☆ Capítulo 10. Espías.

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Espías. A Alba la idea le pareció descabellada y divertida, le hizo recordar a su infancia y los juegos que solía jugar con sus compañeros del preescolar. Sin embargo, por más entretenida que le pareciera esa idea y por más felices que eran los recuerdos que ésta le proporcionaba, la chica esperaba que no fuera por mucho tiempo, pues eso significabas dos cosas que no le agradaban para nada: durar más tiempo en estado de coma y durar más tiempo sin saber quién había sido su atacante.

Tiempo... sintió que esa era una palabra que le faltaba y necesitaba con urgencia, una palabra que se le estaba yendo de las manos y quería recuperar.

—Dime, Alba —le dijo Alex, sacándola de sus pensamientos— ¿quién encabeza tu lista?

—Mi mejor amiga, Esmeralda —respondió sin siquiera dudarlo.

—¿Dónde podemos encontrarla?

—Estamos en día de semana. —dijo, intentando recordar la fecha en la que estaban. Se sorprendió un poco al caer en cuenta de que Año Nuevo se acercaba— Debe estar en la escuela. Por la tarde, suele ir al centro comercial y luego está en su casa.

—Vayamos a la escuela entonces. —respondió el muchacho sin más.

Ambos se pusieron en marcha, les tocaba bastante camino por recorrer desde la comisaría hasta la secundaria en la que Alba solía estudiar.

—¿Sabes? —preguntó después de un rato de silencio— No sería una mala idea proponer que crearan alguna clase de portal mágico o transportes porque, sinceramente, estas caminatas me están comenzando a fastidiar. —dijo la chica, mirando fijamente a Alex, quien reía, negando con su cabeza.

—Debes soportarlo, Inconscio.

La chica sólo lo siguió observando, satisfecha por haberle hecho reír. Alex se adelantó un poco dejándola atrás pero Alba no desvío la mirada. De repente, la pregunta que se había estado haciendo desde hace unos cuantos días, volvió a su mente: ¿Qué le había sucedido a Alex? ¿Por qué él también estaba en ese mundo?

Aunque la morena lo intentó, no pudo contener por más tiempo su curiosidad... y vaya que sí la había contenido.

—Alex... —lo llamó dudosa. Estaba jugando con sus manos y miraba hacia el suelo, rogando que, lo que estaba a punto de decir, no incomodara al chico enfrente de ella. Y, aunque una parte de ella se acobardó, de igual forma estaba dispuesta a preguntarle.

Alex no la miró, sólo hizo un sonido para darle a entender que prosiguiera.

—¿Qué te sucedió? — preguntó, soltando una bomba en los pensamientos del muchacho— Es decir, ¿cuál fue tu accidente? —terminó de preguntar. Los hombros de Alex se tensaron notoriamente pero, casi de inmediato, se relajó. Tenía tiempo que no escuchaba ni respondía a esa pregunta y le causó algo de gracia que ésta chica quisiera saber. Se detuvo en seco y se giró hacia ella. Alba lo miraba con algo de miedo, pues no sabía cómo él iba a reaccionar pero, con una sonrisa, le hizo saber a la chica de que no había ningún problema y que todo estaba bien. Alba también se relajó y ambos continuaron caminando. Uno al lado del otro.

—Estaba en mi etapa de rebeldía —le explicó— Tenía 17, al igual que tú... supongo que esa es una etapa peligrosa, ¿no crees? —dijo, intentando hacerla sonreír. Alba no lo hizo, sólo escuchaba con atención, así que prosiguió— Era joven y algo torpe. Nadie me advirtió que algo así sucedería... o quizás sí, pero no pude reconocer las señales. Creo que era algo que debía pasar. Mi madre me dijo que debía cambiar mi actitud, que no podía seguir así. Tuve una discusión con ella y salí de casa, enojado con ella y con la vida. En serio no vi venir lo que pasó, no pude preverlo, obviamente tampoco pude evitarlo. Supongo que la vida me las cobró o algo por el estilo. En fin... se suponía que debía encontrarme con unos amigos en un café. Estaba cruzando la calle y... —se detuvo por un momento— sólo sucedió. Ese fue mi accidente. Me arrepiento de muchas cosas, Stone y... ésta es una de ellas. No te voy a negar que me hubiera encantado cambiar esos aspectos de los que mi madre me hablaba a tiempo. Pero ya no se puede hacer nada, perdí mi oportunidad...

Algo se rompió en el interior de Alba al escuchar sus palabras. Lo primero que pensó fue que él ni siquiera pudo despedirse de sus seres queridos y lo último que le dijo a su madre fue en una discusión. Al menos ella había podido decirle que la quería, él no.

—Y... ¿desde cuándo no sientes algo, Alex?

—No lo sé —respondió encogiéndose de hombros—. La verdad creo que nunca sentí algo.

—Crees. —susurró, remarcando sus palabras. Alex la escuchó.

—¿Qué quieres decir con eso? —le preguntó algo curioso.

—Pues... que quizás... tal vez, no has muerto aún. —dijo, esperanzada por la teoría que había formulado.

Alex volvió a detenerse y se acercó rápidamente hacia la chica. Por acto reflejo, ésta retrocedió y, automáticamente, él se detuvo.

—Gracias —le dijo.

—¿Qué? —respondió, confundida por su repentina reacción. Por un segundo, había creído que estaba molesto pero, realmente, era todo lo contrario.

—Por tratar de darme ánimos —le confesó—. Yo quisiera pensar lo mismo pero... no sé. No siento nada desde hace mucho y tampoco puedo hacer actividades de Mortos. He ido al cementerio pero nunca he visto una lápida que diga mi nombre... pero basta de mí, Alba. Yo estoy para ayudarte. No al revés, así que vamos, camina.

Los chicos llegaron a la secundaria después de media hora. Los pasillos estaban casi vacíos pues hacia varios minutos que la campana de salida había sonado. No encontraron rastro de Esmeralda ni de alguno de los amigos de Alba. De repente, una alocada idea se le ocurrió.

—¿Por qué no buscamos a James? —propuso.

—¿También está en tu lista?

—No, pero yo me dirigía a una fiesta que él iba a dar cerca de su casa. Algo me dice que deberíamos buscarlo.

—Sus deseos son órdenes —respondió Alex— En dónde lo encontramos.

Alba lo meditó por un tiempo, pensando en dónde una persona como James Ryan podría estar después de clases. Miró a su alrededor.

—Pues, es obvio aquí no está —dijo—. Vayamos a su casa.

*****

Bueno... tardé 258mil años en subir esto, pero equis: soy floja de nacimiento :)

(Capítulo complementario. Es un poco corto pero trataré de hacer más largos los demás.
Sólo serán como 20 capítulos.
¿Mi Alex estará vivo?
Voten y comenten.
Besos, bye.)

Hoy trataré de corregir más

¿Sigo viva?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora