En esos momentos no había tiempo para el amor, eso estaba en segundo plano.
Primero debía hacer lo correcto; luchar por saber la verdad para dejar de estar sumergida en una mentira.
¿Creías saber algo de lo que en realidad pasaba? En serio que estab...
Observé a Dylan caminar apresuradamente, lo seguí con la mirada mientras se alejaba, hasta por fin desaparecer de mi vista.
Miré mis pies mientras suspiraba, tal vez aun no sospechaba nada, respiré profundamente mientras levantaba la vista para observar el lugar por donde había ido.
Teparecestantoatumadre.
Mi corazón comenzó a latir de manera acelerada al escuchar esa voz en mi cabeza, había sido Dylan, estaba segura.
Abrí los ojos con sorpresa al pensar lo peor, tal vez él ya sabía todo y le haría daño.
–¡Dylan! –exclamé comenzando a correr detrás de él.
No me importaba estar haciéndolo por impulso, tenía que alcanzarlo y asesinarlo, estaba harta de tener que callar la verdad, todo se estaba complicando con él.
Aumente mi velocidad para poder alcanzarlo, al llegar al lugar donde había desaparecido me detuve al no encontrarlo, mis ojos inspeccionaron a mi alrededor pero él ya no estaba.
–¡Ashley! –dijeron detrás de mi, me di la vuelta para encontrarme a Max que venía corriendo hacia mi, Carissa y Liam estaban a unos metros de él.
–Hay que ir detrás de él –ordené mientras sentía mi respiración acelerarse, necesitábamos atraparlo y asesinarlo, no había tiempo para otra cosa, él debía morir lo más pronto posible.
–Ashley tranquilizate, ¿qué ha pasado? –dijo Liam, me observaba preocupado.
–Creo que ya sabe todo, me dijo por medio de un pensamiento algo sobre mi madre–respondí tratando de concentrarme en encontrar la ubicación de Dylan, pero no podía, me encontraba demasiado alterada para lograrlo.
Maldije por lo bajo al notar que era inútil hacerlo.
–Vamos a casa de mi madre –añadí.
–Debemos esperar a Lucifer.
–Yo la llevaré –dijo Max interrumpiendo a Liam.
–No te preocupes, yo me haré cargo –respondió Liam elevando la voz.
–¡No me importa quién mierda quiera llevarme! –intervine–. Solo quiero que alguien lo haga lo más pronto posible.
–Max ve con ella, Liam tu sabes lo mismo que Ashley, sabrás cómo ponerte de acuerdo con Lucifer.
Liam miró a Carissa y asintió con la cabeza, dándole la razón.
–Carissa, dame las llaves de tu auto –pidió Max, pues Scott nos había traído y no teníamos el nuestro.
Ella las sacó de su bolsillo se las tendió.
–Vámonos –dijo tomando mi mano.
Corrimos por el mismo lugar que habíamos venido y nos introdujimos en el auto de Carissa.
–¡Vamos! –dije al borde de la desesperación, sentía mi corazón estrujarse ante la idea de perder a mi madre de nuevo. Eso no lo iba a permitir, primero asesinaría a Dylan.
–Ya voy –respondió Max encendiendo el auto, comenzó a conducir y salió por la carretera.
Miró a su alrededor y tomó un camino, esperaba que supiera donde nos encontrábamos pues no habíamos estado consientes cuando nos trajeron.
Comenzamos a alejarnos del edificio para llegar a mi casa, solo podía escuchar los latidos de mi corazón retumbar en mis oídos.
Dylan estaba estorbando en todo esto, debía morir... O por lo menos debía desaparecer. Si lo asesinábamos su muerte llegaría a oídos de Laab y si no lo hacíamos, seguramente le confesaría todo.
De una u otra forma él nos jodería a todos, por lo que era más fácil asesinarlo.
En cuestión de minutos llegamos a mi casa, no esperé a Max y bajé del auto en cuestión de segundos, escuché un grito que me pedía volver pero lo ignoré.
Simplemente actuaba por impulso sin importarme las consecuencias. Debía asegurarme que mi madre estuviese bien.
Al llegar a la puerta mi corazón dio un salto cuando noté que ésta se encontraba abierta, entré a casa esperando lo peor.