50. Despedida

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Pasadas las 5 de la mañana, y después de despedirse de sus amigas hasta la hora acordada de ese mismo día para recoger sus cosas del hotel e irse al aeropuerto, Clarke y Lexa entran en casa de la castaña bastante agotadas, la fiesta ha sido larga, y entre bailes y un poco de sexo salvaje, los cuerpos de ambas se quejan por el cansancio. Pero son sus últimas horas juntas, y por mucho cansancio que llevan encima, ninguna de las dos quiere realmente irse a dormir.

-         Clarke, me apetece mucho hacer algo – Lexa entrelaza sus dedos con ella y la rubia la mira a los ojos con una sonrisa en la cara.

-         La verdad es que no tengo muchas fuerzas, pero si quieres... - se muerde el labio alzando una ceja.

-         No me refería a eso, insaciable pervertida – la interrumpe soltando una carcajada, a lo que Clarke no puede evitar seguirla.

-         ¿Y qué está pasando por esa cabecita tuya si no es sexo? – se acerca lentamente más a ella, pegándose a su cuerpo, mirando fijamente sus labios.

-         ¿Crees que pienso en sexo las 24 horas o qué? – niega con la cabeza, achinando los ojos.

-         Básicamente – responde rotundamente Clarke, soltando una perversa risa.

-         Vale, lo confieso, cuando te tengo cerca puede que pase el 99,9% de las veces, pero...ahora mismo, lo que más me apetece es darme un baño – entrelaza sus manos detrás de su cintura, pegándose más a ella, dándole un suave beso en la punta de la nariz.

-         ¿Un baño? – pregunta Clarke sorprendida, separándose un poco para mirarla a los ojos.

-         Sí, en la piscina, me gustaría darme un último baño contigo en mi increíble y fresquita piscina – afirma a la vez con la cabeza, poniendo ojos de cachorrito, esa mirada a la que Clarke es incapaz de resistirse.

-         Me parece buena idea, iré arriba a ponerme el bañador y... - empieza a girarse sin que Lexa la haya soltado del todo, y la castaña la interrumpe volviendo a pegar su cuerpo al suyo.

-         No es necesario, podemos bañarnos desnudas ahora mismo, cariño – susurra casi sobre sus labios.

-         Primero tu mirada de cachorrito, ahora me llamas cariño, creo que está usted intentando hacerme chantaje emocional, señorita Woods – suelta en un tono demasiado seductor, rozando sus labios en el proceso.

-         Creo que me ha pillado, inspectora Griffin – besas sus labios atrapándolos con ternura, abrazándose a su cuerpo.

-         Nunca dejes de llamarme cariño ¿vale? Me gusta mucho que lo hagas – Clarke se muerde el labio mirándole a los ojos, y Lexa no puede más que derretirse con esos gestos.

-         Lo sé – sonríe orgullosa, dándole un corto beso sobre los labios.

Y en cuanto se separan, sin dejar que Clarke reaccione a ese beso que le ha sabido a poco, empieza a sacarse la ropa lanzándola por el suelo mientras se va acercando a la piscina, tirándose de cabeza al agua.

-         ¡Vamos Griffin! ¡El agua está buenísima! – grita tirando su pelo mojado hacia atrás al salir del agua, mirándola intensamente.

Clarke niega con la cabeza esbozando una sonrisa, e imitando a Lexa, se desviste rápidamente y se mete en el agua completamente desnuda. Ambos cuerpos desnudos acaban entrelazados dentro del agua, mientras sus miradas se encuentran brillando por la tenue luz que empieza a surgir debido al amanecer.

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