Hoooooooola, volví. Después de nosecuanto tiempo jaajajjaj, pero ajaá, al grano. Volví con nuevas cositas, nuevas obras, pasó mi cumpleaños, pasaron muchas cosas jejejejej, y bueno, las dejo con el capítulo y listo, comenten, voten, gracias a las que siguen con su apoyo, muchas debieron irse ya por mi ausencia. Pero, aquí estoy, sin más preámbulos, el capítulo.
...
Ivonne despertó y vio el desayuno sobre la cama, ¿por qué Marcie habría dejado todo preparado? No tenía idea. Lo comió justo después de despertarse y fue hacia el baño a asearse rápidamente. Al salir, secó su cabello, se vistió y se sentó en la sala a ver un poco de basura publicitaria en la televisión.
Al ver la nota de Marcie en el televisor, supo la razón de por qué dejó el desayuno sobre la cama, pasaría el día con sus amigas. Tomó la notita y la botó en el basurero, Ivonne oyó un el motor de un auto y frunció el ceño, ¿se habría peleado su hermana con sus amigas? Se levantó a abrir la puerta, pero antes vio el reflejo masculino a través del cristal. Harry.
—Abre, princesa. Tengo que hablar contigo.
Ivonne abrió enseguida, preocupada por si los vecinos le verían. Lo haló hacia dentro y cerró rápidamente.
—¡Estás mal de la cabeza o qué!
—Estaba preocupado por ti, dijiste aquella mierda sobre terminar y me volví loco. No puedo estar sin ti. —y no mentía, esos días se estaba volviendo loco, no podía dormir, ni siquiera trabajar.
Sus dedos comenzaron a temblar, él iba muy guapo con una camisa blanca con dos botones abiertos, y su saco sin corbata. Todo él era tan apuesto, su cabello estaba peinado con su mano hacia atrás, cosa que ella amaba que hiciera.
Desesperado, Harry intentó tocarle y ella se retiró. ¿De verdad ya no le querría? Ivonne caminó hacia la cocina y él le siguió.
—¿Te apetece agua? —dijo ella en tono neutro.
—Me apetece zurrarte el culo hasta que te escosa, no me apetece agua.
Ella asintió y luego le dio un sorbo al agua —¿Tienes algo más que decir?
—¡Maldita sea! ¿Por qué tienes que ser una perra a veces?
—Tú fuiste una perra al decirme que sólo querías sexo conmigo y que nunca tendríamos nada serio y...
—Lo lamento, ¿pero qué querías que hiciera? ¿Prometerte amor eterno y luego cuando acabáramos con esto te rompería el corazón?
—¿Para qué viniste exactamente? ¿Para pedirme que siguiéramos con esto hasta que tú te canses, y así yo enamorarme más de ti? No, Harry, no. ¡No voy a seguir follando contigo!
—No. Grites.
Las lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas y su voz se alzaba cada vez más —¡Si grito! ¡Grito y mucho! ¡¿Sabes cómo me siento?! ¡Como si me hubieses usado todo este tiempo! —el pecho de Harry se oprimía, sintió ganas de abrazarla pero sabía que ella lo empujaría lejos —¿Sabes? Yo... solía pensar que era una mentira eso de la época de corazones rotos, ¡pero si existe y la estoy atravesando en este momento! ¡Y tú eres el protagonista, tú eres el cabrón que me rompe el corazón una y otra vez, que me quiere pero no en su vida, que me llama pero...!
—¡Basta! Por el amor de dios, escúchate, qué cosas dices. ¡Tienes dieciséis años, Ivonne!
—¡Diecisiete!