Narra Hope:
Habíamos salido algunas veces más con los chicos y cada día me caían mejor. Hoy íbamos a ir a una heladería que se inauguró aquí en Londres hace una semana.
Los había estado conociendo mejor, me enteré que Austin y Sky son de clase baja y que Abby y los repetidos Black de clase media. No me importo en lo absoluto, pero ahora me daba cuenta porque eran tan buenas personas, ellos no estaban picados por el mosquito del privilegio, el poder, el dinero y los apellidos. Con el único que no había intercambiado muchas palabras directamente era con Austin, desde el día de la fiesta supe que no le agradaba y no voy a insistirle.
Iba bajando hacia la planta baja cuando oí gritos provenientes del despacho de mi padre. Eran las voces de Caleb y mi papá. Así que abrí un poco la puerta cuidadosamente para espiar.
-¡Voy a mandarte a un internado del otro lado del mundo si es necesario para que entiendas!- nunca había escuchado la voz de mi padre tan furiosa, su cara se encontraba desfigurada de la rabia. Por lo que no me importo si me veían o no, me paré en el marco de la puerta, y ninguno de los dos había notado mi presencia.
-¡¿A sí?! ¡¿Y qué pretendes conseguir con eso?!- respondió Caleb, también enojado.
-¡QUIERO QUE TE ALEJES DE ELLOS! ¡DE ESA GENTE QUE NO VALE NADA! ¡SON POBRES, CALEB! ¡¿ES QUÉ NO LO COMPRENDES O QUÉ?!- millones de recuerdos vinieron a mi mente con las palabras de mi padre, eran las mismas palabras que August le decía a él- ¡QUIERO QUE TE ALEJES DE ELLA PORQUE ES UNA MUJERZUELA QUE NO VALE NADA!-.
Y esa fue la gota que colmó el vaso. No podía ser, él no era mi padre, él no era la persona que yo amaba, esa persona que estaba adentro del despacho era un monstruo.
Lágrimas caían por mis mejillas y un nudo estaba instalado en mi garganta. Sin pensarlo dos veces, salí directo al garaje donde agarre las llaves de mi auto, me monté en él y me dirigí hacia la heladería donde nos encontraríamos.
Aún era temprano, pero necesitaba hablar con los chicos, con Sky y Austin sobre todo. Ellos debían saber lo que estaba pasando y tendrían que explicarme.
A lo lejos, divisé a los chicos parados fuera de la heladería. Rápidamente, me estacione cerca de la acera y baje la ventanilla del copiloto que había quedado de su lado.
Todos giraron su cabeza con una sonrisa al reconocerme pero rápidamente cambio a una mueca de preocupación al verme. Yo, por mi parte, solo pude pronunciar las siguientes palabras, ya que mi voz seguía quebrada:
-Austin, Sky, suban al auto, por favor- ambos, al ver mi estado, probablemente, subieron sin ni siquiera rechistar. Austin de copiloto y Sky en el asiento de atrás.
Arranqué hacia el único lugar donde sabía que íbamos a poder hablar en paz, un apartamento en una zona residencial que me había regalado Christopher para mi cumpleaños número 16, previamente amueblado. El auto yacía en un silencio absoluto.
-Bonito auto, ¿es tuyo?- la voz de Austin se hizo presente, probablemente tratando de eliminar el silencio. Recibiendo un codazo y una mirada de desaprobación por parte de su hermana.
-Gracias, y sí es mío- respondí casi en un susurro, pero audible para ellos.
Llegamos al apartamento y entre en la zona residencial, luego de dar mi nombre al portero.
-¿Nos puedes decir a donde nos llevas? ¿Nos vas a secuestrar?- Austin volvió a romper el silencio de manera estúpida.
-Austin, por favor...- su hermana lo miraba cansada, probablemente por su comportamiento.
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Siempre voy a luchar, nunca voy a rendirme
Любовные романыUna familia complicada, donde reina el prejuicio, el poder y el dinero. Una chica dispuesta a demostrar lo que en realidad importa en esta vida, sin importarle salir lastimada. Un amor irresistible que llega a cambiarlo todo, ¿en verdad la fuerza de...