Narra Hope:
Juro que nunca me había sentido tan vacía justo como ahora. Sus palabras vaciaban mi ser como si un alfiler pinchara un globo con agua, y el agua se volcara, dejando vacío el globo.
¿Por qué nos creamos falsas perspectivas de las personas poniéndolas como nuestros héroes, sabiendo que el día que nos decepciones el dolor va a ser enorme y la herida irreparable?
Pero sentía que debía luchar, si mi papá no pudo con sus demonios, yo lo iba a ayudar y también voy a ayudar a Caleb. La historia no se va a volver a repetir. Antes, August Collins tendrá que pasar sobre mi cadáver.
-¿Qué es ser fuerte para ti, Christopher?- pregunte dirigiendo mi mirada hacia aquel hombre que justo en este momento no reconocía- ¿Nunca romperse ni demostrar sentimientos? ¿No amar? ¿No querer dar todo por las personas que amas, que están dispuestas a perder su tiempo en ti? Pues si es así, lo siento. No puedo ser fuerte. Porque estoy rota, porque me rompiste y no puedo ocultarlo, no puedo ocultar lo que siento. Porque te amo, o al menos lo hacía, porque ahora ni siquiera te reconozco. Pero sigo estando dispuesta a darlo todo por ti, como tú lo diste por Caleb, por Bella y por mí en su momento. Siento decepcionarte, pero te amo papá, y no puedo evitarlo.
-Amar es para débiles, solo hay que ser fuerte en esta vida, creí que te lo había enseñado bien- como dolían esas palabras provenientes de mi progenitor.
Los brazos de Austin me soltaron cuando me acerque un poco más al hombre que se hizo llamar mi padre, por lo que decidí continuar:
-Pero por esa misma razón, te voy a demostrar cuan fuerte puedo ser. Voy a dejar que arruines mi vida, tanto como te la arruinaron a ti o aún peor. Voy a hacer todo lo que me digas con una condición: deja que Caleb vuelva con sus amigos y con la chica de la que está enamorado, de Sky. Deja que haga su vida, que sea feliz sin importarte el apellido ni los prejuicios. Si tú haces eso, juro no volver a contradecirte, a hacer lo que me pidas y ser lo que tú quieras- estaba segura de lo que decía, yo daría mi vida por la de mi hermano mil veces si es necesario.
-Me parece un trato interesante- sentía que estaba haciendo un negocio con un empresario y no con mi propio padre- Caleb ya me decepciono y no hay manera de remediarlo, pero tú, hija, podes triunfar así como yo lo logre. Aunque voy a seguir pagando todos los gastos de Caleb, incluyendo sus estudios.
-¡NO!- el grito de Caleb hizo que dirigiéramos nuestra vista hacia él- ¡No voy a permitir que arruines la vida de Hope para que yo pueda ser feliz! ¡Jamás voy a dejar que eso suceda! ¡Antes prefiero ser infeliz toda mi jodida vida!- lágrimas se desplazaban por sus mejillas como cascadas, al igual que en las mías. Como no podía dar todo por este hombre, no tenía ni que dudarlo. Prometo que voy a salvarte Caleb, no voy a permitir que la historia se repita.
-Lo siento, Caleb. Pero la decisión ya está tomada- conteste fría mirando fijamente a mi padre- Austin y Sky, ¿podrían hacerme el favor de retirarse junto a Caleb? No me hagan llamar a la seguridad de la residencial- mi voz no cambiaba y escuche como ellos discutían con Caleb para salir para afuera. Costó, pero luego de unos minutos a regañadientes se fueron.
-Perfecto hija, sé que estas tomando la decisión correcta- contradiciendo sus palabras, su mirada me decía que me estaba equivocando, que él se estaba equivocando.
Unos balbuceos nos sacaron de nuestra charla. Dirigimos nuestra mirada hacia el lugar donde provenían esos sonidos y nos encontramos a Bella sollozando contra la pared con las manos en su cara y susurrando:
-No puede ser... yo estaba segura que él era diferente, por eso me enamoré- su voz estaba quebrada- August tenía razón, él iba a lograr repetir la historia y nunca el amor iba a ser más importante que los prejuicios.
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Siempre voy a luchar, nunca voy a rendirme
RomanceUna familia complicada, donde reina el prejuicio, el poder y el dinero. Una chica dispuesta a demostrar lo que en realidad importa en esta vida, sin importarle salir lastimada. Un amor irresistible que llega a cambiarlo todo, ¿en verdad la fuerza de...