Algo surge

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Habían pasado semanas, y yo seguía ayudando a Antonio con sus estudios. Después de cada ensayo íbamos a mi casa para darle clases. El pequeño había mejorado bastante, y lo habían pasado a primer violín. Eso me volvía orgullosa, aunque me sentía un tanto nostálgica, aquel pequeño ya estaba aprendiendo formas de estudio individual por las cuales tarde o temprano ya no me necesitaría. Tal idea me hacía entristecer. Aquel niño era tan distinto, su inocencia, me gustaba sentirme su profesora y más que eso, ese niño me encantaba, ¿acaso eso no era pedofilia?... Sí, ya lo había pensado antes, pero era algo importante el que yo tuviera dieciocho años y él sea tres años menor.

Ya estaba próxima la presentación de las orquestas, pero la de Antonio era antes, y estaba muy pendiente de la fecha de ésta. Llegando a la escuela de música me di cuenta que había un pequeño alboroto en uno de los pasillos del edificio vecino. Eran unos niños pero algo estaba mal, me acerqué y me percaté, era lo que me temía, habían cuatro chicos golpeando a uno en el suelo, dándole patadas y escupiéndole. Tal escena me puso bastante molesta y tal molestia se volvió mayor cuando me di cuenta de que el niño al cual agredían era Antonio, mi Antonio.

-Ann- ¿Qué diablos hacen?

-???- Él se metió con nosotros

-???- Es verdad, robó unas cuerdas de repuesto de la dirección -Dijeron casi al unísono

-Ann- Ese no es motivo para que hagan esto -Dije furiosa- Antonio, ¿es cierto?

-Antonio- Yo no lo hice -Dijo escupiendo sangre

-Ann- ¿Tú que traes allí? -Dije dirigiéndome a uno de ellos, el cual traía algo saliéndose de su forro

-???- Ah, yo... siempre olvido cerrarlo -Dice tratando de cerrarlo apresuradamente

-Ann- No tan rápido. Déjame ver -Dije mientras lo saqué abruptamente, y me percaté -Esto tiene el sello de la dirección, sólo dan una al mes tengo entendido, ¿qué haces con tantas?

-???- Pues yo no...

-Ann- Ahhh no. Será mejor que se vayan de aquí si no quieren que llame a un profesor y sea peor. Tú, ¿eres el líder de esta ratonera? -Me dirigí al que parecía mayor

-???- Se podría decir niña - Intentó alzarse un poco pero seguía estando unos centímetros por debajo

-Ann- Eres el mayor, deberías ser más maduro y dar el ejemplo

-???- Yo no necesito que me des sermones, niñita

-Antonio- No le digas así -Dijo jalando de su pantalón, aún estando en el piso

-???- ¡No me toques! -Dijo el mayor dándole otra patada

-Ann- Oye niñito -Dije tomándolo por un brazo -Será mejor que aprendas a comportarte -Le di una bofetada que lo hizo caer al suelo, haciendo que sus compañeros fueran hacia donde cayó -¡Será mejor que no se le acerquen más, o les prometo que lo van a lamentar!

Los chicos se fueron llevando a su compañero, en vez de ir a la dirección fueron hacia la entrada, eso realmente me dio igual. Ayudé a Antonio a levantarse y lo llevé hacia la enfermería

-Ann- ¿Me puedes decir qué fue lo que pasó? -Dije mientras lo ayudaba a sentarse

-Antonio- Los vi meterse en la dirección para robar las cuerdas, y me sorprendieron haciéndolo, pero me ignoraron

-Ann- ¿Entonces? -Insistí

-Antonio- A la hora del ensayo el director dijo lo que pasó y preguntó quién lo había hecho, ellos dijeron que había sido yo, el director me revisó y al no conseguir nada lo dejó hasta allí, ellos después del ensayo me acorralaron para darme "una lección"

-Ann- Ya veo -Nunca pensé que hubieran niños así en este lugar, iré a la dirección a aclarar las cosas

Me dirigí a la dirección y esperé a que alguien llegara. Unos minutos después de sentarme llegó la coordinadora, sabía que era delicado delatar a esos niños ampliamente, por lo que simplemente le dije que había encontrado el juego de cuerdas cerca de la entrada y que a mi parecer lo habían tirado.

-Ann- Un niño llamado Antonio de la Orquesta de iniciación al parecer fue acusado de haberlo hecho, pero doy fe de que no fue así -La directora se limitó a asentir y recibir las cuerdas. Yo salí de allí para dirigirme hacía la enfermería, pero ya Antonio no se encontraba

-Ann- Aquí había un niño, ¿sabe dónde está?

-Enfermera- Si, lo atendí y apenas terminé me dijo que se iría a su casa

-Ann- Ya veo, bueno, gracias

Terminé mi día en la escuela de música y me fui a casa, pero tenía un mal presentimiento.

Había pasado más de una semana y siempre pasaba por el edificio donde él veía clases, pregunté por él, pero siempre me respondían lo mismo "No ha venido, está de reposo por un accidente". Yo lo sabía, pero aun así me desesperaba no poder verlo, si tan solo supiera donde viviera lo iría a visitar, ¡sí, eso es!, averiguaré su dirección. Me dirigí a la dirección principal y pregunté al respecto

-Secretaria- Lo siento, no puedo dar información personal

-Ann- ¡Por favor!, yo solo quiero ir a verlo, está de reposo

En ese momento entra la directora, me saluda y me pregunta lo que hago allí, por lo que le explico la situación

-Directora- Le puede dar la dirección, señorita -Dijo amablemente

-Secretaria- Pero señora, usted sabe cómo es esa familia

-Ann- ¿Cómo es?

-Secretaria- Pues, es una familia bastante extraña

-Directora- Si vas a ir a visitarlo, debes ser cuidadosa

-Ann- ¿Pero por qué dicen eso?

-Secretaria- Al parecer sus padres tienen muchos problemas. Aunque siguen casados, están saliendo con otras personas

-Ann- ¿Quiere decir que técnicamente están separados?

-Directora- Así es, pero lo más escandaloso es que llevan a sus parejas a su casa como si fueran sólo compañeros de piso, y eso es algo que se ha divulgado en todo el lugar

-Secretaria- Y ese niño, tengo entendido, es hijo único, por lo que debe estar pasando por la peor situación, solo

-Ann- ¿Peor situación? Tal vez él se encuentre acostumbrado ya

-Directora- No, ese niño siempre se ha mostrado distante y triste la mayor parte del tiempo, me pareció bastante raro que se empezara a mostrar animado contigo, y más aún, que su desempeño mejorara

-Secretaria- También me percaté de eso. Antes, según tengo entendido no podía avanzar nada, pues en su casa no le permitían estudiar

-Ann- Ya veo, no las molesto más, muchas gracias por la información

Me dirigí a mi casa, no estaba segura de ir a visitarlo ahora, tal vez sería mala idea, sus padres no me conocían formalmente, aunque... ¿eso qué importaba?, pero no sólo eso, recordé que Antonio no quería que lo acompañara a su casa y mucho menos que estudiáramos allí. Tal vez había comprendido el por qué, pero no por completo, había algo más, pero no sabía qué.

Amor blindadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora