Once

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Domingo 6 de noviembre.

LAUREN

-Camila Cabello- dije lentamente, saboreando cada sílaba en su nombre. - ¿sabes? Tu apellido se presta para muchas bromas. -Ella me lanzó una mirada amenazadora, que me animó a seguir- Tienes algo en el cabello Cabello, cabello, cabello, Culobello-agregué esto último en un susurro, mientras observaba su figura de espaldas a mí.

- ¿Qué has dicho?

-Nada. -Me apresure a mentir -. Y el Estrabao, tiene un no sé qué al final, es sexy, Esssstrabaooo. ¿Qué clase de apellido es ese?

-Cubano.

-Qué coincidencia por...

-Tu apellido también se presta para bromas Jauregui-me interrumpió.

-¿Ah sí?

-Sí, Jauregui, Jauregui, Jauregay...

-¿Cómo?

-Jauregay

Puse mala cara.

-No soy gay.

Ella rió.

- ¿Ah no? -Dijo mientras se daba la vuelta y retrocedía hacía mí. Se acercó lentamente y yo no podía dejar de ver sus ojos, estaba embelesada con ellos. Eran de un marrón oscuro mas yo sabía que a la luz del día eso cambiaba.

-¿Estas segura?

Su aliento rozaba mis labios, poso sus manos sobre mis hombros y yo aún estaba perdida en sus ojos. Se acercaba más a mí, y cerré mis ojos por instinto esperando por algo que nunca llego.
Sólo escuche su melodiosa risa resonar en el silencio del bosque.
Abrí los ojos irritada, estaba jugando conmigo.
Pero esta mujer no me iba a dejar con las ganas a mí. La tome con vehemencia de la cintura, y la pegue con fuerza a mí. Su respiración estaba agitada gracias al esfuerzo producido por su resistencia.

-Me lastimas, suéltame.

-Bésame

-Oblígame.

Y si no hubiera volteado su rostro lo hubiera hecho. Pero dicho beso termino en su cuello y me permitió respirar su aroma.

-Lo siento, no beso chicas heterosexuales. Ahora suéltame. -Dijo viéndome directamente a los ojos. Y la solté.

-No soy heterosexual.

-No eres homosexual, no eres heterosexual, ¿Bisexual acaso?

-Tampoco, no me gustan las etiquetas.

-¿Etiquetas? ¿De qué hablas?

-Cuando te etiquetas, te limitas. Si te digo que soy lesbiana me limito a solo mujeres, si digo que soy heterosexual me limito a solo hombres.

-¿Y si dices que eres bisexual?

-Dada mi condición lupina no sé si algún día veré a los lobos normales como solo lobos, una nunca sabe...

-Eres una boba, ¡Qué asco!

Sólo reí mientras la seguía, el anochecer en el bosque era encantador, Camila llevaba una linterna, pero yo no la necesitaba. Mis sentidos lupinos estaban muy activos últimamente. Y la vista de un lobo era espectacular, mientras que la vista de humana era muy limitada.
Camila iba muy rápido, tome su mano, deseaba sentir su tacto suave.

-No vayas tan rápido, puedes caer. Sé que acostumbras caer seguido aún cuando estas sentada.

-Muy graciosa.

Sangre MalditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora