41. La primera cita (I)

8.2K 467 107
                                    




           

Las 8 menos 5 y ahí está ella, después de una mañana agotadora de compras con sus amigas buscando el vestido perfecto, por fin dieron con él, y ahora, enfundada en ese provocativo y elegante vestido rojo, marcando sus curvas dejando al aire sus piernas, con un escote en V bastante pronunciado que deja a la vista una gran parte de sus enormes encantos, lo cual podría provocar algún que otro infarto, su pelo rubio y ondulado cayendo por sus hombros, un rojo pasión en los labios que hace juego con el vestido y los zapatos de tacón, y un rímel y sombra de ojos negra que acentúa el azul de su mirada, se siente dispuesta a comerse el mundo. Recuerda sonriendo como Raven esa mañana ha afirmado rotundamente que el rojo es su color al verla con ese impresionante vestido.

A las 8 menos dos minutos, ve un Mercedes negro aparcar a pocos metros de ella. La puerta se abre, y del elegante coche baja Lexa enfundada en un sencillo pero elegante vestido blanco de tirantes que en ella se ve espectacularmente sexy, el cual también deja a la vista sus largas piernas, y como ella, lleva los labios pintados de rojo.

Al principio parece que la castaña no se da cuenta de que Clarke está ahí esperándola, pero cuando posa sus ojos en ella, en cuanto la ve, el corazón de Lexa se salta un latido, y sí, Clarke lo ha conseguido, la ojiverde se queda sin aliento.

Lexa se acerca a la rubia cogiendo su móvil y cuando está delante de ella, le indica con el dedo que espere un segundo, haciendo que Clarke frunza el ceño algo molesta, creyendo por un momento que el trabajo de la ex camarera va a joderles la cita.

-         Buenas noches, mi nombre es Lexa Woods – empieza a decir la castaña ante la atónita mirada de Clarke, Lexa se lleva una mano al pecho – quería pedir una ambulancia al hotel Majestic, creo que estoy sufriendo un infarto – mira a Clarke con una divertida sonrisa guardando el teléfono en su bolso y la rubia le devuelve la mirada de la misma manera, negando con la cabeza.

-         Idiota... – pronuncia Clarke entre risas.

-         ¿Pero tú te has visto? Dios mío Clarke, creo que voy a entrar en parada cardíaca, ¡estás espectacular! – se acerca del todo a ella, envolviéndola por la cintura con sus brazos, y ambas se funden en un cariñoso beso que pronto se vuelve más que ardiente – Buenas noches preciosa, si pretendías matarme, creo que lo has conseguido porque ahora mismo me siento en el cielo.

-         Mira que eres zalamera – le da un pequeño beso en la punta de la nariz y Lexa no puede evitar sonreír como una tonta enamorada – tú sí que estás preciosa con ese vestido, debo decir que me infartas cuando llevas traje, pero ahora...no sé si voy a ser capaz de apartar mi mirada de tus piernas – baja su mirada hasta esas irresistibles piernas, sintiendo como todo su cuerpo entra en combustión espontánea.

-         Anda vamos – se separa de ella y le ofrece su mano en la cual la rubia no duda un segundo en entrelazar sus dedos con los larguísimos y magníficos de Lexa.

Lexa le abre la puerta del copiloto y con una amplia sonrisa, Clarke se sienta en el asiento de piel negro, perdiéndose unos segundos en la verde mirada de Lexa, que la mira embelesada con esos profundos y brillantes ojos que la enamoran cada vez que se enfrenta a ellos.

-         ¿Te gusta? – pregunta Lexa al sentarse, observando cómo la rubia mira maravillada el interior del coche – es de alquiler, me dijiste que no querías nada ostentoso así que pensé que ir en el Ferrari quedaba descartado.

-         Es precioso, aunque no era necesario Lex, me hubiera conformado con cualquier cosa – Lexa coge su mano suavemente y acercándola a sus labios, deposita un cariñoso beso en ella.

Adicción ProhibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora