Adicción Prohibida

5. Eres la novia de mi hermano...

Lexa se queda paralizada a la par que Clarke, que no puede creerse lo que está pasando. Delante de ella se encuentra la camarera que le robó aquella noche de pasión, en la que le fue infiel a su novio. Un novio, que ahora resulta ser su hermano. Luna se acerca a Clarke, abrazándola efusivamente, mientras las retinas de la rubia siguen clavadas en Lexa, que también la mira completamente paralizada, con los ojos de par en par, y sin saber qué hacer ni cómo reaccionar para que no se note que ya se conocen.

— Alexandra, ¿no vas a saludar a Clarke? — pregunta su madre extrañada al ver que su hija se mantiene inmóvil.

— Eh...sí, sí, claro — por fin reacciona y se acerca a Clarke con nerviosismo.

Las dos chicas se quedan unos segundos mirándose a los ojos, y finalmente, Clarke hace el primer movimiento, acercándose a la mejilla de Lexa, depositando un suave beso en ella. Ésta responde a su saludo, y le da otro beso en la mejilla.

— Encantada...Clarke — Lexa aún está conmocionada por la situación, y el temblor en su voz lo demuestra.

— Igualmente, Alexandra — baja la mirada, y nota como sus mejillas empiezan a enrojecer.

— Lexa. Prefiero que me llamen Lexa — la mira intensamente a los ojos, observando cómo Clarke sonríe de lado tímidamente.

— Está bien. Lexa entonces — esta vez los ojos de la rubia sonríen pícaros al recordar lo que su voz produce en la castaña cuando pronuncia su nombre.

Lexa traga saliva al oírla pronunciar esas cuatro letras. No puede creérselo. Por fin tiene delante a la chica que tanto deseaba volver a ver. Pero nunca imaginaba que podía ser algo así. Es la peor situación posible para un reencuentro. Se ha tirado a la novia de su hermano, y encima, no puede evitar excitarse al oír su voz diciendo su nombre.

— ¿Nos sentamos? — pregunta Bellamy al ver que ninguna de las dos chicas reacciona.

Lexa hace un gesto de afirmación con la cabeza y todos se dirigen a la mesa. Bellamy y Clarke se sientan juntos, y Lexa y Luna se sientan frente a ellos. Clarke nota la mirada de Lexa clavada en ella. Jamás podría haberse imaginado una situación más incómoda. Aun así, lo único en lo que las dos son capaces de pensar es en hablar la una con la otra, a solas. Necesitan decirse todo lo que está pasando por sus mentes en ese momento.

— Perdonadme, tengo que ir a buscar algo a mi antigua habitación — Lexa se levanta y mira a Clarke, haciéndole un sutil gesto con la cabeza sin que los demás se den cuenta, indicándole que le siga.

— ¿Puedes enseñarme dónde está el baño? Necesito ir urgentemente — Clarke también se levanta, poniéndose frente a ella.

— Claro, sígueme – Lexa sonríe algo nerviosa, y encamina sus pasos cuando ve que Clarke va tras ella.

Nada más girar por el pasillo, fuera de la vista de su hermano y de su madre, Lexa coge a Clarke por la muñeca y ambas se meten en su antigua habitación, cerrando la puerta para no ser escuchadas.

— Lexa, yo...no sé ni qué decir... — Clarke resopla, pasándose una mano por el pelo, mostrando su nerviosismo.

— Eres la novia de mi hermano... — Lexa también resopla, nerviosa, girándose, intentando asimilar esa afirmación. Nunca se ha visto en una igual.

— Te dije que tenía novio, y tú seguiste — le recrimina la rubia.

— Y tú me dejaste seguir, Clarke. No recuerdo que pusieras mucha resistencia cuando te dije de ir a tu casa — contesta girándose de nuevo hacia ella, molesta ante su acusación.