En esos momentos no había tiempo para el amor, eso estaba en segundo plano.
Primero debía hacer lo correcto; luchar por saber la verdad para dejar de estar sumergida en una mentira.
¿Creías saber algo de lo que en realidad pasaba? En serio que estab...
En mi mente se instaló inmediatamente la idea de volver a ver a Liam, sentirlo cerca de mi, por fin poder confiar en alguien más que quizá me creería.
Mi corazón comenzó a latir de una manera desesperada, no podía creer que detrás de esa puerta estuviese él.
Mis manos temblaban al recordarlo peleando contra mí, intentando asesinarme. Intenté calmarme, ese jamás fue Liam, sino su padre controlándolo.
Mis manos comenzaron a sudar inconscientemente al poner percibir la energía de Liam.
Me levanté del sillón de un salto y caminé detrás de Carissa, ni siquiera yo misma podía creer estar en ese estado.
Debía controlarme y no hacer cualquier cosa con impulso cuando estuviera frente a él, aunque sería difícil, en mi sueño había luchado contra mi como si fuera un robot y verlo ahora... me provocaba muchísimas ganas de lanzarme sobre él.
Carissa tomó la perilla de la puerta y abrió, haciéndose a un lado para permitir que pasaran.
Mi mirada se posó casi instantáneamente en Liam... él era exactamente como lo recordaba, sus ojos cafés me inspeccionaron y yo a él.
Simplemente no podía creer que estuviese frente a mí.
Era idéntico a mi sueño.
No pude controlarme, honestamente lo intenté pero no funcionó. Mis piernas parecieron tomar vida propia pues en un abrir y cerrar de ojos me encontraba corriendo hacia él, me lancé y él me recibió —no muy convencido— entre sus brazos.
Mis ojos se llenaron de lágrimas mientras colocaba mis brazos en su espalda dándole un abrazo demasiado fuerte.
—No puedo creer que seas tú —susurré cerca de su oído, Liam no sabía a lo que me refería, o no lo hacía aún.
No me devolvió el abrazo, simplemente colocó su barbilla sobre mi cabeza y suspiró.
—Jamás creí que una humana me recibiera de esa forma —comentó con algo de sarcasmo y nerviosismo mezclados.
Su voz... escucharla de nuevo era demasiado emocionante para mí.
Me separé de el y limpie las lágrimas que habían comenzado a caer por mis mejillas.
No podía evitarlo, saber que Liam estaba en sí me hacía sentir demasiado bien.
—¿Ella sabe quién soy? —preguntó Liam de repente—. No entiendo cómo se lo pudiste decir tan rápido, ella debe estar aturdida y no hay que dejar que suceda eso... no le puede pasar nada, ella gobernará en mi lugar.
Sonreí con tristeza al recordar algo similar en mis sueños.
Liam no quería gobernar en el cielo, por eso me quería en un principio.
—Yo no le he dicho nada —respondió Max, en este tiempo no había notado su presencia—. Al parecer ella tiene algo que decirte —continuó entrando a la casa, lucía algo molesto, aunque no entendía el por qué de esto.
Pasó a un lado de mi y no se molestó en dirigirme la mirada.
Liam entró a la casa brindándome una sonrisa, en ese instante le devolví el gesto.
No sabía como empezar, así que simplemente le hice una seña con la mano para que me siguiera por la casa.
—¿Podrían dejarnos a solas? —pregunté mirando a Carissa y Max, los ojos de ella me inspeccionaron y su mirada se suavizó un poco, asintió y tomó de la mano a Max, comenzaron a subir las escaleras.
—Liam, esto es serio—comenté mirándolo fijamente, el frunció el ceño sin comprender—. Sé quién eres, sé realmente lo que soy y sé sobre Laab —dije apresuradamente—.Yo vi todo —continué bajo su mirada de incredulidad—. No sé si sepas de la historia de Lobden, en ella juró que cuando una injusticia estuviera pronto a llevarse a cabo, él le daría los conocimientos necesarios a alguien para evitarlos.
Lo miré, él escuchaba atentamente cada una de mis palabras, eso me daba alegría, tal vez si haya escuchado hablar de esa historia.
—Él me lo reveló todo a mi en un sueño... absolutamente todo —dije, Liam me miró con el ceño fruncido.
—Dices que...
—Si Lobden me mostró todo... y creo que tú podrías ver más haya de mis pensamientos, pues noto que los recuerdos no están ahí, están más profundos, por lo que no cualquiera puede verlos.
—¿Y que te hace creer que yo podré? —preguntó levantándose del sillón en el cual se había sentado minutos antes.
—Porque tu eres...—No sabía cómo decírselo ni de que manera se lo tomaría— . Eres mi alma gemela, tenemos un lazo aún más grande del que comparto con Max.
—Eso es imposible —susurró sin poder creerlo por completo.
—Intentalo, si no funciona sabrás que todo esto ha sido una mentira —respondí, Liam me miró y asintió.
Se acercó a mi con una inseguridad que me dejó sin palabras, conocía que él sabía que yo decía la verdad, simplemente Liam tenía miedo a enfrentar el futuro. Tomó mi rostro entre sus manos y me miró directamente a los ojos, una punzada de dolor se instaló en la parte superior de mi cabeza, solté un pequeño gemido ante el dolor ocasionado.
—Es difícil —susurró Liam sin despegar los ojos de mi.
—Te dije que lo sería — respondí.
Un dolor aún más intenso se instaló en el mismo lugar, esta vez no fue un gemido, fue un grito de dolor que salió desde lo más profundo de mi garganta.
Dolía, lo hacía como los mil demonios.
Me obligué a cerrar la boca y hacer silencio, tenía muchas ganas de gritar pero lo soporté.
Partes de los recuerdos de mi sueño comenzaron a aparecer frente a mis ojos, sabía que Liam también lo veía pues su agarre se había vuelto flojo y también comenzó a temblar. Entonces llegó esa escena... cuando vi a un Liam gritando sobre el suelo por mi muerte, él me soltó en el instante en el que los recuerdos terminaron.
Caí al suelo con cansancio, tomé una bocanada de aire y levanté la mirada, Liam también estaba en el suelo, mirándome con los ojos muy abiertos.
—Entonces mi padre...—susurró mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
Asentí con la cabeza.
No me imaginaba cuan doloroso fue para él saber que su padre quería asesinarlo.
(...)
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