A pesar de que sus ojos seguían llorosos, Alba no se permitió soltar ni una sola lágrima en todo el trayecto fuera de la escuela. La chica, en su rabia, había cerrado tanto los puños que sus nudillos se tornaron de color blanco y sus uñas dejaron marcas en la palma de su mano.
—No creo que sea bueno que acumules toda esa ira —le aconsejó Alex.
—No estoy de humor, Alex.
—No lo digo en broma.
Definitivamente, la chica no estaba de humor para sermones o para calmarse, así que se giró furiosa a encarar al joven:
—Tú escuchaste lo mismo que yo. También escuchaste lo que dijo Mery. Esmeralda, la que se hacía llamar "mi mejor amiga", mintió acerca de mi paradero. Les mintió a todos, me mintió a mí. Ella sabe dónde estoy y nada me hará cambiar de opinión —le dijo gritando.
—¿Y qué planeas hacer? ¿¡Tomar un cuchillo y enterrárselo!? —dijo igualando el tono de voz de Alba.
—Sería una buena idea.
—Alba, por favor... —le rogó a la chica que no perdiera la cordura.
—Dime si vas a ayudarme o no, Alex —le pidió. Estaba harta de toda esa incómoda y dolorosa situación.
—Si te voy a ayudar, Alba —le respondió el muchacho, intentando transmitirle calma con su voz—, pero no a asesinar a alguien.
La chica le dio una mirada fría y se giró nuevamente, pero ésta vez para alejarse del chico. No obstante, no llego muy lejos, pues Alex la tomó del antebrazo y la obligó a detenerse.
—¿Qué estás haciendo... —comenzó su reclamo, pero fue interrumpida por el dedo índice del chico sobre sus labios, le ordenó que guardara silencio.
—Mira hacia allá —le ordenó, señalando hacia una dirección.
Alex le indicaba que viera cómo Esmeralda caminaba por los pasillos de la escuela. Las clases aún no habían terminado por lo que de inmediato se dio cuenta de que la pelirroja se había escapado. Se dirigió a su casillero, tomó su bolso y se fue.
Alba, casi soltando humo por la nariz, comenzó a caminar con paso firme hacia ella, con la intención de ahorcarla ahí mismo, sin embargo, Alex la detuvo de nuevo y la miró fijamente, dándole a entender que, al menos por ésta vez, intentara calmarse porque sabía que no estaba pensado con coherencia. Le sugirió que la siguiera para ver a dónde se dirigía. La morena tomó una respiración profunda y aceptó lo que su compañero le pedía.
Esmeralda salió sin ningún problema de la escuela y esperó en la parada de autobuses. Alba quiso que la tropellaran en ese mismo instante.
Cuando el autobús llegó, la chica se subió y ambos no dudaron en imitarla. Durante todo el recorrido que hizo el vehículo, Alba miraba todos los movimientos de Esmeralda. Alex notó que en su mirada había dolor, claramente por la horrible traición de su supuesta amiga. El chico se interpuso entre las dos chicas, evitando que la morena siguiera viendo a la pelirroja.
Después de un par de paradas, Esmeralda llegó a su destino y Alba se congeló al darse cuenta de adónde la pelirroja quería llegar.
Northwest Hospital & Medical Center.
Esa era la primera vez en la que Esmeralda iba al hospital. Nunca antes había ido a visitar a Alba. Eso sólo enfureció más a la castaña y confirmó todas sus sospechas. Se dio cuenta de algo que le partió aún más el corazón: Esmeralda realmente había mentido.
La chica se soltó del agarre que Alex le daba y prácticamente corrió para quedar enfrente de ella. Quería saber si se dirigía a su habitación.
—¡Alba, espérame! —gritó Alex detrás de ella.
A pesar de que la joven se situó enfrente de la pelirroja, no pudo hacer nada para detenerla. Comenzó a caminar de espaldas, mirándola fijamente. Sus ojos volvieron a humedecerse y en su garganta se formó un fuerte nudo.
—¡Ya basta, malvada serpiente! —habló entre dientes, casi en un susurro— ¡Decías que eras mi amiga! ¡Me mentiste!
—No puede escucharte —le recordó Alex, pero Alba no le hizo caso.
Esmeralda tuvo el descaro de pedirle a la enfermera que le indicara dónde estaba la habitación 8B, diciéndole que iba a visitar a una buena amiga. Minutos después, ya estaba dentro. Dejó su bufanda y su bolso en el mueble de la habitación y se sentó a al lado de Alba, tomándole la mano. Acomodó un mechón de su frente y derramo un par de lágrimas totalmente falsas hasta que la enfermera se fue.
Con una mirada cargada de cinismo, observó cómo la enfermera se retiraba e inmediatamente secó su rostro y soltó con violencia la mano de la morena.
—Ay, Alba —comenzó a hablar con falsa lástima—, quién lo diría. ¿Sabes? Mark me invitó al baile de graduación. Iba a invitarte pero como estás en un internado... —rió con burla, como una bruja... después de todo, esa malvada pelirroja era la única bruja de ésta historia.
Alex avanzó hacia ella, lleno de rabia, pero ésta vez, Alba lo detuvo. Él la miró algo sorprendido pues minutos antes era ella quien quería estrangular a Esmeralda.
—Déjala —le dijo con una sonrisa que carecía de humor.
Alba sólo quería escuchar lo que la pelirroja tenía por decir. Para la morena las palabras que decía Esmeralda no eran palabras, era un terrible veneno que escupía al abrir la boca.
—Y... adivina —continuó hablando— he ganado el premio de la Mejor Estudiante del Año. Apuesto a que no tenías idea de que anhelaba ese reconocimiento y ahora que no estás, es todo mío. Me da un poco de lástima que estés en esta situación un día antes de Año Nuevo. Como sabrás, los chicos y yo estamos tomando clases extras para obtener puntos de bono y podernos ganar la beca de la que tanto hablábamos —dijo haciendo un puchero y miró su reloj— Bueno, preciosa, se hace tarde. Y sólo quiero pedirte un favor, querida: nunca despiertes. Mi vida es mucho mejor desde que no estás. Hasta nunca, belleza.
Una vez que se retiró, Alba quedó enmudecida, casi inmóvil, pero soltó una risa sin gracia, casi una risa sarcástica.
Se acercó a la cama en dónde descansaba su cuerpo y se dijo:
—Alba Stone... preciosa, discúlpame que interrumpa tu sueño, pero tú vas a despertar. Y tú, Esmeralda Wilson —dijo mirando la puerta por la cual la pelirroja se había retirado—, te arrepentirás de todo lo que me trataste de hacer.
Alex se acercó a ella y colocó su mano en su hombro.
—Y bien, Inconscio, ¿qué tienes en mente?
—El mejor plan que hayas escuchado.
—Vamos a hundirla, ¿cierto?
—Hasta el fondo.
*****
Editado Dic. 30/2017
(Lo bueno ya viene. Nunca creí que pudiera odiar tanto a un personaje que yo misma creé. 😂😂
Bueno, ya verán el próximo capítulo. Los dejaré con la duda porque los quiero.
Voten y comenten.
Besos, bye.)Como cuando creíste que lo habías publicado pero el realidad no :)
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¿Sigo viva?
Fantasy"¿Cómo sabes que sigo viva?" Cuando todo está en el lugar adecuado, no cabe duda de que alguna fuerza exterior vendrá a generar desorden. Confiar en las personas equivocadas es un arma mortal, en especial si éstas te conocen a la perfección. En la v...