín no estamos con Laab —respondí.
Si el rumor llegaba ahí debía cuidar que no llegara al cielo.
La puerta de la habitación se abrió de repente, dejando ver una silueta femenina.
—Salgan, un auto se ha estacionado a unos metros de aquí —dijo Jessica interrumpiéndonos, entró por la puerta, debido a la oscuridad del lugar no podía ver su rostro con clarisas, pero por lo poco que veía notaba que su expresión denotaba que estaba asustada.
Max, Liam y yo nos levantamos con ayuda de Jessica, quien nos condujo hacia la salida.
Mi corazón comenzó a latir con fuerza, sentía la presencia de algo maligno. Aunque irónicamente, podía sentir que el estar rodeada de demonios no era la causa de esa sensación.
—¿Sientes algo? —pregunté, Liam levantó la mirada para verme.
—No creo que Carissa haya venido hasta aquí sola —respondió en un susurro, Jessica se preparaba para abrir la puerta por la cual entramos pero la detuve.
—¿Qué? —preguntó algo molesta.
—¿Hay alguna ventana en la cual podamos mirar en dirección al auto? —Señaló una ventana que se encontraba a unos metros de nosotros, me encaminé hacia ella y miré.
—Que no sea lo que estoy pensando —susurró Liam.
—Dylan —dije tragando saliva.
Carissa lo había llevado consigo.
(...)
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FORGOTTEN | PAST LIES III
ParanormalEn esos momentos no había tiempo para el amor, eso estaba en segundo plano. Primero debía hacer lo correcto; luchar por saber la verdad para dejar de estar sumergida en una mentira. ¿Creías saber algo de lo que en realidad pasaba? En serio que estab...