Caso 2: Tori

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Antes de comenzar, unas palabras:

Si acaso alguien me odia por haber pasado tanto tiempo, dos años, les pido disculpas. En verdad... cómo decirlo... no consideraba que hubiera funcionado bien el primer capítulo y pues... no seguí, así de simple. Un ya para qué. Pero dado que alguien me ha dicho que hice honor al hombre y si he de ser honesto, eso me dolió mucho, pero me lo merezco, así que ya sin importar nada, lanzaré toda la historia de una vez, son tres capítulos en total y aquí va el segundo para quien sienta interés. Y desde ya, si acaso alguien está interesado, se los agradezco.

La serie no me pertenece, como ya habrán adivinado. Pasen un buen rato y bienvenidos.

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It's a little too late to say that you're sorry now

You kicked me when I was down, fuck what you say, just

Don't hurt me, it don't hurt me, no more

Bitch, you get no love

No era de mi gusto...es decir, no era de escuchar mucho rap, pero no sé qué tenía esa canción que me quedé escuchándola cuando la pasaron por la radio. Ciertamente servía un poco para practicar el idioma. Aunque me lo enseñaron en casa, seguía siendo la segunda parte de mí, porque en la misma casa sólo hablábamos en español y ocasionalmente el idioma local. Supongo que la canción en el inglés más rápido que jamás hubiera escuchado sonando a todo volumen en la oficina que me habían asignado podía ayudarme a hacerme la idea de que en realidad sí estaba obligado a sacar esa parte de mí que no me agradaba demasiado o en realidad, esa que no me hacía sentir tan cómodo...o puede que simplemente seguía sintiendo esa parte como un disfraz y no como mi verdadero yo...qué más da, al final la canción era buena dentro de toda su agresividad, no entendía cómo es que no la había oído antes...

Claro, difícilmente iba a concretar algo si cuando menos me lo esperaba, los golpes en la puerta me devolvían a la realidad, como en el preciso segundo en el que el estribillo seguía, obligándome a apagar la radio y saltar del asiento, lamentando incluso el no saber de qué canción se trataba...aunque si sabían mantenerme entretenido, lo más probable sería que terminara por olvidar todo lo escuchado e incluso el interés que había mostrado. No se extraña mayormente lo que no se conoce y lo que no se conoce en detalle o directamente lo que has reemplazado con algo mejor o simplemente algo de mayor peso. Pero no tenía más forma de saber si me encontraría algo así que abriendo la maldita puerta que no dejaba de sonar como si no hubiera oído antes...

−Buenas tardes –un saludo que me cayó antes que la figura del otro lado–, usted es...

−El psicólogo, sí –y con eso bastaba, aunque mi nombre estuviera ya grabado en la maldita puerta–. Y a ti... ¿Te envía la directora o Lane?

−Bueno...el segundo dijo que usted quizás...podría ayudarme –y a pesar de sonreír, era fácil percibir en la chica (sí, era una chica, no lo mencioné) cierta cuota de duda, normal, muchas veces no estamos convencidos de estar haciendo lo correcto, incluso cuando se trata de nosotros mismos.

−Entonces... ¿Vas a pasar o esperas una invitación formal? –Y sin esperar siquiera la respuesta, la afirmación, nada, volví al escritorio a ver si encontraba la ficha basándome en su aspecto, sabiendo por los pasos que la invitación, efectivamente, no era necesaria, así como tampoco darle demasiadas vueltas a todas las fichas, porque las fotos eran muy claras y en ella no existía mayor cambio–. Entonces... Victoria Vega, ¿no es así?

−Sí, pero mis amigos me dicen Tori –soltó ella sin perder la sonrisa, no venía al caso.

−Tú lo has dicho, tus amigos –desde ya me parecía desventaja sentir simpatía por ella por el solo hecho de tener ascendencia latina, lo mejor seguía siendo dejar bien claras las cosas antes de lamentarlo y compensar dicha simpatía de alguna manera...sin contar que, por alguna razón, el nombre me sonaba de algo que parecía demasiado esquivo como para intentar captarlo–. Así que... ¿Dices que Lane te envió aquí?

Hollywood Arts: Academia del CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora