☆ Capítulo 18. Despierta.

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Abrió sus ojos, por unos segundos se cegó con la luz blanca del techo. Estaba en una habitación totalmente blanca que tenía un olor extraño a medicina. Se sentía desorientada y algo adormilada. Tenía un cable que la conectaba a una máquina que marcaba sus latidos, un tubo debajo de su nariz y unas agujas en su brazo que llevaban algún tipo de suero a sus venas, sin mencionar las vendas que cubrían ciertas partes de su cuerpo.

Alarmada, arrancó los cables y a las agujas encajadas en su piel, emitiendo un leve quejido. Intentó levantarse pero no tenía las fuerzas suficientes. Trató de no entrar en pánico y analizó el lugar en donde estaba. Era una habitación, una habitación de hospital. Giró su cabeza y encontró a su madre dormida en un sofá.

—Mamá —la llamó. Su voz salió rasposa— Mamá... —volvió a decir pero la mujer seguía sin escucharla— ¡Mamá! —gritó finalmente, encontrando su voz.

La señora abrió sus ojos rápidamente y se incorporó con facilidad. Parecía que llevaba noches sin dormir correctamente, pues unas pequeñas ojeras adornaban su rostro por debajo de sus ojos color miel.

—¿Alba? —dijo en su susurro. Creyó que seguía durmiendo y que la imagen de su hija al fin despierta formaba parte de uno de sus más anhelados sueños. Al darse cuenta de que estaba despierta y que realmente su hija tenía sus ojos abiertos nuevamente, corrió hacia ella, envolviéndola en un abrazo— No sabes cuánto te esperé, mi amor. Te extrañé, te extrañé demasiado —le dijo a la morena, abrazándola más fuerte. Alba podía sentir las lágrimas que derramaba su madre en su cuello.

—¿Dónde estoy? —le preguntó aún desorientada.

—¡Oh, querida! Tuviste un feo accidente —le informó, tragando el nudo que se formó en su garganta—. La peor noticia es que fue ocasionado por la persona que tú menos te imaginas, princesa. Pero descuida, el juicio empezó ayer y como la niña esa ya no es menor de edad tendrá que pagar por sus acciones un largo tiempo en prisión.

—¿Ocasionado? ¿Quién lo hizo? —la cabeza de la chica estaba comenzando a doler. Hizo una mueca de dolor que su madre notó.

—Creo que será mejor que hablemos de esto en casa —le dijo—. Llamaré al doctor —le informó mientras se acercaba a la puerta, dio unos cuantos pasos y luego regresó hacia su hija— ¡Estoy tan feliz por ti, preciosa! —y depositó un beso en su frente.

Minutos después, su madre llegó con el doctor y con una enfermera detrás de ellos.

El doctor se acercó a ella y le hizo unas preguntas básicas, sólo para asegurarse de que la chica no padeciera de una contusión cerebral o que tuviera amnesia. Al realizarle unos cuántos exámenes más y ver que estos estaban perfectos, la morena fue finalmente dada de alta de este hospital

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El carro de su madre se estacionó en el garaje. Al fin había llegado a su casa. Alba se sentía extraña. Su madre se sentó con ella en el sofá, refrescando su memoria. Alba se había acostado en las piernas de su madre mientras ésta le explicaba cómo sucedió todo y, con una expresión seria y llena de resentimiento, le confesó que la persona culpable de su accidente había sido nada más y nada menos que la chica pelirroja que solía visitar su casa para jugar por las tardes cuando era niña, hacer las tareas cuando comenzaron la secundaria y arreglarse juntas cuando iban a alguna fiesta; nada más y nada menos que su EX amiga, Esmeralda.

Alba se levantó rápidamente, claramente confundida por esa declaración. De repente se sintió molesta con ella misma por haber confiado tanto en Esmeralda. Y le costó creer que la persona que la había obligado a dormir por semanas había sido su amiga más cercana.

—Creo que será mejor que descanses —dijo su mamá—. Sube a tu cuarto, te llevaré un té.

—¿Casi un mes no fue suficiente descanso? —bromeó la chica. Su madre se rió.

—Obedece —le dijo con un tono suave de voz, dándole un beso en su cabeza—. Anda, sube, también te llevaré algo de comer.

Alba no tenía hambre, pero igualmente obedeció. Se acostó en su cama y lentamente, su cansado cerebro, la hizo cerrar sus ojos para poder dormir.

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Pasaron varias semanas. El 28 de Enero, por la mañana, Alba se paró de su cama, tomó una ducha y se vistió con un vestido floreado. Bajó las escaleras para saludar a su mamá, quien estaba preparando el desayuno.

—Hola, amor, ¿cómo amaneciste?

—Bien, aunque todavía me siento algo extraña porque siento que estoy como en otro lugar... como si olvidara algo...

—Bueno, después de todo de lo que te has enterado... me sentiría igual que tú.

Trató de justificar la sensación que sentía con lo que me dijo su madre pero ella sabía en lo más profundo de su cuerpo que no era por eso. Como sea, trató de olvidarlo.

—Sí, debe ser eso... —dijo sin estar segura por completo— ¿Tú no irás a trabajar? —le preguntó.

—Por los momentos no... —Alba sabía a la perfección porqué su madre no iba al trabajo y no le gustaba para nada. Su madre había pasado las últimas semanas cuidándola excesivamente y, aunque en cierta parte era comprensible pues la morena era su única hija, a Alba no le gustaba para nada eso. Los vendajes que aún tenían le fueron removidos y no fue necesario que utilizara muletas, había comenzado a realizar sus actividades con normalidad, pero su madre no entendía aquello.

—Ya veo... —dijo sin ganas.

—No te sientas mal. Sé lo que piensas, te conozco muy bien, pequeña. Me quedo aquí no porque seas una carga sino porque te amo y quiero cuidarte un poco más antes de volver a trabajar —dijo abrazándola.

—Está bien, mamá —le dijo mientras reía, pues su madre comenzó a hacerle cosquillas—. Te amo.

—Yo también —le dijo de vuelta mientras la miraba con dulzura—. Por cierto, pasaron por correo tus trabajos pendientes, cuando quieras hacerlos, chequeas tu laptop.

—Ok —respondió y se sentó en el mesón de la cocina para comenzar a comer.

Alba aún sentía esa extraña sensación recorrer su cuerpo y, por más que intentó no tomarle importancia, pudo sentirla durante el resto del día... y durante los días siguientes.

Algo se le olvidaba, pero... qué era.

*****

Editado Dic. 30/2017

Alba despertó al fin! 🎉🎊🎉🎊
Decidí terminar mi historia hoy, así que esperen mis actualizaciones.
La razón por la cual actualizo rápido es porque temo de que al iniciar clases no tenga el tiempo suficiente para poder terminar la historia y no quiero dejarla inconclusa.
Si les gustó el capítulo ya saben que hacer:
Voten y comenten.
Besos, bye.)

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