Pasó el tiempo, un año y cuatro meses, para ser exactos. La chica se había graduado y hoy era su primer día en la universidad. Se había decidido por estudiar derecho y después de eso, criminología, debido a todo lo que le sucedió en el pasado.
Hace poco, se había mudado a su propio apartamento. Estaba decidida a mantenerse por su cuenta... bueno, casi. Su madre le ayudaba con la renta.
Con su computadora y sus libros, se dirigió al aula 209 con la profesora Juliet Lewis.
Tomó asiento antes de que comenzaran las clases, junto a una castaña de ojos verdes.
—Hola, mi nombre es Vanessa —se presentó la castaña en un susurro, iniciando una conversación con Alba.
—Mucho gusto, me llamo Alba —le susurró de vuelta.
—Me gusta tu nombre.
—Muchas gracias, el tuyo también es lindo.
—¡Señores! —gritó la profesora, asustándolas un poco— Creo que después tendrán el tiempo de conocerse —dijo mirando a las dos chicas. Alba sólo escondió su cara en su libro— Como podrán haber visto en sus horarios, mi nombre es Juliet Lewis —escribió su nombre en la pizarra con una hermosa caligrafía—, yo seré su profesora de...
Y así transcurrió la mañana del primer día de clases: entrando de clase en clase, conociendo profesores nuevos, viendo nuevas materias y hablando con la castaña en los recesos.
Vanessa, la vivaz chicha de ojos verdes, era de Canadá y sus padres fueron transferidos a Seattle. Le contó a Alba lo difícil que fue para ella adaptarse pero que, durante los últimos años, ya estaba totalmente acostumbrada a esa ciudad, a su ambiente y personas. También le comentó que el equipo de fútbol de su escuela siempre jugaba contra el equipo de la escuela de Alba... y que siempre perdían, lo cual hizo reír a la morena, quien recordada los buenos momentos de la secundaria, obviando los malos, claro está.
Cuando Alba le contó sobre su accidente, la chica se quedó con la boca abierta, diciendo que todo eso era "muy intenso y de telenovela". La morena rió ante su comentario y pensó en contarle que el nombre "Alex" rondaba por su cabeza todos los días, pero luego decidió que era mejor idea no contarle puesto a que ella era la única que sabía aquello.
Tocaba la última clase del primer día. Mientras caminaba por los pasillos, Alba se distrajo con una vitrina llena de medallas y de reconocimientos. Debido a su distracción, chocó con una persona, tirando todo los que ambas llevaban en las manos y ocasionando una lluvia de papeles y notas. Había chocado contra un chico... corrección: había chocado contra el chico.
Era él, la misma persona que no podía sacar de su cabeza, estaba en el mismo sitio que ella.
Las clases habían comenzado hace varios minutos, así que él sólo tomó sus cosas y se fue. Ni siquiera le había dado tiempo de pedirle disculpas... ni siquiera la miró. Alba quedó en el suelo, obligando a su mente a recordar. Vanessa llegó a su lado.
—¿Qué te pasa, chica? ¿Viste un fantasma? —bromeó. Al darse cuenta de que no reaccionaba a su broma, le preguntó— ¿No viste un fantasma o sí? Porque aquí hay leyendas un poco espantosas sobre estudiantes que se han vuelto... ya sabes... locos.
"Yo estoy a punto de volverme loca" pensó.
—No vi un fantasma, sólo... me resbalé —dijo— Vamos a clase —Vanessa la ayudó a recoger sus cosas.
Para su suerte, el profesor se había retardado un poco y ambas no recibieron un regaño en su primer día.
Lo único que comenzó a preocuparle a la morena era que su cabeza no estaba en el mismo lugar que ella. Seguía en el pasillo hace unos minutos, tratando de recordar.
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Llegó a su apartamento cerca de las 2 de la tarde. Dejó su bolso en el mueble y se tiró en su cama boca arriba. Sin ganas de hacer las cosas. Lamentándolo mucho, uno de los profesores le había mandado a investigar acerca de Aristóteles. Así que sin ánimos, se levantó, sacó su laptop de su bolso y buscó su libreta con apuntes, pero ésta no estaba allí.
—¿Dónde la dejé? —se preguntó— ¿La dejé en la universidad?
Se dio por vencida cuando no la encontró en su apartamento. Iba a llamar a Vanessa para que le dictara los apuntes tomados en clase por el teléfono cuando alguien tocó a su puerta. Caminó por el pasillo para poder abrirla. La sorpresa que se llevó se notó en su cara cuando vio al chico del pasillo en la entrada, sosteniendo su libreta.
—¿Eres Alba Stone? —le preguntó. Ella sólo asintió— No creo que debas poner tanta información personal en una libreta, la pudo haber encontrado algún loquito por la calle.
—Gracias —fue lo único que alcanzó a decir.
—Fue un placer —dijo sonriendo, con las manos en sus bolsillo. Alba seguía sin cerrar la puerta y pronto el momento comenzó a ser incómodo.
—¿De casualidad tu nombre es Alex? —no aguantó más y le preguntó.
—Para servirle —su respuesta le robó el aire—. ¿Hay algún problema con eso?
—¿Por qué siento que te conozco? No logro sacarte de mi cabeza.
Él le sonrió mostrando sus dientes. Agachó la cabeza un segundo y luego le dijo:
—Porque quizás si me conoces, Alba.
—¿De dónde?
—No lo sé... tampoco lo recuerdo. Lo que sí recuerdo es haberte conocido —dijo— ¿Me permites hacer una cosa que no terminé la última vez que nos vimos?
—¿Qué cosa? —preguntó confundida, casi creyendo que todo lo que estaba pasando era un sueño, que se había quedado dormida en una clase y que su imaginación estaba formando todo ese suceso.
Alex dio un paso al frente y la tomó del rostro uniendo sus labios en un beso. Eso la tomó por sorpresa pero no pudo hacer nada más que seguirlo. Estaba enamorada de alguien a quien no recordaba, ¿cómo es eso siquiera posible?
Se separó por un momento con una sonrisa enorme en sus labios.
—Mucho gusto nuevamente, Alba Stone.
—Es un placer conocerte, Alex...
—Browning —sonrió—. Creo que estamos en un extraño dejà vù.
Alba se rió y tuvo la necesidad de abrazarlo porque se sentía feliz de que él la recordara, aunque ella aún no podía hacerlo, y que tuvo el placer de estar con una persona que la hacía sentir segura.
—Ayúdame a recordarte —le pidió.
—Yo siempre te ayudaré...
FIN.
*****
Editado Dic. 30/2017
(Me pareció lindo el final ya que Alex en un principio le había ofrecido su ayuda para despertar y ahora se la ofrece para que lo recuerde. Es simplemente hermoso, ¡AMÉNLO!
Una pequeña aclaratoria: Alex si recuerda a Alba pero no recuerda el mundo en el que vivió por mucho tiempo, es decir, cuando ellos despertaron olvidaron ese mundo. Sólo que Alex tiene más recuerdos de Alba que Alba de él.
Falta el epílogo y haré una nota de autora para explicar alguito. 😙😙
Voten y comenten.
Besos, bye.)
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¿Sigo viva?
Fantasy"¿Cómo sabes que sigo viva?" Cuando todo está en el lugar adecuado, no cabe duda de que alguna fuerza exterior vendrá a generar desorden. Confiar en las personas equivocadas es un arma mortal, en especial si éstas te conocen a la perfección. En la v...