Razones para una visita

630 56 7
                                    

Le di el vaso a Miguel y nos pusimos a charlar, el tiempo se nos fue volando, ya era hora del almuerzo y lo invité a quedarse. Tony estaba en la habitación encerrado, fui a llamarlo para que me ayudara a cocinar...

-Ann- Tony, Miguel almorzará con nosotros, y quiero que me ayudes con la comida -Tony no contestaba así que decidí entrar, de todas maneras esa era mi habitación también. Entré y cerré rápidamente la puerta, allí estaba, acostado leyendo un libro que tenía en la cómoda, e ignorándome...

-Ann- Tony, ven a ayudarme

-Tony- ¿Por qué?, yo no lo invité a quedarse -Dijo indiferente.

Ya me tenía harta. Allí estaba, acostado con cara de frialdad, un niño que además de provocarme, me gustaba, no pude controlarlo, estallé. Me subí encima de él tomando el libro que estaba leyendo y arrojándolo contra la pared, le agarré ambas manos sobre su cabeza, dejándolas sobre la cabecera de la cama. Por fin lo tenía como quería...

-Tony- ¿Q-qué haces? -Dijo nervioso

-Ann- Te has comportado muy mal; me respondes, me desafías y no obedeces; ya me hiciste molestar

-Tony- ¿Q-qué me vas a hacer?

-Ann- Voy a castigarte, por supuesto- Metí mi mano debajo de su camisa, sentía como temblaba y cerraba los ojos, estaba incómodo pero poco me importaba, ya había rebozado el vaso...

-Tony- N-No, se siente raro

-Ann- ¿No te gusta?

-Tony- N-No lo sé... -Empezó a jadear.

Empecé a besarle la oreja bajando hasta el cuello, para culminar con un apasionado beso, el cual me respondió torpemente, pero era perfecto para mí. Cuando me separo de él, me doy cuenta que ya estaba menos nervioso...

-Ann- Entonces si te gusta.

-Tony- ¡¡Y-yo no dije eso!!

-Ann- Tus acciones hablan por sí solas

De repente escucho que alguien toca la puerta del cuarto...

-Miguel- Ann, no te preocupes, yo te ayudaré con la comida- Había olvidado que Miguel esperaba afuera. Enseguida me paré y fui a abrirle la puerta, mientras Tony se paraba rápidamente y se arreglaba la camisa.

-Miguel- ¿Todo bien?, es que escuché un golpe y pensé que el chico había hecho una rabieta, por eso quise...

-Ann- ¡Ah eso! Tranquilo, no es nada, él ya decidió ayudarme, ¿verdad? -Dije mientras le lanzaba una mirada alegre a Tony, el cual bajó la mirada avergonzado

-Tony- S-si...

-Miguel- ¿Puedo ayudar también? Así terminamos más rápido, y será divertido -Dijo dirigiéndose al muchacho

-Tony- No tengo diez años -Dijo con tono molesto

-Ann- Pero para mí, eres un pequeñín jejeje -Le rodeo el cuello con un brazo y le empiezo a acariciar el cabello -¡Vamos a la cocina!

Y así fue, los tres colaboramos en el almuerzo y de verdad, fue divertido. Miguel era muy cómico jugando con los ingredientes y estaba haciendo chistes malos, pero con cierta gracia, en cambio, Tony se mostraba frío y distante.

Después del almuerzo iba a servir el postre, pero se había acabado el helado, así que Miguel me pidió que saliera con él a una heladería, que él me invitaría y que además me hablaría de algo muy importante, a lo que yo acepté. Tony estaba bastante molesto y no quería dirigirme la palabra, me despedí de él y salí con Miguel. Fuimos a una heladería bastante costosa, me costó mucho trabajo escoger el sabor que quería, había tanta variedad que me mareaba bastante. Al final me pude decidir por un helado de limón (una decisión muy simple para la variedad que había), nos sentamos y hablamos durante un rato...

-Ann- Oye, y a todas estas, ¿cuántos años tienes?

-Miguel- ¿Cuántos me calculas?

-Ann- Pues no sé, amm ¿diecinueve?

-Miguel- Jajaja tengo veintidós

-Ann- Vaya, pareces más joven

-Miguel- Gracias

-Ann- Dijiste que tenías algo importante que decirme

-Miguel- Si, sobre eso... -El celular de Miguel empezó a sonar, se disculpó y fue a atender la llamada, pero al poco rato volvió a la mesa - Disculpa, me tengo que ir, era mi padre, me necesita para buscar unas cosas. Te acompañaré hasta tu casa.

-Ann- Vale, está bien, no te preocupes

Fuimos hasta mi apartamento, y mientras subíamos las escaleras no podía dejar de pensar en aquello que era tan importante, odiaba quedarme con la intriga. Al llegar a la puerta empiezo a buscar en el bolso las llaves. ¡Genial!, al parecer las había dejado, me aproximé a la puerta y empecé a tocar para que Tony saliera a abrirme...

-Miguel, Tranquila, no me iré hasta que entres

-Ann- Gracias, y de verdad disculpa mi torpeza

-Miguel- No te preocupes, esas cosas pasan

-Ann- ¿No me puedes decir qué era eso tan importante?

-Miguel- Pues... -Baja la mirada

-Ann- ¿Pasa algo malo?

-Miguel- ¡N-No no! No es nada de eso, es solo que, es... una confesión... -Dijo sonrojado

-Ann- ¿Confesión de qué?

-Miguel- De amor

-Ann- No entiendo

-Miguel- Ann... Tú me gustas mucho. Desde el momento en que escuché tu voz pensé que serías hermosa y cuando te conocí, me di cuenta que eras mucho más de lo que imaginé...

-Ann- Eso es muy lindo de tu parte...

-Miguel- ¿Crees que habría posibilidad de entrar en tu vida? -Dijo mientras se acercaba

-Ann- Creo que ya lo hiciste...

-Miguel- Me refiero... de ésta manera... -Terminó la frase robándome un beso, un beso que buscaba ser apasionado, y que me hacía sentir dominada, sensación no muy cómoda, por lo menos para mí. De pronto escucho un ruido, era la puerta del apartamento, se había abierto, cuando abrí los ojos, lo vi, era Tony presenciando aquello, él solo abrió los ojos en señal de asombro y entró nuevamente dejando la puerta abierta. Estaba en shock, empujé a Miguel para terminar aquel beso, estaba bastante molesta, el sólo me miró confundido...

-Miguel- Pensé que te estaba gustando

-Ann- No era así, como te atreves a robarme un beso, eso no es nada decente

-Miguel- Pero tu...

-Ann- No quiero darte la respuesta equivocada en estos momentos, déjame pensar en lo que acabó de pasar

-Miguel- Está bien, me iré, cuídate mucho, nos veremos el martes, mañana ayudaré también a mi padre y pues...

-Ann- No te preocupes, ve tranquilo- Dije interrumpiéndolo

-Miguel- Bueno, adiós

Amor blindadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora