Capítulo 1: Volver.

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La primera vez en dos años que el sonido de mi alarma no me molestaba en absoluto. Por fin volvería a mi lugar, después de dos años, volvería a la hermosa ciudad de Londres, mi ciudad natal.

Me levanté de la cama con felicidad desprendiendo de mis poros. Y fui directo hacia el baño a ducharme. Luego, pase al armario y opte por ponerme una pollera en forma de campana que me llega como diez u once dedos sobre las rodillas de color negro, un top gris que tiene en letras negras la palabra "Love", y mis plataformas negras. Me alisé el cabello, dejándome ondulaciones en las puntas, y terminé por maquillarme. Base, delineador, rubor, rímel, labial rosa oscuro y lista. Estaba lista para tomar mi vuelo. Me miré al espejo de mi habitación por última vez, antes de bajar a la planta de abajo, y quede conforme con lo que veía.

No me considero una persona hermosa, pero tampoco fea, sino que normal. Tengo pelo castaño, ni muy oscuro ni muy claro, ojos muy celestes, tez blanca, se podría decir que pálida; y en cuanto a mi cuerpo, se podría decir que estoy conforme y se lo agradezco a los deportes que hago para mantener mi figura. Aunque de todas maneras, soy de esas extrañas chicas que por alguna razón comen mucho y no engordan, y no me quejo. Tengo el maravilloso cuerpo de mi madre, busto muy grande, demasiado para mi edad diría yo, pero también muchos glúteos, y aunque no lo crean, también tengo abdomen plano y piernas normales, ni muy finas ni muy anchas. Y una cintura fina, sin exagerar. Algunas personas me han preguntado si me he hecho alguna cirugía, porque claramente no es normal encontrar un cuerpo así todos los días, y probablemente ustedes también se lo pregunten. Y bueno, les informo que no, mi cuerpo es totalmente natural y genético, toda la familia de mi madre tuvo esta esbelta figura.

Bueno, volviendo a lo nuestro, bajo las escaleras hacia la planta de abajo y me dirijo a la cocina donde me encuentro a mi hermosa madre terminando de servir el desayuno. Ella y yo nos vinimos a vivir a California hace dos años. En este tiempo, hemos estado siempre la una para la otra, sin decepcionarnos y apoyándonos en todos. Definitivamente, no sé qué haría yo sin ella.

-Buenos días ma, ¿cómo dormiste?- pregunté llegando a su lado y besando su mejilla. Para luego sentarme frente a ella en la isla de la cocina. Sí, siempre comíamos allí por el simple hecho, que a pesar de tener una amplia sala de estar, solo éramos nosotras dos. Se podría decir que el departamento que compramos –en una zona residencial muy lujosa, al igual que el departamento- es muy grande para que solo dos personas vivan en él.

-Muy bien hija, y ¿tú? Veo que estas muy ansiosa por abordar el vuelo, por cierto, estas hermosa, cielo- respondió ella con una cálida sonrisa.

-Gracias mamá, digo lo mismo de ti, veo que los años no te llegan nunca- bromee para romper un poco la formalidad, a lo que las dos soltamos una pequeña risilla. Mi mamá llevaba un hermoso vestido color rojo vino, que se le ceñía al cuerpo hasta la cintura, que luego caía hasta mitad de muslo, con la espalda descubierta y encaje en la parte de adelante. Unos tacos aguja negros, una colita con algunos mechones sueltos adelante y unas pequeñas ondulaciones en las puntas. Y para completar un hermoso maquillaje que consistía en base, rímel, delineador, rubor, sombra, y un lindo labial del mismo color del vestido. Ambas siempre usábamos rubor, porque ella –al igual que yo- tiene la piel pálida. Nuestra única diferencia es el color de pelo, ya que ella es rubia, y yo saque el pelo a mi papá. Nos llevamos únicamente 18 años de diferencia, ya que ella me tuvo a muy corta edad, pero de todas maneras con el apoyo y ayuda de mis abuelos, terminó sus estudios, y hoy por hoy es una exitosa decoradora de interiores y diseño gráfico. Sí, a falta de una, estudió dos carreras. Pero eso es lo que le permite tener el dinero y los lujos que tiene. Aunque nunca le ha importado mucho ese tipo de cosas.

Yo tengo 16 años, cumplo mis 17 en aproximadamente 2 meses, el 24 de noviembre para ser exactos. Y sí, tuvimos la grandiosa idea de mudarnos a mitad del segundo trimestre, por lo que me va a costar adaptarme al nuevo instituto.

Siempre voy a luchar, nunca voy a rendirmeWhere stories live. Discover now